LINAJE CRIOLLO Y LIDERAZGO POLíTICO
álvaro Arzú Yrigoyen nació en 1946 descendiente de uno de los clanes familiares dominantes en la sociedad y política guatemalteca desde la colonia española. Los vínculos de su familia se entroncan con l a rama de los Aycinena la más importante en el siglo XIX, cuyo fundador Fermín de Aycinena, fue el primer marqués de Aycinena, el único título de nobleza castellana concedido en Centroamérica.
Asimismo, y de manera más directa con Manuel Cobos Batres, su tío abuelo un político conservador prominente a principios del siglo XX fundador del Partido Unionista del cual álvaro Arzú retomó el nombre para su candidatura a alcalde; en tanto, Roberto Arzú Cobos, su tío fue secretario privado del gobierno arevalista.

El apellido Arzú de procedencia vasca, figura frecuentemente entre la docena de familias históricas más influyentes del país, todas ellas emparentadas y que han ocupado los más altos cargos en la jerarquía católica, los negocios tradicionales y la política guatemalteca hasta la fecha, -además de los Aycinena: los Batres, Alejos, Díaz-Durán, Valladares, Urruela, Beltranena-.
En su caso, la historia personal de álvaro Arzú no es muy distinta de la de otros políticos criollos, donde el apellido determina el proyecto de vida, pero también la trayectoria política. álvaro Arzú Escobar, su hijo es presidente actualmente en el Congreso.
Desde siempre su entorno estuvo marcado por el activismo político de cuño conservador, en la década de los años cuarenta del siglo pasado cuando nació, Guatemala estaba en plena ebullición del régimen modernizante y progresista de la Revolución del 44 durante los gobiernos de Juan José Arévalo y Jacobo árbenz, calificada como "la primavera democrática" por el poeta Luis Cardoza y Aragón. Enrique Arzú Cobos, su padre, pertenecía al bando de los liberacionistas que provocó la caída del régimen de árbenz, con apoyo del gobierno del presidente norteamericano Eisenhower en 1954. De Arévalo, el presidente con el nivel de votación más alto de la historia de Guatemala, Enrique Arzú solía decir que era un "coyón" -cobarde-. (Arzú y el tiempo se me fue, libro que relata su vida).

En esa época en el barrio El Hipódromo donde creció en el centro histórico de la ciudad de Guatemala, "acostumbraba marchar en la calle con mis amigos cargando fusiles de palo, con el escudo de la espada de la Liberación pegado en la manga de la camisa, por si venían los comunistas", recuerda el mismo Arzú en su libro autobiográfico. Ya en su adolescencia se iniciaría en la vida política militando en el partido fundado por los liberacionistas, cuyo lema era: Dios, patria y libertad, -el mismo empleado por el franquismo en España por ese entonces-.
Durante su gestión como alcalde de la capital, las principales obras municipales de infraestructura vial se inauguraron con nombres de ex dictadores guatemaltecos como Jorge Ubico o Rafael Carrera.
Era un furibundo crítico de la prensa. Durante su presidencia, movió sus influencias para clausurar con éxito el semanario Crónica, luego de que una portada del medio no fue de su agrado.
En sus discursos oficiales acudía frecuentemente a la narrativa del patriotismo conservador:
"Hemos de pagar cualquier precio, hemos de llevar cualquier carga, hemos de sufrir cualquier penalidad, y combatir a cualquier enemigo extranjero para sacar adelante a nuestra Guatemala". (Discurso ante reservistas militares en alusión a la Comisión contra la Impunidad en Guatemala CICIG, y su Comisionado de origen colombiano).
"Pero a quién se le ocurre, y resulta impensable que no se trata de extranjeros, sino de guatemaltecos que por una retorcida razón (sic) odian a su patria, y que llegan al extremo de agredir su propio pabellón nacional y a los cadetes que se educan en el servicio a la patria. Y ay de aquellos que con ciega locura sus colores pretendan manchar (sic)". (Discurso homenaje de la alcaldía a los cadetes que enfrentaron a un grupo de manifestantes contra la corrupción en septiembre de 2017).
Un íntimo colaborador declaró respecto Arzú: "Puede no gustar, pero el criollo tiene patria". Más que cuestión de gustos, esta idea de patria es propia del imaginario del grupo aristocrático heredero exclusivo de privilegios sociales y políticos, y al que pertenecía Arzú, pero excluyente históricamente de la mayorías que no tienen apellidos patricios. La conocida Patria del Criollo como se titula además una famosa obra de un historiador guatemalteco, que es una crítica contundente y profunda al patriotismo criollista de las rancias elites políticas centroamericanas.

