aleksraj@gmail.com
Master en Administración de Recursos Humanos
Docente Universitario.
El ambiente externo -visualizado entorno social- no puede ser nunca predicho por la compañía, pero si puede ser calculado sin importar el lugar o naturaleza de la función administrativa que se desempeñe, es conocido en la teoría administrativa moderna, que el administrador debe siempre tener en cuenta cinco variables para la toma de decisiones organizacionales, ellas son: la Tecnóloga, la Ecología, la ética, las Finanzas y la Política, esta última abarcando el marco jurisprudencial que ella encierra y su suceso en el colectivo meta o el respectivo grupo social de interés e influencia para la propia compañía.
Cuando nos detenemos a pensar en la incidencia que tiene la tecnología en la administración, casi por lógica y experiencia propia asumimos que no hay discusión al respecto, sin embargo, una decisión equivocada producto de una falta de análisis adecuado en cuanto al uso tecnológico en nuestra empresa, puede resultar en un efecto dañino y silencioso que puede tornarse en una crisis empresarial en el mediano plazo. Posiblemente llevaría muchas páginas analizar las inseguridades informáticas que rodean el uso de la tecnología en la empresa más allá de su invaluable aporte positivo en el progreso de las mismas; pero la principal manera de prever posibles riesgos, se encuentra en el establecimiento de protocolos internos para el uso y manejo de dominios institucionales tanto en horas laborales como fuera de ellas.
Una realidad a la que nos debemos ajustar los funcionarios administrativos ante los avances tecnológicos es que individuos hemos asumido "dos identidades" una física y otra virtual, la virtual convive innegablemente con nuestro trabajo e inclusive vinculamos esa privacidad virtual al extremo de manejar información personal en cuentas corporativas y es precisamente por ello que deben tomarse precauciones al respecto, por referenciar un pequeño ejemplo un dato un estudio a cargo de una empresa especializada en identidad móvil / virtual estadounidense, revelaba que tan solo en el año 2017, el 73% de las cuentas en línea estaban protegidas por contraseñas duplicadas y alrededor del 55% de las personas utilizan cinco o menos contraseñas, para todas sus cuentas online incluidas las corporativas; dicho de otro modo nuestra identidad virtual es sumamente vulnerable para nosotros mismos y para la seguridad corporativa de nuestra empresa, todo un reto para la ciberseguridad corporativa y la posible potencialización/capacitación que al respecto deben tener los departamentos de IT en todas las organizaciones.
Al referirnos al aspecto ecológico / ambiental del entorno organizacional, es inevitable proyectar nuestra responsabilidad administrativa en equilibrio con las demandas que del propio entorno emanan, corresponde a la compañía establecer una armonía sana entre la presión cada vez más inevitable de las tendencias verdes del mercado y la realidad posible de la empresa, la tendencia ecológica debe ser asumida con pertinencia y si no es posible a la organización acercarse a lo máximo posible con la ecología en uno o varios de sus productos / servicios, tiene la opción por medio de la Responsabilidad Social Empresarial de involucrarse a grupos de interés, así como organizaciones para el mejoramiento de las comunidades y sus individuos; lo anterior no elimina la responsabilidad de, internamente, buscar la amabilidad ambiental de la compañía en todas sus dependencias administrativas.
Las empresas pasaron de ser entidades cuya visión fue exclusivamente lucrativa durante el siglo XX, para dar paso a una visión integral que incluye una multiplicidad de elementos demandantes a lo interno de la propia organización, los públicos externos e internos ya no son únicamente meros espectadores de su función específica (producir-consumir, y repetir el circulo según sea el caso), sino que hoy, participan, cuestionan, esperan, y sobre todo actúan generando directa o indirectamente resultados y proyectando una imagen fácilmente identificable y difícilmente modificable a través del tiempo.
