El Salvador se sube a la ola de la recuperación del turismo

Por José Barrera, E&N

El Salvador refuerza su apuesta por el turismo enfocado en el atractivo de las olas de sus playas en el litoral Pacífico y de un creciente interés del destino para el mundo cripto.

El país levantó el año pasado las restricciones para el ingreso de visitantes como la exigencia de una cartilla de vacunación o de una prueba negativa de COVID-19, medidas que ayudaron a disparar las llegadas de visitantes hacia el último trimestre del año.

El 2022 inició con un renovado optimismo para el sector. El despegue de un avión de Avianca decorado con los colores y marca “Surf City” demuestra que la estrategia oficial para atraer visitantes seguirá siendo el surf. La aeronave -que cubre la ruta San Salvador-Los Ángeles- da nuevos aires a la apuesta por las olas, un rubro que se apuntaló el año pasado con el desarrollo del ISA World Surfing Games 2022, que además era una llave para los Juegos Olímpicos de Tokio.

El evento deportivo -que se repetirá en 2023- reunió a más de 50 delegaciones y benefició a la oferta hotelera de la costa y ayudó a colocar el destino tras el impacto de la pandemia en 2020.

“Nuestra punta de lanza es Surf City”, dijo en febrero la ministra de Turismo, Morena Valdez. La funcionaria explica que la estrategia busca enfocar la apuesta local en un valor específico, que en este caso son las olas, y que buscan que los visitantes digan: ’este es uno de los mejores países para surfear’, un imán para descubrir otros atractivos naturales del territorio.

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“Aparte de eso tenemos volcanes, nuestra riqueza cultural, áreas naturales protegidas y tenemos tantas cosas que ver en poco tiempo”, valoró la funcionaria.

El año pasado El Salvador recibió 1,4 millones de visitantes, 200.000 visitantes más de la meta prevista, quienes dejaron una actividad económica estimada en US$1.400 millones.

Buena parte de las visitas corresponden a salvadoreños resientes en el exterior que decidieron regresar al país por temporadas. Aunque esta es una tendencia habitual fue acentuada por la relajación de las medidas sanitarias, pero tiene como particularidad que abarca a salvadoreños que nacieron en el exterior.

“Vemos un fenómeno: ya no solo viene el que se fue, sino que viene el hijo, el nieto del que se fue y trae a sus amigos, e incluso, puede que ni hablen bien el español, pero se interesan por venir a pasar sus vacaciones al país”, dijo Valdez.

Las cifras oficiales destacan que cerca del 60 % de los turistas que ingresaron al país en 2021 llegó desde Estados Unidos, origen que desplazó las llegadas de Guatemala y Honduras que generalmente son las más numerosas.

La tendencia ha generado una recuperación más rápida en los hoteles de playa que también ven una recuperación rápida la que es acompañada de nuevas ofertas que tiene como objetivo no solo el turista extranjero, sino el local que busca espacios al aire libre.

En este sentido las inversiones no solo están en el campo de los privados. El Estado reinauguró el año pasado el Parque Nacional Walther Thilo Deininger donde los visitantes pueden hacer senderismo, rappel y canopy, mientras que a mediados del año el Estado concluyó con la renovación del hotel de montaña Cerro Verde, el cual fue concesionado por un plazo de cinco años.

Efecto bitcoin

Mientras la gran apuesta es el surf, el país también tiene un incipiente interés por la adopción del bitcoin como moneda de curso legal (junto al dólar estadounidense). El año pasado -en noviembre- el país fue la sede de la Latin American Bitcoin & Blockchain Conference (LaBITconf), que sirvió de alivio para el rubro de convenciones, hoteles de ciudad, servicios de transporte y hoteles de playa.

La llegada de un nuevo perfil de visitantes también genera otros impactos, ya que los entusiastas del mundo cripto llegan al país para explorar como es el primer país donde el bitcoin es moneda de curso legal.

Valdez destaca que los nuevos turistas se interesan no solo por los habituales puntos de interés como las playas del departamento de La Libertad, sino que están llegando a otras regiones no tan explorados por los foráneos como las playas en los departamentos de La Unión, San Miguel y Usulután.

En paralelo, el Gobierno trabaja en rehabilitar la infraestructura turística pública, entre ellos el circuito de parques administrados por el Instituto Salvadoreño de Turismo (ISTU) y del complejo turístico del Puerto de La Libertad, donde se construye un parque con juegos mecánicos a la orilla del mar a partir de un donativo del Gobierno de China.

Turismo estima que 2022 será un mejor año y se apunta a la llegada de 1,7 millones de personas y a ingresos que por ahora se fijan en US$1.500 millones.

Las autoridades destacan que la nueva normalidad está alimentando estadías más amplias y dinamismo en otras zonas de interés, mientras que sectores como el de pequeños hoteles ve un nuevo tipo de turismo que mientras todavía se está a la espera del despertar del turismo de negocios y convenciones, todavía afectado por las restricciones de otros países para el ingreso a sus territorios y las políticas de las empresas para desarrollar grandes eventos de manera virtual.