Tras la independencia de Centroamérica, la actividad aseguradora en la región estuvo fuertemente ligada a la exportación del café. En 1843 se registra el primer seguro de carga en Puntarenas, Costa Rica, protagonizado por la compañía de William LeLacheur, que envió su primer embarque de café con destino a Inglaterra.
En 1850, ya operaban en ese país varias compañías de seguros de origen inglés y estadounidense, estas últimas con énfasis en el seguro de vida para las clases con más recursos económicos, relata Grupo INS en un informe sobre sus orígenes.
Buena parte del negocio de seguros giraba en torno a la exportación del café para garantizar las obligaciones de crédito de los cafetaleros. Además, para acceder a la cobertura de incendios se exigían requisitos como la construcción en ladrillo, piedra o madera tipo incombustible como el cedro. Sin embargo, a inicios de la década de 1900, las aseguradoras afrontaron un incremento en el fraude por incendios. En respuesta, el gobierno monopolizó el mercado en 1924. La actividad aseguradora recayó en el Banco Nacional de Seguros de Costa Rica, el cual posteriormente se transformaría en el Instituto Nacional de Seguros (INS).
La década de 1940 resultó trascendental para el desarrollo del mercado, pues el entonces Banco Nacional de Seguros especializó a su personal en instituciones educativas del extranjero. La transmisión del conocimiento derivó en el diseño de más coberturas: seguro de automóviles, robos, gastos médicos, aviación, entre otros.
De hecho, durante esa época el seguro contra incendios tenía una cobertura adicional contra bombardeos. Corría la II Guerra Mundial y el riesgo de un ataque al Canal de Panamá por parte de los nazis estaba latente, según cuenta Grupo INS.
El INS se ha caracterizado por su liderazgo en la región. Desde que Revista Estrategia & Negocios ha medido al sector asegurador, ha destacado como la mayor aseguradora en Centroamérica, un estatus que le valida para comandar el Ranking de Seguros del Bicentenario de Centroamérica.
Tan solo en 2020, el INS reportó US$967,2 millones en primas, unos US$3.608,7 millones en activos y US$151,1 millones en utilidades, consolidándose como la posición número uno, atendiendo a los mencionados indicadores. En 1999, el primer año de ranking de Seguros de E&N, los activos del INS rondaban los US$580 millones.
El resto de aseguradoras en el istmo también se han vuelto más fuertes. De hecho, en 1999 el INS representaba el 46% de los activos de la región y hoy en día, su participación es del 40%, ambos datos excluyendo a las firmas panameñas. Entre Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y las aseguradoras privadas de Costa Rica, suman US$5.275,7 millones en activos, casi el 60% del total.
Las primas en la región sin Panamá llegan a los US$4.121,6 millones. En esta materia, la participación de las aseguradoras de Centroamérica sin el INS representa el 76,5% del total.
El número de jugadores ha aumentado considerablemente, de 48 compañías de seguros en Centroamérica en 1999 a 74 en 2020, excluyendo a Panamá, un crecimiento del 35%. En el Ranking Bicentenario también se incluye a Panamá, un país que ha estado presente a lo largo de los Rankings de Compañías de Seguros. Su sector está fuertemente interconectado, tanto así que ASSA, la mayor aseguradora privada de la región, se ha expandido hacia todos los países del istmo. Y en las cifras, se nota. ASSA contaba con primas de US$4,6 millones en 2010 y pasó a los US$107,1 millones en 2020, un incremento de 2,228%.
SEGUROS Y BICENTENARIO
La edición del Bicentenario lista a 30 firmas por su mejor posición histórica. Como muestra se definieron cinco ediciones: 1999, el primer ranking de Segu- ros, 2005, 2010, 2015 y 2021, el más reciente.Así es más evidente la importancia que han tenido diferentes jugadores en las dos últimas décadas. En dos ediciones, 2010 y 2015, la panameña Internacional de Seguros ocupó el segundo lugar del Ranking de Seguros, de igual manera lo hizo MAPFRE Panamá, antes Aseguradora Mundial, en 2005; y Seguros G&T, en 1999. En la primera edición competía como Seguros Granai. Dos líderes en sus países, Seguros El Roble y Seguros e Inversiones (SISA), de Guatemala y El Salvador, respectivamente, han ocupado la tercera posición en su historia, ambos en 1999.
La aseguradora hondureña mejor ubicada en el Ranking Bicentenario es Interamericana de Seguros, de Grupo FICOHSA, que en 2010 se ubicó en la novena posición. El año pasado, sus primas ascen- dieron a US$136,3 millones.
Por Nicaragua, el estatal Instituto Nicaragüense de Seguros y Reaseguros (INISER) se ubicó en el séptimo lugar en 1999. Hoy en día, el panorama es muy distinto, ya que lideran los privados.
En el transcurso de las últimas dos décadas diversos cambios han llegado al mercado. Uno de los más notables ha sido Costa Rica, pues en 2008 declaró la apertura del mercado y puso fin al monopolio que el INS mantuvo por cerca de 84 años. El rubro atraviesa una verdadera transformación digital, acelerada por el impacto de la pandemia del COVID-19, ha planteado en anteriores oportunidades a E&N Eduardo Recinos, director sénior del grupo de calificación de seguros de América Latina de Fitch Ratings.
"El 88 % de la población ve oportuno que las compañías estén haciendo innovaciones en ese sentido (canales digitales)", ha dicho sobre este tema Rafael Puente, presidente de la Asociación Salvadoreña de Empresas de Seguros (ASES) en El Salvador.
Tras Costa Rica y sin Panamá, Guatemala es el segundo mayor mercado regional de seguros, con US$1.114,5 millones en primas; en tanto, que El Salvador lo era en 1999.