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Banco Agrícola: progreso y desarrollo basados en educación

La institución financiera, con sede en El Salvador, trabaja por mejorar la infraestructura, equipamiento y calidad educativa en el país.

2014-12-18

Por: estrategiaynegocios.net

La educación es un valor, una oportunidad y un derecho de todo ser humano. Eso lo comprende muy bien el Banco Agrícola, que basa su política de RSE en dos grandes áreas: educación escolar y educación financiera.

En el primer ámbito, el alcance de sus programas impacta a comunidades, padres de familia y docentes. Contempla tanto el nivel escolar como educación media. Se inició en el 2004 gracias a un estudio realizado por la Fundación Panamericana para el Desarrollo (FUPAD) -un brazo de la OEA- sobre el destino de las remesas al país.

Este reveló que, en su mayoría, van a gasto corriente o de consumo y hacia inversión. Sin embargo, los recursos dirigidos a educación eran pocos y constituían el porcentaje más bajo en Centroamérica; países similares y cercanos como Honduras y Guatemala tenían hasta cuatro pun-tos porcentuales más en inversión de remesas para educación. Mientras otros estaban en un 7% de inversión, El Salvador apenas llegaba al 3%.

Para el segundo eje, parte de su giro de negocios, el radio de acción permite beneficiar a docentes, escuelas en el caso de planes externos y a clientes en el área corporativa, aunque ya se está ampliando la cobertura a ciertas comunidades. Banco Agrícola apostó por la educación, con plena conciencia de que mejora la calidad de vida de las personas.

En el tema de las remesas, intenta orientar esos recursos en algo productivo, en un canal para que los salvadoreños progresen. De ahí el concepto de ‘remesa social productiva’ o ‘remesa social hacia la educación’. Para alcanzar los objetivos, Banco Agrícola se alió a FUPAD y coordinan con el Ministerio de Educación para formular el programa Manos Unidas por El Salvador, para el cual todos los recursos serán destinados a educación.

En una primera etapa, el propósito es mejorar la infraestructura y equipamiento de los centros educativos. Aquí participan organizaciones salvadoreñas en el exterior con las cuales se firmaron convenios desde el 2004. Se inició con cuatro y ya suman 96 provenientes de Los ángeles, Texas, Houston, Washington.

El resultado: 215 instituciones educativas beneficiadas, desde centros infantiles hasta institutos nacionales, en todo el país, en zonas remotas y también cascos urbanos. Manos Unidas opera en cuatro áreas enfocadas en los Objetivos del Milenio: en tecnología (inglés incluido), ciencias, infraestructura escolar, que son las tres primeras áreas y en los últimos años ha incorporado habilidades para la vida. Gracias a tales metas se han favorecido más de 152.000 jóvenes.

En Banco Agrícola se ha medido el impacto del programa y uno de los datos revelados es que para el 2010 el incremento de la matrícula fue de un 19% en los centros escolares y resultó ser la media de lo que aumentaba año con año, consecuencia de que los padres optan por matricular a sus hijos en instituciones cuya oferta educativa es de mayor calidad.

Educar con calidad implica, desde la perspectiva de este programa, contar con laboratorios de ciencias y fomentar así el interés por disciplinas como biología, química, física, electrónica, que al final de cuentas abrirán un sinnúmero de posibilidades laborales. También se enfoca en el emprendedurismo para el desarrollo de productos.

En este caso, se trabaja con un proveedor, quien los asesora en la producción de jabón líquido y perfumes, "Cuando se brindó a los jóvenes esa visión de que la ciencia está en todo lo que utilizamos, en Santa Clara, Pasa-quina (al nororiente de El Salvador), se entusiasmaron y están produciendo perfumes. ¡Ciencia aplicada al emprendedurismo!" relató Mariela Franca, jefa de RSE del Banco Agrícola.

Debido a los buenos resultados la compañía compartirá este modelo con el Ministerio de Educación en un esfuerzo por cambiar el pensamiento del docente y alumnos.

Igualmente, su casa matriz, Bancolombia se ha mostrado muy interesada en copiar el modelo en sus otras operaciones, sobre todo porque uno de sus pilares en RSE es la educación.

Cadena de favores

La tesis global acerca del impacto positivo que generan las alianzas público-privadas está claramente demostrada con Manos Unidos por El Salvador; hay un aporte importante de cada uno de los actores que participa en el programa.

El Banco Agrícola aporta un aproximado de dos terceras partes (un 65%), otro 19% es dado por los salvadoreños en el exterior y un 16% por comunidades, donde inclusive entran las municipalidades y otras instituciones. Se está ante recursos que superan US$3millones. Por parte del banco la inversión en escuelas anualmente alcanza los US$200.000.

"Las cifras son importantes, pero a nosotros nos interesa más este cambio de percepción, que la gente se sienta capaz de desarrollar proyectos de calidad y formales, con responsabilidad; nos interesa mucho dar a conocer esta parte que no se ve con los sentidos, solo se puede experimentar y vivir", añadió Franco. Si bien la variable de la educación es el nervio central de la política del banco, también están en proceso de aplicar estrategias de ecoeficiencia con miras a reducir el impacto del negocio básicamente en tres campos: energía, papel y agua.

Por el momento están en la fase de medir el impacto, el consumo de energía por ejemplo, lo cual requiere inversiones. Ya en 2013 realizaron acciones para reducir el consumo del papel, manteniendo islas de impresión por áreas. Se logró una disminución del 72% en impresoras y se redujeron energía y papel

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