Por Pablo Balcáceres - Gabriela Melara / Estrategia & Negocios
El actual contexto de proteccionismo comercial de Estados Unidos puede tener un efecto benéfico para las pequeñas y medianas empresas, a través del consumo de productos locales. Así lo plantea Ricardo Balmore López, catedrático de la Escuela de Economía de la Universidad de El Salvador (UES).
Un incremento de los precios de los productos importados desde Estados Unidos puede reducir su competitividad y favorecer el consumo de productos locales.
Este escenario se combina con la existencia de liquidez en la banca regional. “Es una oportunidad, al existir liquidez, el sistema financiero puede apoyar a las pymes”, prospecta López.
Tradicionalmente, continúa, las pequeñas y medianas empresas han afrontado barreras al financiamiento debido a que muchas se encuentran en situación de informalidad–en El Salvador se estima que el 75 % se encuentra en ese estado– y suelen acarrear debilidades en sus flujos de caja.
Otra barrera a la competitividad es un desventajoso acceso a la tecnología. A pesar de esas limitantes, este sector destaca como la mayor fuerza económica conque cuenta la región.
Según cifras del Centro de Promoción de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (CENPROMYPE), el 99 % de las casi 1,6 millones de empresas centroamericanas son micros, pequeñas y medianas.
En la caracterización del sector, se cataloga al 83% de las empresas de la región como microempresas, al tener de 1 a 9 empleados; el 16% se consideran pymes como tal, ya que cumplen con el rango de 10 a 100 empleados, y el 1% restante es gran empresa.
Estudios de la Fundación de Apoyo Integral (FUSAI) arrojan que alrededor del 40% de las pymes afrontan dificultades financieras. Entre las afectaciones citan el costo del acceso al crédito, el sobreendeudamiento y la necesidad de reestructurar sus deudas. A esto se suma que el rubro es altamente sensible a los efectos de la inflación.
Rodolfo Tabash, CEO de BAC Credomatic, considera estratégico abrir el panorama para el apoyo de la banca hacia la pyme, debido a su potencial de generación de nuevos negocios.
La institución estructura una oferta hacia las pymes siguiendo su ciclo de vida, para darle una atención según sus necesidades, en el momento adecuado. Hay una realidad, y es que el 41% de las empresas no superan los tres años de vida.
Pero las pymes que logran crecer de la mano de un banco que les apoya generan un alto compromiso. “El 75% de las pymes que se fidelizan con un banco en etapa de emprendimiento, continúan trabajando con la misma entidad financiera a lo largo de su desarrollo”, destaca Tabash.
“Para BAC es importante estar desde el inicio del ciclo de vida, para dotarlas de herramientas que les ayuden a sobrevivir los primeros tres años y contar con relaciones fuertes a largo plazo con las pyme”.
GRIFOS DE ACCESO
Los organismos multilaterales y supranacionales destinan recursos para impulsar a este sector crítico para las economías de la región.
Entre los mayores fondeadores el año pasado, la Corporación Financiera Internacional (IFC), que forma parte del Grupo Banco Mundial, destinó más de US$1.250 millones para apoyar al sector privado de Centroamérica.
De estos recursos comprometidos, unosUS$780 millones los captó el Programa Global de Financiación al Comercio (GTFP), que busca facilitar el flujo de bienes y servicios desde y hacia países en desarrollo. Las pymes del sector agrícola se verían mayormente beneficiadas con la iniciativa.
Además, dirigió unos US$220 millones hacia el Banco Industrial de Guatemala, para expandir la cartera pyme de la institución e impulsar las finanzas climáticas.
Adicionalmente, la IFC anunció recursos por US$120 millones para BAC El Salvador, dirigido a las mipymes. El paquete contempla una inversión de largo plazo de US$80 millones y una línea de comercio exterior de US$40 millones para ampliar su cartera de préstamos hacia las mipymes.
Tabash, que dirige a este banco con presencia en todo el istmo, asevera que apoyan a unas 250.000 pymes en la región, a través de soluciones financieras y no financieras.
“Como principales resultados, destacamos un crecimiento de un 11% en la cartera de crédito y de un 19% en saldos vista, con respecto al año pasado”, apunta Tabash.
En Costa Rica, Banco Nacional asegura que apoya a más de 372.000 pequeñas y medianas empresas, esto representó un saldo de cartera de ¢1,3 billones de colones costarricenses colocados (unos US$2.500 millones).
Rosaysella Ulloa Villalobos, gerente general del Banco Nacional, adelantó que la institución alcanzó utilidades históricas el año pasado, y este logro “se traducirá en más crédito para pymes, mujeres emprendedoras, sectores productivos y familias que acceden a vivienda”.
Por otro lado, Scotiabank en Costa Rica y Panamá declara que el segmento pymes esclave para su estrategia, por lo que implementa mejoras transversales para acelerar su crecimiento.
En total, el banco tiene 13 hubs localizados en la red de sucursales. Dos de estos están especializados en la atención de clientes delos segmentos de Pymes, Banca Privada y Premium Banking.