El paro en Colombia fue convocado por un comando de centrales obreras y de pensionados y organizaciones agrarias y sociales. 'Unas 16.000 personas entraron a la plaza de Bolívar (...) con un balance positivo y un 99% de tranquilidad', dijo a la AFP Saulo López, jefe de comunicaciones estratégicas de la Policía de Bogotá, que desplegó 3.500 agentes en la capital y 150 en la céntrica plaza donde se encuentra el Ayuntamiento, el Palacio de Justica, el Congreso y la catedral.
La jornada acabó sin altercados ni detenidos, aunque nueve manifestantes fueron trasladados a la unidad permanente de justicia, donde la Policía custodia a personas que se comportan 'con alto grado de excitación' por alterar el orden público con 'grafitis y piedras'.
'Esperamos cuatro millones de manifestantes en todo el país para llamar la atención del gobierno sobre la mala gestión del presidente Santos', había dicho por la mañana a la AFP el sindicalista Luis Alejandro Pedraza, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
'Si el gobierno mantiene su silencio sobre nuestras peticiones, el paro podría ser indefinido', añadió.
La jornada de movilización fue convocada contra el 'modelo económico neoliberal regresivo' del gobierno, según una carta pública enviada la semana pasada al presidente Santos por el Comando Nacional Unitario, que reúne a los diversos grupos convocantes.
Entre los principales reclamos, las organizaciones señalaron su descontento por el aumento del salario mínimo por debajo de la inflación, la 'absurda y arbitraria' venta de la generadora de energía Isagen en enero, el escándalo de sobrecostos en la refinería de Cartagena, el anuncio de una reforma tributaria 'lesiva' para los sectores populares.
Además, denunciaron el incumplimiento del gobierno a los aportes en salud para trabajadores y pensionados, la situación de hambruna de los niños en La Guajira (norte), y el paramilitarismo que 'lejos de desmontarse (...) sigue generando muerte y terror', entre otras reivindicaciones.
Imagen desfavorable
Según la Defensoría del Pueblo, que vela por los derechos humanos en Colombia, 57 municipios del país serían escenario de marchas y concentraciones.
Este paro se da cuando el presidente Santos registra una imagen desfavorable del 73%, el peor resultado de su mandato iniciado en 2010, según una encuesta divulgada la semana pasada.
Centenares de colombianos protestaron el 24 de enero en varios puntos del país contra la política económica del gobierno, pero la movilización de este jueves convoca a más gremios y organizaciones sociales.
En 2013, un paro agrario bloqueó muchas vías durante más de dos semanas y provocó hechos de violencia que dejaron una docena de muertos y centenas de heridos. Sectores agrícolas volvieron a protestar en 2014 durante casi dos semanas.
En 2011 poco más de 500.000 estudiantes de 32 universidades públicas marcharon contra una reforma a la educación superior.
En un comunicado este jueves, la Defensoría indicó que 'entre enero y diciembre de 2015 hubo un total de 1.792 hechos de protesta social en el país, es decir un promedio 150 por mes'.
Colombia, con 48 millones de habitantes, registra uno de los índices más altos de homicidios de sindicalistas, según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que reportó 2.800 casos entre 1984 y 2011.
En Ecuador
Varios miles de opositores marcharon este jueves sin incidentes en Ecuador en rechazo al gobierno de Rafael Correa y a la reforma laboral aprobada por el Congreso, que incluye un inédito seguro de desempleo de cinco meses.
En Quito, un millar de manifestantes entre trabajadores, estudiantes, campesinos e indígenas avanzaron hacia el céntrico Palacio de Carondelet para repudiar la reforma que, según ellos, profundizará el desempleo en el país.
'Señores, no queremos un seguro de desempleo, lo que queremos es un empleo seguro', declaró a la AFP Pablo Serrano, presidente del Frente Unitario de Trabajadores (FUT), la principal organización sindical opositora.
El país vive desde hace dos años periódicas protestas -algunas de ellas con decenas de heridos- de sectores de oposición con distintos pretextos: la delicada situación económica, la aprobación de la reelección indefinida o los considerados ataques a la libertad de expresión por parte del gobierno socialista, al que tildan de autoritario.
Andando entre la multitud por calles fuertemente custodiadas por policías, entre un gran alboroto de gritos y bocinazos, Beatriz Pérez, una jubilada de 65 años, dijo manifestarse 'por el cansancio que tenemos todos los ecuatorianos de todas las barbaridades de Correa, disfrazado de buen gobernante'.
'Y no es ni buen economista, ni buen administrador', expresó la mujer a la AFP.
Manifestaciones similares se vivieron en ciudades como Guayaquil (suroeste) y Cuenca (sur), cuando queda menos de un año para las elecciones presidenciales en un país golpeado por el fin de la bonanza del petróleo, principal producto de exportación.
Pero Correa, que tras la muerte de 22 militares en un accidente de avión el martes en la Amazonía pidió cancelar una concentración de respaldo oficialista prevista también este jueves en Quito, aseguró en Twitter 'que la 'movilización' de hoy no es por la reforma laboral'.
'Les aseguro que ni siquiera han leído la ley. Se trata de lograr por la fuerza lo que no alcanzaron en las urnas', escribió el mandatario.
Polémico subsidio de desempleo
Tras semanas de debates en la Asamblea, la mayoría oficialista del Congreso aprobó en la mañana una reforma laboral propuesta por el gobierno para enfrentar la subida del desempleo en un contexto económico delicado por la apreciación del dólar, la caída del precio del crudo y la devaluación de las monedas de la región.
El texto, que incluye un inédito subsidio de desempleo, recibió 85 votos a favor y 32 en contra, y ahora Correa tiene un mes para vetarlo total o parcialmente o para sancionarlo.
Con esta nueva ley, el trabajador que se quede sin empleo 'por causas ajenas a su voluntad' tendrá derecho de manera opcional a cobrar durante cinco meses un porcentaje de su salario -desde 70% el primer mes hasta 50% el quinto mes- como subsidio de desempleo, un régimen similar al de Argentina, Uruguay o Ciudad de México.
Estará financiado en parte con un 'fondo solidario' que se nutrirá con el 1% del salario de todos los trabajadores ecuatorianos que aportan los patronos al estatal seguro social.
Sin embargo, el trabajador podrá optar por el régimen actual de cesantías -parecido al de Perú o Colombia-, un fondo individual al que a partir de esta ley contribuirá sólo el trabajador con un 2% de su salario.
El 1% que antes aportaba el empleador irá ahora a ese 'fondo solidario', que nutrirá el subsidio de desempleo, algo que fue especialmente criticado por los diputados opositores.
'No dispongamos de los recursos que no son de ustedes. Los recursos de los trabajadores son de los trabajadores', denunció el derechista Moisés Tacle.
'De dónde van a sacar la plata para financiar el fondo de desempleo', se preguntó por su parte Bayron Pacheco, de la opositora Avanza.
La reforma también incluye la posibilidad de reducir la jornada laboral de 40 a 30 horas semanales, incentivos para la contratación de jóvenes y un permiso adicional de hasta nueve meses por maternidad y paternidad no remunerados (actualmente, la madre tiene derecho a tres meses remunerados por maternidad).