Industria cementera a la caza de nuevos negocios en Centroamérica

El mapa de los jugadores de la industria del cemento en el istmo se reconfigura. Nuevas incursiones, expansiones y adquisiciones están moviendo a un rubro clave para el impulso de la construcción.

La industria ve oportunidades para crecer en el istmo y parte de las apuestas es con infraestructura pública.

Por José A. Barrera - estrategiaynegocios.net

El mercado centroamericano del cemento vive un 2022 intenso, marcado por un reajuste de los actores que compiten en la plaza, entre los que figuran jugadores globales y regionales quienes alistan sus estrategias para impulsar -y acompañar- una previsión de mayor demanda de concreto.

El primer movimiento de interés para este año se anunció oficialmente en la última semana de 2021, cuando la guatemalteca Cementos Progreso confirmó un acuerdo para la compra de la operación de Cemex en El Salvador y Costa Rica, una jugada valorada en US$335 millones.

En tanto, antes de que terminara el primer trimestre, otro importante jugador de origen mexicano, Grupo Elementia, anunció su incursión en El Salvador, con lo que refuerza su presencia en el istmo donde ya administra plantas de producción de fibrocemento (Plycem). Elementia, productora de Cementos Fortaleza, junto a su socio local -Grupo Regalado-, invierten US$40 millones en una nueva planta y esperan iniciar la producción en el país “ en el primer amanecer de 2023”.

Los movimientos no son aislados. En el mercado salvadoreño -epicentro de algunos de los movimientos de este año- la subsidiaria local del gigante suizo Holcim ejecuta desde 2021, un agresivo plan de expansión que tiene como piedra angular la reactivación de la Planta Maya, una fábrica que estaba fuera de operaciones desde 2008.

“La inversión de más de US$20 millones que anunciamos en 2021 fue ejecutada de acuerdo a lo que estaba planificado y con mucha satisfacción podemos hablar del 2021 como un año de expansión de nuestras operaciones, que nos permitió aumentar nuestra capacidad de producción en cemento y concreto para acompañar al país”, dijo a Estrategia & Negocios Rodrigo Gallardo, CEO de Holcim El Salvador. La empresa, con más de 70 años en la plaza, no solo es la líder del mercado, también exporta materia prima a dos países del istmo. “Exportamos clinker y cemento para nuestra operación de Holcim en Nicaragua y clinker a Honduras. Con el aumento de capacidad a través de nuestras plantas Maya y El Ronco, estamos visualizando nuevos mercados”, anticipó el ejecutivo.

Rodrigo Gallardo, CEO de Holcim El Salvador: ‘Planta Maya ya entró a fase 100 % productiva’

Elementia: Más fuerte en el istmo

Jaime Rocha Font, director general de Grupo Elementia, sostiene que la producción de la nueva planta de Cementos Fortaleza en El Salvador se enfocará en el país, aunque no descartan nada. “El ideal es que todo se quede aquí, que el mercado crezca.

Exportar siempre es una opción, tenemos operaciones en Guatemala, Honduras y estamos en Costa Rica”, valoró. El nuevo proyecto de Fortaleza tendrá capacidad para producir 300.000 toneladas de cemento por año y se abastecerá, en parte, con materia prima local.

Rocha Font ve oportunidades importantes para el desarrollo del sector y estas son aplicables no solo a mercados nacionales como el salvadoreño, sino escalables a toda la región latinoamericana. “El potencial de desarrollo es enorme. Toda Latinoamérica tiene una gran necesidad de infraestructura. Cuando ves los consumos per cápita, siguen estando entre los 230 – 280 kilogramos por persona. Tenemos que llegar a 500 kilogramos”, apuntó.

Planta de Cementos Progreso

Progreso: por más infraestructura

José Raúl González, CEO de Cementos Progreso, también ve oportunidades de crecimiento. La compañía que dirige es un referente del sector en Centroamérica y en los últimos años su huella se extiende por siete mercados entre ellos Colombia.

El ejecutivo considera que un mayor ritmo en el desarrollo de infraestructura puede apalancar estas metas, lo que abre espacios para las cementeras. La región, valoró, tiene un consumo per cápita alrededor de los 250 kilogramos de cemento por habitante. “Ese, para estándares internacionales, es un consumo moderado. En los países más desarrollados, como Estados Unidos, rondan los 325 kilogramos por habitante y los de crecimiento alto, como Hong Kong, llegan cerca de los 500 kilogramos por habitante”, matizó.

“Estamos convencidos que la región debe aumentar sus niveles de consumo para poder satisfacer sus necesidades de vivienda e infraestructura. Es tan relevante el consumo de cemento y concreto que se usa como un indicador del nivel de desarrollo y bienestar de los países”, dijo González quien refirió que Panamá mostró importantes aumentos cuando se trabajó en la ampliación del Canal, en la década pasada.

Oportunidades en la región

Gallardo, de Holcim El Salvador, explicó que con la operación de la Planta El Ronco, la empresa tenía la capacidad de producir 1,2 millones de toneladas de cemento por año mientras que con la puesta en marcha de la Planta Maya suman 700.000 toneladas y llegan a 1,9 millones de toneladas.

