Presenta un débil crecimiento y un déficit creciente
Por: Gustavo Arias R., Gustavo.Arias@estrategiaynegocios.net
El mandatario que elija Honduras, el 24 de noviembre, tendrá que sacar a flote a la economía menos competitiva de Centroamérica. Reto complejo partiendo de un débil crecimiento y un déficit creciente.
Honduras ocupa el puesto 111 en el índice Global de Competitividad, siendo su pobre desarrollo institucional y su paupérrima infraestructura las principales remoras de su crecimiento. A esos problemas hay que sumarle un manejo gubernamental descrito por el Foro Económico Mundial como burocrático y corrupto.
El complejo panorama lo completan un modelo de exportaciones e inversión extranjera directa (IED) incapaz de sacar adelante al país y el impacto económico que produjo el golpe de Estado de 2009.
A nivel de crecimiento, el Producto Interno Bruto (PIB) real (valor total de bienes y servicios producidos por las industrias y otros agentes de la economía, en el territorio hondureño, a precios del 2005) crece a un ritmo del 3,6%. Una de las tasas más bajas de la región, solo superando a El Salvador (1,5%).
El crecimiento es aún menor si tomamos como punto de partida el Producto Interno Bruto per cápita, ya que ronda el 1,6% y se coloca en $1.544, lo que convierte a Honduras en una economía de ingreso medio-bajo.
En comercio exterior es donde Honduras presenta sus mejores cifras. Experimentó de 2010 a 2011 un incremento del 24,5% en las exportaciones y un 23,6% en las importaciones. Sin embargo, el país tiene un saldo negativo en cuenta comercial de $3.632 millones, cifra que creció un 337% desde el año 2000.
A nivel de IED, el país recibió en 2011 $1.014 millones, lo que equivale al 5,7% del PIB, cifra que creció muy poco en 10 años, ya que en el 2000 la IED representaba el 5,3% del PIB.
Finanzas publicas en la mira
El endeudamiento público de Honduras se redujo a partir de 2007 (19,2% del PIB), ya que los acreedores multilaterales y bilaterales acordaron condonarle alrededor de $3.800 millones. Empero, las últimas dos administraciones se volvieron a endeudar y se espera que para 2013 la deuda sea del 41,7% del PIB, situación que pone en peligro la estabilidad económica del país.
Una de las razones principales de preocupación es que la carga tributaria hondureña solo recauda el 15% del PIB, mientras que el gasto del Gobierno Central es cercano al 21,9%.
Un mercado laboral en decadencia
Honduras es un país con una alta tasa de desempleo, solo el 50% de la Población Económicamente Activa (PEA) tiene un trabajo permanente, según la última Encuesta de Hogares del Instituto Nacional de Estadísticas. Unos 1,8 millones de hondureños no tienen trabajo.
El subempleo (personas que laboran menos horas de las que desearían), se duplicó en 10 años y ronda el 10,4% y el subempleo invisible (personas que reciben menos ingreso que el mínimo por su empleo) es de 36,3%.
Esas cifras demuestran un desmejoramiento en las condiciones laborales de los hondureños que impacta en el índice de productividad laboral y promueve la migración.
Honduras produce por cada persona empleada $2,7 millones, cifra muy lejana a los $17,1 millones de Panamá y los $13,1 millones de Costa Rica.
Sobre la migración, salen del país unas 75.000 personas al año que envían unos $2.800 millones anuales, es decir el 15% del PIB.