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Análisis: 'Dirigencia política salvadoreña está condenada al diálogo'

El analista Daniel Zovatto, Director Regional de IDEA Internacional para América Latina y el Caribe, asegura que la dirigencia política salvadoreña debe hacer un esfuerzo por dialogar, a la vez que respetar la institucionalidad y las decisiones del Tribunal Supremo Electoral.

    2014-04-21

    El analista Daniel Zovatto, Director Regional de IDEA Internacional para América Latina y el Caribe, asegura que la dirigencia política salvadoreña debe hacer un esfuerzo por dialogar, a la vez que respetar la institucionalidad y las decisiones del Tribunal Supremo Electoral.

    Por: Cecilia Córdoba – estrategiaynegocios.net

    El Salvador amaneció hoy con la noticia del triunfo del candidato oficialista Salvador Sánchez Cerén, del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), en el escrutinio definitivo, según informó el Tribunal Supremo Electoral (TSE). Sánchez Cerén obtuvo 50,11% (1.495.815 votos) y Norman Quijano, del opositor Alianza Republicana Nacionalista (Arena), 49,89% (1.489.451), según el recuento del 100% de las actas electorales, y de acuerdo con lo anunciado en cadena de radio y televisión por el presidente del TSE, Eugenio Chicas, en la madrugada del jueves.

    Horas antes de que finalizara el escrutinio definitivo, el analista Daniel Zovatto, Director Regional de IDEA Internacional para América Latina y el Caribe, y quien presenció las elecciones del día domingo 9 de marzo, conversó en exclusiva con Estrategia & Negocios.

    ¿Cuál es su reflexión sobre el ajustado resultado de esta segunda vuelta electoral y qué escenario vislumbra en el corto plazo?

    Esta es una elección que deja a El Salvador dividido en dos partes iguales, pero mientras en la primera vuelta para ganar es necesario contar con el 50% de los votos más uno, jurídicamente en la segunda vuelta se puede obtener la presidencia por diferencia de un voto, por lo tanto cada voto vale para ganar o perder.

    Lo que debe primar en una situación como esta, es mucha prudencia, madurez y tolerancia desde ambas partes. Se debe hacer un esfuerzo muy importante para mantener el diálogo, no solamente para esta etapa post conflicto electoral, sino fundamentalmente para lo que viene. La situación demanda, tanto del gobierno como de la oposición, que haya un diálogo nacional y en la medida de lo posible una agenda que se cristalice en un acuerdo nacional. De lo contrario, va a ser muy difícil que El Salvador pueda salir adelante.

    Luego, ambas partes se tienen que apegar al estado de derecho y a la normativa electoral porque este código electoral es producto de una reforma reciente en la que participaron todos los partidos políticos. A su vez, hay que tener respeto por la institucionalidad y por las decisiones, en este caso, del TSE, nos guste o no nos guste. Porque con esas reglas del juego, con esas normas procesales, normas sustantivas, con esas instituciones es como se dirimen los conflictos electorales en una democracia. Sería un gravísimo error tratar de buscar un atajo y generar una crisis política desoyendo o no acatando la decisión final del tribunal.

    Estas crisis suelen actuar como parteras de la reforma y eso sería muy importante en este caso.

    ¿Qué reformas cabrían en El Salvador?

    Primero hay que revisar la arquitectura y el diseño institucional de la autoridad electoral. Actualmente está todo concentrado en un tribunal que organiza la elección y que a su vez tiene la capacidad jurisdiccional para resolver los recursos que se presentan contra el proceso. En muchos países hay dos órganos, uno que organiza la elección y otro que tiene la competencia jurisdiccional en materia electoral. Esto es así en México, Perú y República Dominicana, por ejemplo.

    Segundo, creo que habría que incorporar una cláusula gatillo, como existe en Costa Rica o como la que añadió México, luego de la reñida elección entre Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador, cuando también hubo una diferencia mínima. En México, si la diferencia es de menos del 1% y quien quedó en segundo lugar lo pide, hay un recuento voto por voto. En Costa Rica, y creo es el ejemplo que El Salvador debería tomar en cuenta, si la diferencia es de un 2% o menor, hay un recuento voto por voto de la elección, automático. No es objeto de interpretación.

    ¿Qué otros aspectos deberían revisarse para tratar de evitar los cuestionamientos que surgieron a lo largo de este proceso?

