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Las emprendedoras también facturan

Apoyar los emprendimientos y empresas lideradas por mujeres puede hacer que el PIB de un país crezca hasta un 15 %. Las instituciones financieras tienen el reto de facilitar el acceso a crédito.

2023-04-06

Por Gabriela Melara – Revista Estrategia & Negocios

“Pasé de un puesto ejecutivo (porque cerraron la empresa) a freír tajadas de plátano en mi casa. Nos pusimos de acuerdo con la familia y dijimos: Hagámoslas”, así resume el momento en el que decidió emprender Nohemí López, la hondureña detrás de Pa´ Chicos, quien con determinación y esfuerzo ha logrado llevar su marca a grandes supermercados y crecerla hasta dar empleo a 20 personas.

Tal y como el de Nohemí, en Centroamérica cientos de emprendimientos surgen de una necesidad y es por ello que potenciarlos se vuelve una prioridad. El más reciente estudio de la Corporación Financiera Internacional (IFC, miembro del Grupo Banco Mundial en Centroamérica y el Caribe) titulado: Estudio de Mercado Pyme Centroamérica y Caribe, refleja que un 70 % de los centroamericanos decide emprender por necesidad, mientras que solo un 30 % lo hace por voluntad.

“Lamentablemente en el primer grupo podemos incluir a la mayoría de las mujeres jefas de negocios”, comentó José Etchegoyen, del Grupo de Instituciones Financieras del IFC. Es por ello que, desde la entidad, buscan impulsar soluciones financieras enfocadas en las mujeres de la región y toda Latinoamérica.

Según los datos recolectados en el estudio se indica que las mujeres que deciden emprender por necesidad lo que buscan es llevar alimentos a su familia, pagar un alquiler o estudios de sus hijos y esto las lleva a iniciar su vida empresarial en la informalidad y tienden a mezclar la economía del negocio con la familia, porque, “lo que buscan es solventar necesidades, muchas veces porque han perdido empleo, porque se han separado de las parejas o porque quien daba el ingreso ya no está”, enumeró Etchegoyen.

Esto no tiene por qué ser malo, pero, se vuelve una dificultad a la hora de buscar financiamiento para escalar el negocio y esa es la primera barrera que enfrenta cualquier emprendimiento, especialmente los liderados por mujeres: acceso al crédito en instituciones financieras formales. Si esto se cumple las evitará de caer en “ofertas” de usureros.

FALTA DE EMPATÍA LAS LLEVA A DESISTIR

El experto asegura que las barreras a las que se enfrentan las emprendedoras son: encontrar capital para hacer crecer el negocio, las normas culturales (que la mujer no tiene arraigo o bienes a su nombre) y la resistencia social (que los hombres son los proveedores de hogar). Aunque, las dos últimas se están eliminando, la primera es fundamental para la sobrevivencia del negocio y para contratar al capital humano necesario.

Pero, ¿Cómo pueden hacer las instituciones para tener más apertura hacia las mujeres? “Con la escucha activa”, sentenció.

“Trabajamos con las entidades para crear una oferta de productos y servicios que tengan una buena conexión con las necesidades de las mujeres. Además, hay que mejorar la comunicación entre el banco y la mujer emprendedora a través de, por ejemplo, entrenamientos de sensibilización a la fuerza de ventas... ellos deben tener un poco más de paciencia, porque la mujer, en general, antes de tomar una decisión recolecta mucha información, es mucho más analítica que el hombre antes de embarcarse en tomar un crédito y eso debe entenderse”.

Pero, a criterio del experto financiero, quien lleva más de 25 años en el mercado, las políticas de las instituciones financieras también deben ser ajustadas para conectar con esta audiencia que sí quiere un crédito y será mejor pagadora que un hombre, pero inició su negocio por una realidad diferente a la mayoría de los clientes tradicionales de un banco o caja de crédito.

Normalmente, a experiencia del IFC, un negocio donde una mujer es la dueña da empleo a cercanos y empieza porque tiene que llevar sustento al hogar, entonces, la posibilidad de profesionalizar ese negocio o de gestionarlo de una manera más estricta es difícil, porque, generalmente en el negocio vende y tiene el dinero, pero al final del día solo lo toma para su casa.

