Por Welivesecurity.com
Hace 49 años, si necesitabas dinero en efectivo debías ir a tu banco y solicitarlo a un ejecutivo en el mostrador. Pero el 27 de junio de 1967 todo eso cambió, y los ciudadanos de Londres tuvieron por primera vez la oportunidad de retirar fondos de sus cuentas a través de una nueva máquina especializada, que luego se conoció como cajero automático (en inglés, automated teller machine o ATM).
Desde entonces, esta tecnología se ha extendido a todo el mundo, con cerca de tres millones de máquinas y otras 280 que se instalan cada día.
Pero además de proporcionar comodidad y conveniencia a los usuarios, los cajeros se transformaron en un foco de atención para los criminales. Con lugar para miles de billetes, la potencial ganancia de robar una máquina es tan alta que todavía estan tratando, a través de fuerza bruta, de vaciarlos. Y hablamos de fuerza bruta en sentido literal: arrancándolos de las paredes o robándolos.
2- Observa el cajero antes de usarlo. Si ves algo sospechoso o fuera de lugar, como partes sueltas, restos de cinta adhesiva u otro tipo de daño visible, evita operar y contacta al banco que lo administra.
Ten mucho cuidado en destinos turísticos populares o esos cajeros que están sobre la vereda, porque a menudo son blanco de los cibercriminales.
3- Cubre el teclado cuando ingresas tu PIN. De esta forma puedes protegerlo de cámaras ocultas o dispositivos que puedan estar grabando.
4- Opta por un cajero interno si es posible, ya que (al menos cuando la puerta está cerrada) el acceso suele ser exclusivo para clientes con tarjeta en mano. Así, los cibercriminales que quieran instalar skimmers tendrán menos posibilidades (aunque no serán nulas, claro).
5- Si la máquina no entrega dinero, no devuelve tu tarjeta tras la transacción o luego de presionar "cancelar", contacta al banco o entidad financiera que la emitió.
Hace 49 años, si necesitabas dinero en efectivo debías ir a tu banco y solicitarlo a un ejecutivo en el mostrador. Pero el 27 de junio de 1967 todo eso cambió, y los ciudadanos de Londres tuvieron por primera vez la oportunidad de retirar fondos de sus cuentas a través de una nueva máquina especializada, que luego se conoció como cajero automático (en inglés, automated teller machine o ATM).
Desde entonces, esta tecnología se ha extendido a todo el mundo, con cerca de tres millones de máquinas y otras 280 que se instalan cada día.
Pero además de proporcionar comodidad y conveniencia a los usuarios, los cajeros se transformaron en un foco de atención para los criminales. