El índice, que evaluó el estado de la democracia en 167 países en una escala de 0 a 10, registró el peor desempeño desde la crisis económica mundial de 2010. Ninguna región mejoró su puntaje promedio de 2017 en comparación con 2016.
En Latinoamérica y el Caribe, donde se clasificaron 24 países, el mejor desempeño lo tuvo Uruguay, cuyo puntaje fue 8,12, el cual fue suficiente para que se ubicara en la posición número 18 del listado global. Además, fue el único país latinoamericano al que se le calificó como democracia completa, es decir, que se respetan las libertades políticas y civiles, el gobierno funciona satisfactoriamente, y los medios y el sistema judicial son independientes.
El segundo lugar lo obtuvo Costa Rica con 7,88, el tercero Chile con 7,84, el cuarto Jamaica con 7,29 y el quinto Panamá con 7,08.

"A los países con poblaciones pequeñas, de 15 millones o menos, les es más fácil alcanzar estos estándares, pues es menos costoso densificar sus instituciones", opinó Enrique Serrano, profesor de política de la Universidad del Rosario.
Colombia se ubicó en el puesto 10 entre los países de la región y empató con Polonia en el puesto 53 del ranking global. Su puntaje fue de 6,67, el mismo del índice de 2016. Además, el país fue clasificado como una democracia con defectos, es decir, que aunque se celebran elecciones libres y justas, existen problemas de libertad de prensa, de gobernanza y baja participación política.
"En Colombia las ramas del Estado están siendo politizadas, al igual que las instituciones, lo que las debilita y causa que no cumplan con sus funciones", dijo Alberto Castellanos, politólogo y analista en relaciones internacionales. El índice se basa en 60 indicadores agrupados en cinco categorías: proceso electoral y pluralismo, libertades civiles, el funcionamiento del gobierno, política de participación y cultura política. Cada categoría se mide en una escala de 0 a 10 y el índice global es el promedio simple de estas.