1. Cerveza Nail Brewing’s Antarctic Nail Ale
Con 10 grados, cuesta entre US$600 y US$1.400 el medio litro. Como particularidad hay que decir se elabora con agua de iceberg del Atlántico y que los beneficios se destinan íntegros a luchar contra la matanza de ballenas y otros animales marinos. Sólo existen 30 botellas, vendidas mediante subasta.
2. Cerveza Brewdog’s The End of History
El señor Brewdog está un poquito obsesionado por hacer la cerveza más fuerte del planeta. Y hasta 2012 lo había conseguido (recordemos que ese año salía a la venta lade Schorschbräu). En todo caso, la guerra parece no haber terminado. Otra curiosidad: sólo existen 12 botellas y están elboradas con animales disecados (siete armiños, cuatro ardillas y una liebre) ¿El precio? US$600 un tercio de litro.
3. Cerveza Carlsberg’s Jacobsen Vintage
Más moderada en cuanto a su volumen de alcohol (10,5%), nace para desafiar al todopoderoso mercado del vino de lujo. Son sólo US$300 cada 375 mililitros y, lo que en realidad ofrece la casa danesa es un vino de cebada, más que una cerveza. Madurada en barriles de roble sueco durante medio año, esta bebida se ende en restaurantes de lujo y tiene como fecha de caducidad el año 2059.
4. Cerveza Schorschbräu’s Schorschbock 57
En mitad de la lista, por US$210, una de tercio (330 ml.) capaz de tumbar a un buey -o a un single con el hígado curtido, que viene siendo parecido-: 57,5% de alcohol. Esta poción del Diablo salía de las calderas de Pedro Botero en 2012 y es, a día de hoy, la más fuerte del mundo. La Schorschbräu’s Schorschbock 57 pasa por encima de la ley alemana de pureza -medio milenio la contempla-, dada la cantidad de alcohol que lleva y se han elaborado 36 botellas, nada más.
5. Cerveza Samuel Adams’ Utopias
Esta sale a US$120 euros cada 700 mililitros, tiene 27 grados y es la cereza más cara de Estados Unidos. Se lana un lote cada dos años, aunque, dada su gradación, está prohibida en 13 estados. El precio se justifica sobradamente por un proceso de elaboración y envejecimiento que dura hasta 18 años, así como por una botella, elegantísima, fabricada en níquel.
