Los tatuajes en la sociedad salvadoreña, conservadora y llena de prejuicios, están ligados a la criminalidad y las pandillas, por lo que las personas que los portan son estigmatizadas y, en la mayoría de los casos, son discriminadas y excluidas. Por ello, el gobierno creo el Programa de Remoción de Tatuajes, a través del Instituto Nacional de la Juventud (Injuve), cuyo objetivo es reinsertar a la sociedad a quienes los portan. Hasta el momento, la Clínica de Remoción de Tatuajes cuenta con 818 pacientes activos en el tratamiento, de los cuales 709 son hombres y 119 mujeres, y que desde que inició el proyecto, en 2013, se han eliminado totalmente los tatuajes de 281 pacientes.
(Fuente: EFE)