    Otros temas para revisar son los que tienen que ver con el financiamiento de los partidos, regular la utilización de los recursos del Estado en las campañas electorales y el papel del Presidente, poniendo sanciones, más recursos al tribunal para que pueda controlar o sancionar de manera más fuerte. Hay normas que se podrían tomar en cuenta para lograr que la competencia electoral tenga la mayor equidad posible entre gobierno y oposición, de manera tal que el gobierno no tenga ventajas por la utilización abusiva de los recursos del Estado durante la campaña.

    El otro tema fundamental es una depuración del padrón electoral. Tal como está ahora, con casi 5 millones, es un padrón que claramente necesita de una depuración a fondo y ponerle especial atención al tema de los Documentos de Identificación. Hay que tomar en cuenta que más de 500 mil personas no pudieron contar con el documento a tiempo para votar.

    Por último, lo grave sería que de esta crisis post electoral no se aprendiera nada y todo quedara como está. Hay que sacar enseñanzas, hacer un debate a fondo y utilizar esta crisis como una partera de las reformas en varios niveles pero de manera particular en materia electoral.

    Los electores se han mostrado absolutamente divididos, es decir que el próximo presidente asumirá con un amplio porcentaje de la población que no lo eligió como su alternativa, ¿cómo debería proceder el vencedor para avanzar hacia una legitimidad más amplia que aquella que le otorgaron los votos? ¿Y qué posición debería tomar la oposición?

    Políticamente tiene que haber diálogo y respeto. Si se confirma el triunfo del FMLN, este tiene que volver a invitar a Arena a un diálogo nacional para tratar de acordar una agenda que dé respuesta, vía políticas de Estado, a los temas principales que son muchos, complejos y graves. Si esta crisis política se mantiene va a ser muy perjudicial. Arena, en este escenario, creo que debería hacer una oposición dura y firme, pero responsable, constructiva y propositiva.

    Hay que tomar en cuenta la particularidad que encontramos en El Salvador y que no tiene ningún otro país de América Latina. El presidente que sea confirmado deberá gobernar con tres legislaturas diferentes. La actual, que no cambió. La del 2015, que llegará hasta el 2018 y luego la del último año de gobierno. Por lo tanto, la elección del 2015 se presenta como la madre de todas las elecciones, por la importancia que va a tener. El FMLN podría llegar a hacer una muy buena elección y alcanzar la mayoría propia o acercarse lo más que pueda, o por el contrario podría darse una muy buena elección de Arena que implique que el FMLN tenga que buscar concertar con ellos.

    ¿Cree usted que la actual dirigencia, los protagonistas de esta elección, están preparados para buscar y alcanzar estos grandes acuerdos país?

    La dirigencia política salvadoreña, a la luz de estos resultados y tomando en cuenta la agenda tan importante que tiene, está condenada a dialogar y escucharse. No tienen alternativa, están condenados al diálogo y al entendimiento porque de lo contrario la situación va a empeorar. Hay que tratar de escapar de esta coyuntura y evitar que las posiciones se alejen porque los salvadoreños dieron un mandato muy claro: ustedes están condenados a dialogar y entenderse. En la primera vuelta, aunque estuvo cerca, el FMLN no logró el 50 % +1; por lo tanto, no tuvo un mandato claro. En la segunda, aunque el mandato jurídico y la legitimidad de origen se dan aun con un voto de diferencia, la lectura política es que no se ha confiado todo el poder político y por ello están condenados a entenderse.

    ¿Cómo deberían ejercerse los liderazgos en este escenario?

    (Salvador) Sánchez Cerén es un hombre de izquierda, por lo que si buscamos un role model creo que lo más apropiado sería acercarse a la figura de Pepe Mujica (presidente de Uruguay), por ejemplo, que a la de Nicolás Maduro (presidente de Venezuela). Un modelo del estilo de liderazgo de Mujica, ocupándose de la inclusión social pero siempre respetando la institucionalidad. De parte de la oposición, pienso que está la oportunidad de que Arena se fortalezca, alejándose del rol de la derecha desestabilizadora, sino ejerciendo una oposición propositiva. Si en la primera vuelta había quedado en duda –en parte por la elección que hizo Tony Saca-, en la segunda se confirmó que el sistema es absolutamente bipartidista. Arena validó sus credenciales en las urnas.

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