Por E&N Brand Lab para Roche
En América Latina, particularmente en Centroamérica, en el marco del Día Internacional de la Mujer, la salud de la mujer continúa enfrentando grandes desafíos pese a los avances en equidad de género, lo que abre una serie de posibilidades que ofrecen alternativas que mejoran la vida de las mujeres y sus familias, a través de la prevención y la atención en tiempos oportunos.
La falta de inversión en prevención y atención médica específica para mujeres, se traduce en muchas ocasiones en costos elevados para los sistemas de salud y la economía en general de los países, cómo lo señalan datos de Deloitte, que revelan una realidad insostenible: las mujeres en edad laboral pagan en promedio un 18% más en gastos de bolsillo por atención médica que los hombres, incluso cuando se excluyen los costos de maternidad. A esto se suma la menor cobertura que reciben en los planes de salud de empleadores, cuyo valor actuarial es hasta US$1,34 mil millones menor que el de los hombres.
Estudios recientes de la empresa consultora McKinsey, demuestran que cerrar la brecha en la salud de la mujer podría representar un impulso de más de US$51 mil millones anuales al PIB de América Latina para 2040.
Actualmente, las mujeres pasan un 25% más de su vida en mala salud que los hombres, reduciendo su capacidad de contribuir a la economía justo en los años de mayor productividad.
El impacto antes mencionado representa mayor carga sobre los sistemas de salud y pérdida de talento en sectores clave. Más del 50% de esta carga de enfermedad ocurre durante la etapa laboral activa, lo que convierte la inacción en una pérdida económica tangible.
EL CÁNCER DE MAMA: UN REFLEJO DE LA CRISIS
El cáncer de mama es el mejor ejemplo de los retos cotidianos que enfrentan las mujeres. Según el Instituto WifOR, esta enfermedad representó un costo de US$3,06 mil millones en solo ocho países de América Latina en el 2022.
En Brasil y Argentina, el impacto en el PIB fue del 0.06% y 0.05%, respectivamente; pero, más allá del costo financiero, está la devastación personal y social de cada diagnóstico tardío, de cada mujer que no recibió el tratamiento a tiempo.
“Debemos entender que priorizar la salud de la mujer como un derecho, permite salvar vidas, brindando atención oportuna de una manera eficiente con costos más bajos, convirtiendo la inversión en salud femenina en una de las estrategias más rentables para cualquier país”, comentó Álvaro Soto, gerente general de Roche para Centroamérica, Caribe y Venezuela.
Soto, subrayó la importancia de la colaboración multisectorial: “No es solo responsabilidad de los gobiernos. El sector privado, los sistemas de salud y la sociedad civil deben unir esfuerzos para desarrollar modelos de atención que realmente reduzcan la brecha de género en salud”.
Si los distintos sectores se unen y suman voluntades pueden transformar el acceso a la salud con soluciones efectivas, priorizando las necesidades específicas de la mujer, mejorando su entorno que es el más afectado cuando alguna se enferma de gravedad y cerrando las brechas existentes.
Lo que no se atienda hoy podría convertirse en un desafío mayor en el futuro, y actuar a tiempo marca la diferencia, entre salvar una vida, una cita oportuna con atención inmediata.
