Por Gabriela Melara - revistaeyn.com
Centroamérica se despide de una mujer que rompió brecha en los años 90´s. Violeta Barrios de Chamorro será recordada siempre por ser la primera mujer electa (en votación popular) en América Latina como presidenta.
De Chamorro gobernó Nicaragua entre 1990-1997. En la región, previo a ella, otro nombre destacado es el de María Estela Martínez de Perón (más conocida como Isabel Perón), quien rigió los destinos de Argentina entre 1974 y 1976, como sucesora de su esposo Juan Perón (de quien era su vicepresidenta).
“El alma y la razón de ser Nicaragua es la libertad”, es una de sus frases más recordadas de su discurso, cuando asumió la presidencia de Nicaragua el 25 de abril de 1990.
Su victoria fue un triunfo a los nicaragüenses, ya que derrotó con el 54,7 % de los votos, el 25 de febrero de 1990, al sandinista Daniel Ortega, que buscaba entonces la reelección y quien desde 2007 volvió al poder en Nicaragua.
En ese entonces, de Chamorro se presentó como candidata a la Presidencia por una extinta coalición de 14 partidos que conformaron la Unión Nacional Opositora (UNO).
Después de ella, 13 mujeres han sido presidentas de Gobierno en América Latina y el Caribe. Entre ellas Mireya Moscoso, presidenta de Panamá 1999-2004; Laura Chinchilla, presidenta de Costa Rica 2010-2014; y Xiomara Castro, presidenta de Honduras desde 2022.
UNA MUJER DESAFIANTE DE LA HISTORIA DE CENTROAMÉRICA
La Revista Estrategia & Negocios, destacada publicación en Centroamérica, nombró a Violeta como una de las "Mujeres Desafiantes", resaltando su papel trascendental en la historia política latinoamericana, lo cual fue coherente para la distinción como "Mujer del Bicentenario" por su legado.
Barrios de Chamorro se transformó en la primera figura de poder que no tuvo que recurrir al autoritarismo ni a las balas para llegar a la presidencia de Nicaragua, en ese momento un país dividido.
“¡Es muy bello que una República se levante sin sangre como un sol nuevo de justicia y libertad!”, agregó en su primer discurso.
El Gobierno de “Doña Violeta”, como popularmente se le llama a su periodo en la silla presidencial, promovió la tolerancia en un país que venía de una guerra interna, así como las libertades públicas, un legado de su esposo, el héroe nacional Pedro Joaquín Chamorro (1924-1978).
Según analistas locales, consultados por Estrategia & Negocios, en 2022, su forma “maternal” de gobernar fue clave para disolver los rencores heredados, luego de diez años de guerra entre el gobierno sandinista y la Contra. Fue llamada la “presidente de la paz”.
Doña Violeta, quien orgullosamente decía que era ama de casa, logró varias hazañas en el país: decretó la suspensión del servicio militar obligatorio y la recuperación de armas en manos de civiles.
Se concentró, además de la pacificación del país, en encauzar la nación hacia el crecimiento económico, en reducir la deuda externa e impulsar la profesionalización de las Fuerzas Armadas y la Seguridad.
Previo a su llegada a la presidencia, tras el derrocamiento de Anastasio Somoza, fue nombrada miembro de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional(JGRN), sin embargo renunció meses después por discrepar con el rumbo de la revolución sandinista. Asumió entonces la dirección del diario La Prensa.
En sus memorias, contó lo difícil que fue para ella asumir la presidencia de un país en ruinas a causa de la sangrienta guerra civil de los ochenta, que dejó decenas de miles de muertos.
En los últimos años estuvo retirada de la política, pero sus hijos continuaron su legado, como el exministro Pedro Joaquín y la periodista Cristiana Chamorro Barrios, quien pretendía enfrentar a Ortega en las elecciones de 2021, fueron apresados ese año y luego excarcelados y expatriados.
Otro de sus hijos, el periodista Carlos Fernando Chamorro, director del medio digital Confidencial, se exilió en Costa Rica en 2021.
Como detalle. Como un ejemplo al resto de la sociedad nicaragüense, Chamorro unió a su familia, dividida en sandinistas y antisandinistas: el hijo mayor, Pedro Joaquín, fue miembro del directorio de la extinta 'Contra' antisandinista, mientras que el menor de los cuatro, Carlos Fernando, dirigió hasta 1994 el diario Barricada, propiedad del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Sus dos hijas también estuvieron en los planos opuestos de la política, ya que Claudia Lucía trabajó como embajadora del régimen sandinista en Costa Rica, mientras que Cristiana apoyaba desde la dirección de las páginas del diario La Prensa a las fuerzas políticas contrarias al FSLN.
"La patria que heredé era una sociedad desgarrada por la división. Los nicaragüenses no nos reconocíamos como hijos de una misma patria. Podían más los intereses partidarios y personales que los legítimos intereses del pueblo", reflexionó en sus memorias 'Sueños del corazón. La autobiografía de una mujer excepcional'.
VIOLETA BARRIOS DE CHAMORRO MURIÓ EN COSTA RICA
La expresidenta nicaragüense Violeta Barrios de Chamorro, aquejada por problemas de salud, fue trasladada, en 2023, de Managua a Costa Rica, donde viven exiliados dos de sus cuatro hijos. En este país falleció el 14 de junio de 2025.
Nacida el 18 de octubre de 1929 en la ciudad de Rivas, en el Pacífico sur de Nicaragua, Violeta Barrios Torres, también conocida como Violeta Chamorro por el primer apellido de su esposo, el periodista Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, se encontraba enferma tras sufrir hace siete años un accidente cerebrovascular.
"La familia Chamorro Barrios informa que nuestra madre Violeta Barrios de Chamorro, expresidenta de Nicaragua, falleció hoy 14 de junio de 2025 a las 2:21 de la madrugada (08:21 GMT) en San José de Costa Rica, a la edad de 95 años, después de una larga enfermedad", anunciaron sus hijos Pedro Joaquín, Claudia Lucía, Cristiana y Carlos Fernando, todos Chamorro Barrios, en un mensaje.
