Por La Prensa (Panamá)
Las reflexiones apuntan a la necesidad de reforzar los impuestos sobre la renta a los ciudadanos con mayores ingresos y luchar contra la evasión fiscal.
¿Qué realidad tributaria refleja en Panamá el informe ‘Estadísticas Tributarias en América Latina y el Caribe 1996-2016’?
El estudio destaca que Panamá va a contracorriente, porque las contribuciones a la seguridad social fueron la fuente más importante de ingresos como proporción del recaudo tributario total para Panamá. Asimismo, el país reportó en 2016 un aumento en sus ingresos tributarios con respecto al PIB, de 15.9% en 2015 a 16.6% en 2016. Aun así, se encuentra en el grupo de países con una recaudación más baja de la región: exactamente 6 puntos menos que el promedio de América Latina. La OCDE llama a reforzar el músculo tributario para que el Estado disponga de recursos para financiar las políticas que aumenten el crecimiento económico y reduzcan la desigualdad. Pero también hay que gastar mejor y de forma más transparente.
¿Fomenta la desigualdad social el hecho de que Panamá tenga uno de los niveles impositivos más bajos de la región?
Más que fomentar la desigualdad social, no la reduce suficientemente. El sistema tributario panameño redistribuye bastante poco y esto es extensible a varios países en América Latina.El impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) es una de las tasas impositivas que mejor distribuye las rentas, pero en Panamá es muy bajo, está por debajo del promedio en América Latina. Es necesario que el país refuerce su músculo fiscal, pero esto no significa que deba aumentar los impuestos a su clase media, que ya paga una cantidad sustancial, sino revisar las numerosas exenciones fiscales, reforzar los impuestos sobre la renta a los ciudadanos con mayores ingresos y luchar contra la evasión fiscal. Hay que ver quién puede pagar más, evaluar si podrían pagar un poco más, pero sin destruir incentivos para estos ciudadanos que han logrado salir de la pobreza. Al acometerse una reforma tributaria, debe ir acompañada de avances en el gasto público.
¿Cómo se logra este objetivo?
Esto se logra con un Estado más transparente, más eficaz y que realmente apoye de manera efectiva a los panameños que más lo necesitan, pero con una cultura de incentivos y no solo de subsidios. Es muy importante invertir en educación, en transporte y en sanidad. Pero también en competencias y habilidades para que los jóvenes encuentren un trabajo formal.
En Panamá se ha anunciado la implementación de la factura electrónica. ¿Este paso es un avance?
Sí, absolutamente. Considerar la política fiscal en sentido amplio por el lado del gasto también incluye trasparencia por parte del Estado. Es necesario romper la desconexión entre la gente y el Estado porque esto lleva a la evasión. El principal problema es cuando los ciudadanos y las empresas no ven los servicios a la altura de los impuestos que pagan. Se trata de que los ciudadanos confíen en que el dinero de los impuestos va a parar a donde debe ir.
¿Cómo se transforma el sistema productivo para hacerlo más competitivo?
El Gobierno de Panamá y la OCDE trabajan en un estudio multidimensional para identificar cuáles son los retos y cómo las políticas públicas pueden ayudar al país para que dé el salto al ingreso medio y al ingreso alto con menos desigualdad y más movilidad social. En el ámbito productivo, vemos un sector financiero y de la inversión, tanto residencial como extranjera, muy pujantes. Panamá necesita acompañar estos sectores muy punteros con otros para que generen más empleo.
Las reflexiones apuntan a la necesidad de reforzar los impuestos sobre la renta a los ciudadanos con mayores ingresos y luchar contra la evasión fiscal.
¿Qué realidad tributaria refleja en Panamá el informe ‘Estadísticas Tributarias en América Latina y el Caribe 1996-2016’?
El estudio destaca que Panamá va a contracorriente, porque las contribuciones a la seguridad social fueron la fuente más importante de ingresos como proporción del recaudo tributario total para Panamá. Asimismo, el país reportó en 2016 un aumento en sus ingresos tributarios con respecto al PIB, de 15.9% en 2015 a 16.6% en 2016. Aun así, se encuentra en el grupo de países con una recaudación más baja de la región: exactamente 6 puntos menos que el promedio de América Latina. La OCDE llama a reforzar el músculo tributario para que el Estado disponga de recursos para financiar las políticas que aumenten el crecimiento económico y reduzcan la desigualdad. Pero también hay que gastar mejor y de forma más transparente.
¿Fomenta la desigualdad social el hecho de que Panamá tenga uno de los niveles impositivos más bajos de la región?
Más que fomentar la desigualdad social, no la reduce suficientemente. El sistema tributario panameño redistribuye bastante poco y esto es extensible a varios países en América Latina.El impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) es una de las tasas impositivas que mejor distribuye las rentas, pero en Panamá es muy bajo, está por debajo del promedio en América Latina. Es necesario que el país refuerce su músculo fiscal, pero esto no significa que deba aumentar los impuestos a su clase media, que ya paga una cantidad sustancial, sino revisar las numerosas exenciones fiscales, reforzar los impuestos sobre la renta a los ciudadanos con mayores ingresos y luchar contra la evasión fiscal. Hay que ver quién puede pagar más, evaluar si podrían pagar un poco más, pero sin destruir incentivos para estos ciudadanos que han logrado salir de la pobreza. Al acometerse una reforma tributaria, debe ir acompañada de avances en el gasto público.
¿Cómo se logra este objetivo?
Esto se logra con un Estado más transparente, más eficaz y que realmente apoye de manera efectiva a los panameños que más lo necesitan, pero con una cultura de incentivos y no solo de subsidios. Es muy importante invertir en educación, en transporte y en sanidad. Pero también en competencias y habilidades para que los jóvenes encuentren un trabajo formal.
En Panamá se ha anunciado la implementación de la factura electrónica. ¿Este paso es un avance?
Sí, absolutamente. Considerar la política fiscal en sentido amplio por el lado del gasto también incluye trasparencia por parte del Estado. Es necesario romper la desconexión entre la gente y el Estado porque esto lleva a la evasión. El principal problema es cuando los ciudadanos y las empresas no ven los servicios a la altura de los impuestos que pagan. Se trata de que los ciudadanos confíen en que el dinero de los impuestos va a parar a donde debe ir.
¿Cómo se transforma el sistema productivo para hacerlo más competitivo?
El Gobierno de Panamá y la OCDE trabajan en un estudio multidimensional para identificar cuáles son los retos y cómo las políticas públicas pueden ayudar al país para que dé el salto al ingreso medio y al ingreso alto con menos desigualdad y más movilidad social. En el ámbito productivo, vemos un sector financiero y de la inversión, tanto residencial como extranjera, muy pujantes. Panamá necesita acompañar estos sectores muy punteros con otros para que generen más empleo.