La principal consecuencia de la votación del domingo es la apertura de un largo período de incertidumbre sobre lo que sucederá.
Por: AFP
El Gobierno y los actores económicos suizos intentaban buscar este lunes una estrategia para hacer frente al 'sí' a limitar la entrada de europeos en su mercado laboral, una decisión aprobada por referéndum el domingo, que complica las relaciones del país con la Unión Europea (UE), su primer socio comercial.
A pesar de que los opositores a ese texto aprobado por una ajustada mayoría temen consecuencias graves, las autoridades reaccionaron con pragmatismo, una virtud muy suiza, anunciando que el Gobierno presentará hacia finales de este año en el Parlamento un proyecto de ley que retomará las principales disposiciones del texto que pide 'el fin de la inmigración masiva'.
'Nosotros actuaremos rápidamente y en forma consecuente', declaró el domingo en Berna la ministra de Justicia, Simonetta Sommaruga, en presencia de todos los miembros del Gobierno.
Los analistas recordaron la votación del 9 de noviembre de 1992, cuando los suizos se opusieron a la adhesión al Espacio Económico Europeo, un desaire a las autoridades que militaban en favor de dicha adhesión.
Sin embargo, el Gobierno se niega a ser tan categórico como en esa época. Entonces, un ministro suizo había dicho: '¡Es un domingo negro!', una fórmula que se hizo célebre, y que se manifestó en una década difícil para la economía suiza.
Didier Burkhalter, ministro de Exteriores y presidente en 2014 de la Confederación, opinó el domingo que hay que 'tener cuidado con esos comentarios' y prometió abordar esas cuestiones con 'pragmatismo' en las capitales europeas, en primer lugar en Berlín dentro de pocos días.
El sistema suizo se basa en el hecho de que el pueblo puede decidir lo que quiere y el Gobierno tiene que aplicar la decisión popular de la mejor forma posible para el país, aunque esté a favor de otra solución, subrayó.
El índice de desempleo en Suiza se mantuvo en enero en un 3,5% de la población activa, sin cambios con respecto a diciembre, anunció este lunes la secretaría de Estado de Economía en Berna.
A finales del pasado mes, 153.260 personas estaban inscritas como desempleadas en Suiza. El 51,5% de los desempleados eran ciudadanos suizos, y el 48,5% extranjeros. En 2013, los extranjeros representaban un 23,5% (1,88 millones de personas) de la población total en Suiza. A ritmo anual, el desempleo en Suiza aumentó en 5.102 personas respecto a enero de 2013, lo que significa un aumento del 3,4%.
Este lunes, la empresa bancaria y financiera UBS publicó sus previsiones para Suiza en 2014. Dichas previsiones no tienen en cuenta el resultado del referéndum realizado la víspera.
UBS prevé para Suiza una tasa de crecimiento de 2,1%, casi el doble de lo que está previsto en la zona euro (+1,1%). En 2013, Suiza tuvo un crecimiento de aproximadamente 1,9%, mientras que en la zona euro fue negativo, de -0,4%.
'Nada cambiará a corto plazo en Suiza, los acuerdos de libre circulación siguen vigentes, hay un plazo de tres años para instaurar las cuotas', declaró a AFP Daniel Kalt, jefe de economistas del UBS para Suiza.
Según él, a corto plazo esa votación no tendrá efecto directo en la situación económica. 'Sin embargo, existe un riesgo indirecto vinculado al clima de incertidumbre política en el país, ahora quizás los inversores dudarán en venir a Suiza', agregó.
Suiza debe reunirse con la Comisión Europea 'para explicar lo que el pueblo decidió y lo que quiere', declaró a AFP Valentin Vogt, jefe de la Federación de Empleadores Suizos (patronato).
'También debemos comenzar a negociar con la UE sobre la libre circulación de las personas (...) y encontrar juntos una solución', añadió.
La principal consecuencia de la votación del domingo es la apertura de un 'largo período de incertidumbre sobre lo que sucederá, si habrá o no un acuerdo (con la UE) y cuáles serán los efectos', dijo.