Entrevista de Alejandra Ordóñez - Textos Gabriela Melara
Amor por el mar y emprendedora de nacimiento, la combinación detrás del éxito MARAM Eyewear. La tica Mariela Sequeira impulsa un producto innovador y sostenible, que se mezcla, perfectamente, con moda: gafas de sol y aros para lentes hechos de plástico reciclado.
Todo empezó luego de que comprara un par de lentes de madera, como parte de su consumo sostenible y pensara: ‘¿Puedo hacer lo mismo con el plástico?’ Y fue así como se dio cuenta que en Europa ya había avances sobre este producto e inició la aventura que ahora ya es su emprendimiento.
“Construimos las máquinas en Costa Rica, con una fundación que había hecho algo parecido. Eso nos tomó casi un año y ahí fue cuando entramos en la pandemia y tuve más tiempo para todo este proceso. En octubre de 2021 fue cuando ya lo lancé al mercado”, resume su paso por este camino del emprendimiento.
Lo que da al mercado son gafas de sol con protección ultravioleta UV400 y monturas para que la persona las lleve a la óptica y las adecuen según lo que necesita.
Mariela combina su emprendimiento con su trabajo dentro de la industria farmacéutica, en el área de visita médica. “Yo trabajo durante todo el día y ya después, me dedico -en las noches- al emprendimiento y también los fines de semana”, señala.
PRUEBA Y ERROR
“Yo todo lo inicié a prueba y error... Empezó, según yo, en un cuarto de mi casa, donde guardaba las bolsas de las tapas plásticas que iba a recoger... De pronto, ya eran bolsas enormes y fue cuando se involucraron mis papás. Ellos están pensionados, entonces se dedicaron a separar el material. Este fue el primer momento en donde salimos al mercado, con un stock de 50 gafas oscuras de sol”, señala.
Ahora, su emprendimiento ya se extendió: participa su esposo y otras personas más. Adicionalmente, se unió a otras dos mujeres que tienen emprendimientos de textiles y de los retazos hacen una parte del empaque del producto.
“Al día de hoy hemos recolectado alrededor de 12 toneladas de plástico, que son como 12.000 kilos de tapitas plásticas. Es un granito de arena entre las cantidades de toneladas que se pueden tirar al mar, pero sabemos que estamos logrando ser parte de la solución a ese gran problema”, destaca, al hablar del impacto que generan.
GARANTÍA CIRCULAR
“Nuestro producto está diseñado en economía circular. Ese plástico se puede volver a utilizar. Se lo lleva a moler y se lo vuelve a meter en el ciclo. La idea es que en el momento en que se desecha, nosotros lo recibimos y lo desensamblamos para volverlo a meter al proceso”, explica la emprendedora.

Destaca que su visión es poder llegar a ser una marca referente en suprareciclaje.
No todo es color de rosa. Mariela ha encontrado personas que creen que “es fácil” hacer lo que hace con plástico o bien, que no creen en el concepto.
“Tal vez yo tengo una idea y de pronto me dicen que por ahí no es; pero yo sé que por ahí es, entonces insisto e insisto y funciona”, dice Mariela. Su valentía y temple le han ayudado a sostener sus ideas y a mostrar resultados.