“En cuanto a Planta Maya, ya ha entrado a una fase 100 % productiva. Hemos superado con éxito la fase de estabilización y ya nos está produciendo clinker y cementos de alta calidad, de manera muy eficiente y sostenible, gracias a la implementación de tecnología avanzada. En las próximas semanas estaremos anunciando su inauguración oficial”, dijo el ejecutivo.

El movimiento de Holcim se anticipó a las nuevas incursiones desde México y Guatemala. Sin embargo, estos son pasos que se han estado analizando a detalle en los últimos años. Rocha Font dijo que la idea de operar una planta de Cementos Fortaleza en El Salvador se comenzó avalorar hace seis años y que en su análisis ven oportunidades de crecer no solo con la unidad de cemento, sino con otras que forman partes del conglomerado en el que tiene participación el magnate mexicano Carlos Slim.

Elementia es propietaria en El Salvador de una fábrica productora de insumos de fibrocemento que se instaló en el territorio hace casi 60 años, mientras que el portafolio de soluciones de otras unidades de negocio permiten que la empresa facilite cerca de un 70 % de los insumos que se requieren para la construcción de una vivienda.

“Somos un jugador completo. Ofrecemos a las redes de distribución la gama de productos; en una misma tienda pueden encontrar muchos productos de Elementia o de las empresas complementarias como Wavin. Tenemos una oferta que puede llegar a cubrir el 70 % de los materiales que se necesitan para la construcción de una vivienda”, reiteró.

Marco Regalado, representante de Grupo Regalado e inversionista en Cementos Fortaleza, sostuvo que escoger a Elementia como socio para ampliar el territorio de la empresa fue gracias a la experiencia en multiregiones que tiene la firma, los valores de sostenibilidad y sus metas de productividad, acordes alas de su empresa.

Grupo Elementia irrumpe en el negocio del cemento en El Salvador

“Nos complementamos con el conocimiento del mercado de cemento. Teníamos y al plantel en una zona estratégica (en la zona del Puerto de Acajutla), logísticamente hablando, para poder atender a todo el país a través de la Carretera del Litoral”, dijo. Anticipó nuevas incursiones de su empresa en el rubro de la construcción e inmobiliario.

Gallardo, de Holcim El Salvador, cree que plazas como la salvadoreña tienen espacio para nuevos jugadores. “Siempre hay espacio para más y consideramos sana la entrada de otras marcas. Aun con la llegada de nuevos competidores, nos mantenemos como la única empresa con plantas de cemento integradas en el país, es decir, que seguiremos como los únicos productores de clinker para abastecer nuestra propia demanda, otras operaciones de Holcim en la región, jugadores externos locales y explorar nuevas geografías”, explicó.

La pandemia, reconoció, trajo un efecto interesante para la la demanda de cemento, pese al frenazo dela industria de la construcción en 2021 se reportaron incrementos en la demanda por el auge de proyectos de mejora de viviendas (autoconsumo) y la reactivación de los de infraestructura pública y privada que estaban detenidos. “A finales de 2020, como durante el 2021, el autoconsumo o venta a través del canal de retail continuó muy fuerte, a diferencia de los proyectos de inversión privada (comerciales o residenciales) que no lograban recuperar su ritmo.

Afortunadamente, en 2022 vemos una aceleración de este segmento con el arranque de proyectos que habían quedado postergados y de nuevas inversiones”, dijo.

González, de Progreso, añade que el cemento es un producto que tiene un importante impulso de demanda provocada por las remesas familiares de los centroamericanos en Estados Unidos. “Hemos visto que, como consecuencia de la pandemia, las personas se han volcado a invertir en remodelar, ampliar o mejorar sus hogares. Esperamos que esa tendencia continúe impulsando el consumo per cápita de cemento y de otros segmentos”, matizó.

En tanto, la empresa está a la expectativa por el desarrollo de inversiones en infraestructura pública lasque cree serán la base para el crecimiento de consumo de concreto premezclado.

“Esperamos que los gobiernos encuentren en ese destino la mejor forma de aumentar la eficiencia de la economía, la mitigación de los efectos del cambio climático y de la pandemia, de la cual apenas estamos saliendo. A pesar de que tengo intereses creados, me parece que no hay inversión que dé resultados mayores económicos a más corto plazo que la inversión en infraestructura pública”, destacó.

Un gigante que avanza

José Raúl González también dibujó la ruta de Progreso con la adquisición de las operaciones de Cemex en Costa Rica y El Salvador, de la cual dijo “avanza con normalidad” y que han evacuado las solicitudes de información hechas por los reguladores.

La empresa también se alista a pasar de siete millones de toneladas de capacidad de producción de cemento (por año) a ocho millones de toneladas con las que esperan atender una creciente demanda.

“Entendemos que, al completarse la transacción, seríamos la empresa individual con mayor presencia de materiales de construcción en la región. Sin embargo, para nosotros, el tamaño de nuestras operaciones no es lo más importante. Lo crítico es que podamos construir esa presencia sobre los cuatro pilares de la sostenibilidad d Progreso: ser el proveedor favorito, el empleador preferido, el líder ambiental y un ciudadano corporativo responsable”, explicó.

Progreso tiene 122 años y se perfila como una multilatina con inversiones en Belice, Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica, Panamá y Colombia.