Por Pablo Balcáceres – Inteligencia E&N
En el Ranking de Bancos de Centroamérica 2025, E&N explora el desempeño de la banca de la región, que, si bien no creció a doble dígito como en años pasados, se situó muy cerca.
Un hito relevante: por primera vez en su historia, los activos conjuntos de la banca regional, excluyendo a Panamá, superaron la marca de los US$200.000 millones al cierre del año pasado.
Los 69 bancos medidos en el Ranking de Bancos de Centroamérica, por Estrategia & Negocios, sumaron US$216.221,1 millones de activos, y superaron a los US$198.019,1 millones de 2023.
El contexto internacional materializa riesgos para la banca de la región, que deberá transitar en un entorno de desaceleración económica. Las medidas proteccionistas del gobierno de Donald Trump elevando los aranceles al comercio han causado olas expansivas a lo largo y ancho de las economías alrededor del globo.
De hecho, los organismos internacionales como el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) ya anticipan una desaceleración de las economías. Para el BM, los países de Centroamérica crecerán entre 0,2 y 0,8 décimas menos que 2024.
Por otro lado, el FMI espera que Estados Unidos avance 1,8%, tras un 2,8% en 2024, según las estimaciones de abril.
La banca en Centroamérica afronta el presente choque externo en una posición bastante mesurada. La palabra clave del año será “cautela”, plantea en su análisis Alfredo Calvo, líder del sector de Calificación de Instituciones Financieras de S&P Global.
Las expectativas económicas para 2025 ya se encontraban contenidas, y ahora surgen nuevos riesgos por administrar; pero la fortuna le sonrió al sector que tuvo un 2024 favorable y le ha dejado con liquidez para maniobrar en estos tiempos más difíciles.
Por su lado, Ricardo Balmore López, catedrático de la Escuela de Economía de la Universidad de El Salvador (UES), pone sobre la mesa que la banca tiene ante sí nuevas oportunidades de negocios relacionadas con la diversificación de mercados.
Los agentes económicos tocarán las puertas de la banca para diversificar mercados y reducir la dependencia de Estados Unidos. Queda en manos de las instituciones apoyarlos para abrir o fortalecer nuevos nichos de negocios, prospecta López.
Buen ritmo de crecimiento
Los activos de la banca en Centroamérica en 2024 subieron a un ritmo del 9,1% anual, un desempeño saludable. A pesar de ello, se concretó una desaceleración con respecto al 11,1% del ejercicio previo.
Los crecimientos de activos −un indicador del tamaño de la banca− fluctúan en un rango más o menos uniforme, entre el 7,8% y el 10%, con Guatemala (+10%) y Honduras (+9,4%) exhibiendo una mejor tasa de avance; y Nicaragua (+7,8%) y El Salvador (7,9%) en la banda inferior.
Vale notar que Guatemala y El Salvador aceleraron el ritmo de crecimiento, marcados ambos por un aumento en los créditos de consumo. En Guatemala, estos avanzaron en 12,6% para el primero, según la Superintendencia de Bancos de ese país.
Por cifras totales de activos, Guatemala y Costa Rica comparten relevancia como los mayores mercados bancarios de la región. El sistema bancario guatemalteco reportó US$74.214 millones de activos y el costarricense, US$64.737,4 millones.

El desarrollo de la banca en Honduras lo ha llevado a acumular US$42.753,9 millones; El Salvador le sigue con US$25.333,1 millones; y por último va Nicaragua, con US$9.182,6 millones.
Por otro lado, los créditos en la región avanzaron a una tasa promedio del 11,2 %, para acumular US$132.487,7 millones; mientras que los depósitos lo hicieron a un 9 % de impulso, sumando US$155.681,2 millones. E&N elabora el ranking basado en cifras de las superintendencias de bancos de cada país.
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