No obstante, al preguntar al mismo Arzú como se identificaba, respondería: "mezcla rara, ladino sería; también soy vasco" (Nómada, 28 de abril de 2018). Otra anécdota refiere que al realizar su primer viaje oficial a España, ocupó tiempo de la gira presidencial para conocer el pueblo vasco originario del apellido Arzú.
DE LA FIRMA DE LA PAZ A LA "CIUDAD DEL FUTURO"
Arzú ganó por primera vez, la alcaldía de la ciudad de Guatemala en 1985. En la década siguiente fundaría el Partido de Avanzada Nacional (PAN), símil guatemalteco del conservador ARENA de El Salvador, con el que llegó a la presidencia. Un partido formado por miembros de las familias criollas, de entre los cuales formaba parte el también ex alcalde capitalino Oscar Berger y presidente de Guatemala, del 2004 a 2008.Como presidente de Guatemala (1996-2000), sin duda alguna, el mayor logro político de Arzú fue lograr la firma de la paz en su primer año de gobierno, que puso fin al enfrentamiento entre las fuerzas estatales y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, la ex guerrilla izquierdista, con el cual culminó el proceso de paz iniciado una década antes con los llamados Acuerdos de Esquipulas.

Además de la finalización de la guerra, los acuerdos de paz implicaron una serie de compromisos históricos que asumió el Estado de Guatemala en materias como asuntos agrarios, reforma política, política fiscal, derechos humanos y derechos indígenas. A nivel mundial, el impacto de este acontecimiento generó simpatías al gobierno arzuísta, y en su mandato y después de dejar la presidencia Arzú recibió múltiples invitaciones y reconocimientos internacionales.
En su tercer año en la presidencia, ocurriría el crimen del obispo católico Juan Gerardi responsable de la elaboración del llamado Informe de Recuperación de la Memoria Histórica (REMHI), que documenta y analiza las violaciones a los derechos humanos durante la guerra interna principalmente contra la población civil y señala a las fuerzas estatales como responsables de la mayor parte de atropellos y vejaciones. Dos días después de la presentación pública del Informe el obispo fue asesinado en su casa parroquial a dos cuadras del Palacio Nacional y la Casa Presidencial.
El crimen no fue esclarecido durante su gobierno sino hasta el mandato de su sucesor donde se condenó como autores materiales a dos militares asignados a la guardia personal de Arzú cuando estaba en el poder, pero sus efectos fueron muy perjudiciales para el presidente, a corto plazo logro empañar la firma de la paz, pues para algunos sectores de la sociedad guatemalteca, parecía un crimen de la época de la guerra. A largo plazo, las consecuencias de este suceso perseguirían a Arzú hasta sus últimos días.
Luego de la presidencia, ocuparía la alcaldía de la ciudad de Guatemala, desde 2004 hasta la fecha donde siempre obtuvo un margen importante sobre sus competidores electorales. Su mantra municipalista: "La ciudad del futuro". En su planes de política urbana logro crear una policía municipal moderna, ejecutar muchas obras de infraestructura vial y jardinización, además proponer un sistema de transporte eficiente para un segmento importante del área urbana de la capital guatemalteca.
Sin embargo sus detractores señalan, que nunca se atendieron problemas clave como el tratamiento de la basura y la contaminación por desechos que nunca se modernizo, el servicio de agua potable deficiente en la ciudad, y en el caso del transporte las zonas conurbadas donde vive la mayoría de la población capitalina quedaron excluidas de soluciones importantes. Y quizá el señalamiento más serio, el manejo poco transparente de las finanzas municipales durante casi quince años de gestión, y que desembocó en una denuncia penal contra el alcalde Arzú como parte de una investigación de CICIG y el Ministerio Público en los últimos meses.