“Es por eso que muchas veces se hace difícil medir el verdadero rendimiento del negocio, pero cuando ya se organiza mejor y empieza a separar la economía familiar de la economía del emprendimiento, este ve un mejor resultado... Esto es lo que debemos impulsar desde el inicio”, destacó Etchegoyen.

En la conversación con Revista Estrategia & Negocios, el experto señaló que este punto de formalizar no es imposible, solo implica educar a las emprendedoras, porque ellas conocen a sus proveedores, lo que invierten, gastan y necesitan, pero todo dentro de la informalidad, a veces en un cuaderno, que, generalmente no es aceptado por una institución financiera.

Las emprendedoras también facturan

Nohemí, por ejemplo, sabía, desde el inicio cuántos plátanos cortaba y freía, además de cuánto gastaba en transporte y otros insumos necesarios para su negocio, pero, al igual que muchos emprendedores esto no era formal hasta hace unos años, lo que le abrió oportunidades extraordinarias, comentó en el evento Mujeres Desafiantes de E&N.

Teniendo en cuenta la data y la experiencia, desde el IFC, promueven que se ajusten las políticas de crédito del Banco. “Por ejemplo, si en promedio pides 24 meses de historia, a los emprendimientos liderados por mujeres hay que pedirles solo 18 meses. Si das un plazo máximo de 24 meses para el capital de trabajo, dale 6 meses y por último, bríndale tres meses de gracia para pagar su primera cuota”. También promueven el uso del récord.

Igualmente, el IFC promueve la educación y capacitación. “No solo se trata de vender soluciones, sino de ser empáticos y darles las herramientas para impulsar y formalizar su negocio”.

¿QUÉ GANAMOS IMPULSANDO EMPRENDEDORAS?

“Si las entidades financieras pusieran en manos de las mujeres emprendedoras créditos para que se pudieran llevar adelante todo el potencial que tienen sus negocios estamos hablando que el impacto, dependiendo el país, puede ser de entre el 5 % y hasta 15 % de crecimiento del PIB”, apuntó Etchegoyen.

El IFC apoya - mediante líneas de créditos especiales- para que entidades como Bancoagrícola, Fedecrédito, Coporación Génesis y BanPaís abran espacios para créditos focalizados. Pero, no son los únicos.

Sonia Hernández, gerente de Gestión de Talento, Aprendizaje y Desarrollo de Bancoagrícola, comentó que la organización tiene como propósito romper sesgos culturales y “con este objetivo, impulsamos diferentes programas para la educación y formación de las jóvenes que representan el talento femenino del futuro”, explicó. Uno de sus programas es Ella ES Líder.

Pero, también, hay otros esfuerzos privados que van más allá del financiamiento, como es el caso de Walmart de México y Centroamérica que abre espacio para los emprendedores como Nohemí. Con el programa ‘Una Mano para Crecer’ ya impulsan 460 empresas en Centroamérica, la mayoría lideradas por mujeres.

“Nosotros no los llamamos emprendedores, porque si bien llegan por ser emprendedores, los impulsamos a ser empresarios. Nuestro fin es transformarlos”, destacó Ana Frank Villatoro, Gerente Proveedores PYMES Tierra Fértil-UMPC de Walmart de México y Centroamérica para la región.

Acá, la empatía toma de nuevo un valor importante, ya que, además de abrirles un espacio en sus góndolas, brindan talleres o les acercan estudios enfocados en mejorar su financiamiento, empaques, presencia en redes sociales, además de ayudarlos a transformar el negocio y sobresalir.

ACOMPAÑAMIENTO EN LA ÚLTIMA MILLA

Paola Sevilla, Managing Director de PedidosYa Honduras, está convencida que cuando se les da más espacio a las mujeres en las sociedades se abren oportunidades.

Por medio de PedidosYa Market, su supermercado digital, Sevilla asegura que muchas mujeres emprendedoras aprovechan esta última milla que necesitan para vender sus productos. “Muchas de ellas empezaron e hicieron crecer sus negocios desde las cocinas de sus casas”, comentó en el Foro Virtual 8M de Estrategia & Negocios.

La hondureña Nohemí es un claro ejemplo que las buenas ideas pueden salir de una cocina de casa y crecer, pero para hacer cambios significativos en las sociedades se requiere de diversos actores que las acompañen en el proceso de crecimiento.

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