Este reto ecológico nos acerca sin duda a la variable ética que rodea a la empresa, cada individuo tiene una idea particular de lo que representan los aspectos morales en su vida, si bien es cierto las normas estándar de comportamiento son generalmente seguidas al pie de la letra, por ello las establecemos por escrito al plasmarlas en reglamentos / códigos que trasladamos al conocimiento general de la organización, sin embargo hemos caído en el error de no fortalecer la deontología individual de nuestros colaboradores en función de lo que ellos y sus decisiones representan en nuestras empresas. De ello opina muy atinadamente la profesora colombiana Juliana Leal, Magister en Filosofía cuando opina: "la ética es la reflexión crítica y deliberada sobre el conjunto de normas, creencias y prejuicios imperantes en una sociedad con el propósito de examinar su validez, y además, es la reflexión sobre nuestra realidad y sobre cómo conducir nuestras decisiones y acciones. Dicho de otro modo, la ética tiene como uno de sus objetos de estudio la moral. Pero no podemos caer en el error de reducirla a esta última, puesto que es una expresión de la capacidad que tenemos todos los seres humanos de pensar y decidir".
Por lo anterior es necesario tener claro, que el recurso humano no solo representa la fuerza de voluntad con la cual una organización logra objetivos corporativos, sino que con cada actitud y decisión que proyecta en su quehacer cotidiano no solo cumple un deber, sino señala un camino a seguir para toda la compañía como tal, cada acto se trasforma en una piedra que se coloca una tras otra y vas formando las bases sobre las cuales se percibe externamente la compañía, la actitud de un colaborador debe ser vista como la de todos los colaboradores de la empresa. Por ello el tema ético debe ser mucho más analizado en las organizaciones de o que ha sido hasta ahora, conviene pues un ejercicio de conciencia en las Direcciones Administrativas para confirmar cuanto tiempo dedica al año en cada una de sus respectivas empresas a la cuestión ética-organizacional.
Desde el punto de vista financiero, las proyecciones se vuelven más tangibles y por ende posiblemente identificables, para ello se vuelve necesario que toda empresa audite su situación financiera al menos dos veces al año, para hacerlo requerirá no solamente de herramientas de detección de errores sino también de la sinceridad y el acompañamiento de todos los funcionarios involucrados en metas financieras, los números azules son sin duda la estabilidad corporativa, pero debemos saber que los números rojos no solo son una alerta sino también una oportunidad, evolucionar a partir de un posible estancamiento.
Es en ese punto donde el análisis financiero permite la evaluación del desempeño económico para sentar responsabilidades, cierto; pero de él se podrá obtener una comparativa real de la posición que ocupamos en un mercado, el auditar finanzas no solo mide nuestra sanidad empresarial en términos económicos, también permite una reinvención estratégica que de otra manera no llegaría, las condiciones en que opera la empresa en términos de liquidez, solvencia, endeudamiento, eficiencia, rendimiento y rentabilidad, deben constituir el norte de cada análisis o auditoría financiera que se realiza. Si logramos transformar un mal indicador en una oportunidad corporativa, estaremos honrando y reivindicando más que nunca a la escuela Administrativa.
Finalmente y no menos importante en la gestión administrativa moderna, tenemos la variable política, nos desenvolvemos como es bien sabido en una región relativamente inestable en términos políticos como lo es Latinoamérica, si bien en los últimos años ha existido cierto equilibrio en cada país, no podemos obviar que somos muy incipientes en los intentos de equilibrio prolongado en términos de "paz interna" en cada uno de nuestros países, con algunas excepciones claro está, pero en la era de la globalización debemos tener la costumbre de hacer análisis de mercados en bloque y no en subdivisiones.
Por lo anterior el administrador de negocios debe ser vigilante de los acontecimientos políticos y hacer coincidir su visión con los intereses del sector industrial, ser responsable de cumplir con el marco jurídico correspondiente a cada lugar en el que se desenvuelve, velando por fortalecer la idea de que el sector comercial es un actor fundamental en la estabilidad de los estados, la representación gremial de las empresas en tan necesaria como la representación gremial de los trabajadores, la defensa de los derechos de uno permite equiparar los deberes del otro.
El balance responsable visionario sobre estas cinco variables administrativas básicas para la toma de decisiones organizacionales, constituye un reto en la gestión de las organizaciones contemporáneas, las circunstancias fuerzan cambios abruptos en el entorno, debemos pues ser precavidos y tratar de poner en nuestro escritorio constantemente los posibles escenarios que podemos esperar en nuestro entorno empresarial.