Mujeres Desafiantes

Emprendimientos de mujeres en Centroamérica: entre la necesidad y la oportunidad

Los negocios de mujeres enfrentan más barreras para obtener crédito debido a la burocracia y la falta de garantías. Se necesitan políticas que reduzcan costos de formalización y promuevan capacitación en finanzas y gestión. El apoyo público y privado es clave.

2025-03-03

Por: Gabriela Melara / colaboró: Alejandra Ordóñez

Para cubrir una necesidad”, esa es la respuesta que dieron cuatro mujeres que trabajan para impulsar los negocios liderados por centroamericanas, al consultarles: ¿Por qué emprenden las mujeres en la región? Yolanda Fernández, consultora costarricense, lo dice contundente: “Casi el 42 % de las mujeres en Centroamérica que emprenden lo hacen por necesidad”. Pero, no es la única razón,

Leticia Escobar, presidenta de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador (Camarasal) valora que “muchas ven en el emprendimiento una forma de generar ingresos y asegurar el bienestar de sus familias. Otras lo hacen por vocación... Pero creo que hay una motivación común, y es el deseo de construir un futuro con oportunidades y autonomía”, apunta .

Por su parte, Cecilia Foxworthy, CEO de Agora Partnerships, afirma que también están surgiendo negocios liderados por mujeres que buscan “resolver un problema de la sociedad o del medio ambiente”.

Pero, sea cual sea la razón, uno de los retos está en fomentar e impulsar la formalidad. Para Fernández, esta búsqueda de ingresos o de cubrir necesidades las lleva a iniciar un negocio, pero desde su casa, desde la informalidad, “y cuando emprenden desde la informalidad hay un círculo bastante tenebroso, diría yo, porque nunca salen al ambiente formal, entonces no están bancarizadas, no tienen acceso al crédito” y es ahí donde hay retos por superar, según la experta, para sacar a la mujer de la línea de pobreza. “La pobreza tiene cara de mujer”, advierte, citando que el Observatorio de Igualdad de Género de la CEPAL reportó que, en 2021, la tasa de pobreza extrema entre las mujeres era 0,3 puntos porcentuales mayor que la de los hombres.

<i>Yo creo que lo más importante que hemos validado es que la gente siempre va a durar de ti, de tus ideas, de lo que estás haciendo, pero, si realmente crees en ello y puedes demostrar que tienes la razón, ellos también van a cambiar de parecer, Cecilia Foxworthy, CEO de Agora Partnerships</i>

Las políticas públicas y el impulso privado se vuelven fundamentales. “Yo creo que es nuestro turno, o sea como mujeres y creo que una de las mejores maneras de liderar en este mundo es a través del negocio. Si dominas la fuente de la economía del dinero, puedes realmente tener o hacer una diferencia en el mundo”, apunta Cecilia, en foto, junto a los beneficiados por Agora.

EL RETO: LA FORMALIDAD DE LAS PYMES LIDERADAS POR MUJERES

Para Fernández, esta búsqueda de ingresos -o de cubrir necesidades- las lleva a iniciar un negocio, pero desde casa y en la informalidad, “cuando emprenden desde la informalidad hay un círculo bastante tenebroso porque nunca salen al ambiente formal. Entonces no están bancarizadas, no tienen acceso al crédito” y es ahí donde hay retos por superar “para sacar a la mujer de la línea de pobreza”, advierte.

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Cita datos del Observatorio de Igualdad de Género de la CEPAL el cual reportó que en 2021 la tasa de pobreza extrema entre las mujeres era 0,3 puntos porcentuales mayor que la de los hombres, razón por lo que las políticas públicas y el impulso privado se vuelven fundamentales.

CRÉDITO Y FORMALIZACIÓN

El Banco Mundial señala que las Pymes lideradas por mujeres tienen un 20% menos de probabilidades de obtener crédito formal en comparación con las dirigidas por hombres, porque además de las dificultades para obtener un financiamiento, a las mujeres les afectan una serie de factores a la hora de solicitar un crédito, según Elaine Miranda, speaker financiera.

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“A veces siento que hablamos de que no hay acceso al crédito, pero la gente no termina de entender por qué eso es tan relevante; y es que cuando querés crecer, el financiamiento es bueno”, señala la autora del libro Mujeres y Finanzas.

Otros factores por los que las mujeres no piden créditos, pese a ser buenas pagadoras, son el miedo a la incertidumbre, la burocracia de las entidades y la falta de garantías o redes de contacto que faciliten la inversión en sus negocios.

“En muchos casos, las mujeres emprenden a ciegas; no tienen preparación para armar presupuestos, mejorar sus procesos, y ahí es importante la capacitación”, agregó por su parte Escobar.

Y vuelve el tema de la formalidad. “Un banco, como es una entidad formal, necesita ver data, tu estado financiero y muchas mujeres se quedan en la informalidad. Entonces se convierte en un círculo vicioso: Comienzo chiquita, pero como no soy formal, no le puedo vender a grandes empresas, pero tampoco puedo pedir un crédito y no tenés información tampoco para para tomar decisiones”, señala Elaine.

POLÍTICAS PROACTIVAS

Yolanda Fernández enfatiza que en materia de formalización juega un rol fundamental la labor gubernamental. Es necesario bajar los costos. “Una mujer que quiera que su negocio sea formal, desde el principio, debe tener entre US$400 y US$500, sólo para este papeleo”, destaca la consultora.

“No es nada fácil. Esto es una un asunto de probar, aprender, tirar y volver a hacerlo”, agrega Cecilia Foxworthy, quien lleva más de 15 años impulsando a empresas lideradas por mujeres.

También hay que abrir espacios de capacitación, no sólo sobre impulsar sus negocios, sino trabajar en un abanico de temas, como administración financiera o recursos humanos y confianza, manejo de data y otros.

Para completar el panorama, en este Especial 8M abrimos un espacio a cinco emprendedoras para que nos cuenten sus historias de éxito, pero también los retos por perseguir y consolidar sus ideas de negocio

CAPACITACIONES, UN VALOR AGREGADO

Se deben abrir más espacios de capacitación, escuchando sus necesidades, no solo es de impulsar sus negocios, sino que también se debe trabajar en un abanico de temas, como administración financiera o recursos humanos de planificación estratégica, pero también en fortalecimiento del del poder de negociación y confianza, manejo de data y otros.

“En Camarasal trabajamos con brindar este apoyo desde cero. Impulsamos programas que fortalecen la idea y que va acompañando cada etapa del desarrollo de los negocios. Desde el sector privado, es clave generar programas de mentoría y redes de negocio, mientras que, desde el sector público, las políticas de apoyo a la formalización, incentivos fiscales y programas de educación financiera pueden marcar la diferencia”, apunta Escobar.

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