ARZú Y EL OCASO DEL LIDERAZGO CRIOLLISTA CONSERVADOR
Pero la militancia conservadora del alcalde y ex presidente fue más que discursiva. Su liderazgo político incuestionable lo colocó como primus inter pares de la elite política guatemalteca y se consolidó con el retiro del militar Efraín Ríos Montt, recientemente fallecido, el otro gran líder de la vieja política, como bautizó el movimiento social contra la corrupción del 2015 al modelo imperante en Guatemala.Esta posición se vio fortalecida en la coyuntura reciente con el protagonismo que adquiriría Arzú entre las fuerzas políticas opositoras al trabajo de CICIG y el Ministerio Público, un bloque político integrado por la mayoría de los diputados, el presidente Jimmy Morales y otras organizaciones civiles extremistas.
Aunque el alcalde nunca se distinguió por sus simpatías al movimiento ciudadano anticorrupción, su animadversión se volvió combativa abiertamente, luego que la Comisión y el MP destaparan en octubre de 2017 ante la opinión pública la participación de Arzú y algunos de sus más allegados colaboradores en el caso de financiamiento electoral ilícito al Partido Unionista que lo llevó a la Alcaldía, donde se le acuso de desviar fondos municipales para financiar su campaña, y por lo cual se diera tramite de antejuicio en su contra en los tribunales guatemaltecos.
De acuerdo con las investigaciones, su principal socio en la operación ilegal y también sindicado fue el militar Byron Lima Oliva -sentenciado por el crimen del obispo Gerardi en 2001- mediante servicios prestados a la municipalidad para elaborar materiales y artículos de campaña a través de una maquila que operaba desde la prisión. El militar además tenía otra investigación previa por liderar una estructura criminal en las prisiones. Lima no conocería la segunda acusación, fue asesinado en un atentado en prisión unos meses antes. El trámite de antejuicio contra el alcalde no prosperó.
Desde el día de su acusación, Arzú se dejó ver periódicamente en actos públicos al lado del presidente Morales e interviniendo abiertamente cada vez que se presentaba la ocasión haciendo uso de su excelsa narrativa patriotista.

"Firmé la paz pero puedo hacer la guerra" afirmó en una de sus intervenciones junto al presidente en un mitin nacional de alcaldes. Además en enero de este año, cabildeó para que su hijo resultara electo como presidente del parlamento.
Este año, el día de la conferencia de prensa que daba el comisionado Iván Velásquez junto a la fiscal Thelma Aldana por el caso en su contra, se presentó solo e intempestivamente y abruptamente trató de tomar la palabra varias veces sin conseguirlo. Ese mismo día, en una asamblea improvisada reunió a todos empleados municipales frente al palacio municipal y acusó a los dos funcionarios de intentar dar "un segundo golpe de estado" aludiendo al caso del ex presidente Otto Pérez, actualmente en prisión, que dimitió luego de un caso abierto por corrupción.
En ese discurso atacó nuevamente al comisionado y salió en defensa de todos los empleados, pese a que las imputaciones, implicaban únicamente aparte de él, a dos de sus allegados. "No podemos aceptar que venga un extranjero, aunque sea colombiano, a decir que todos ustedes son corruptos, no lo acepto, no lo reconozco y lo voy a combatir". Después de la arenga se entonó el himno nacional.
álvaro Arzú, falleció de un paro cardíaco la tarde del viernes 27 de abril jugando golf junto a su hijo y amigos. Ese mismo día, su hijo álvaro Arzú Escobar, tuiteó un mensaje de despedida con una foto donde aparece el ex presidente junto a la bandera guatemalteca portando una camisola con la leyenda: "yo amo a Guatemala".
(*) Sociólogo y catedrático universitario guatemalteco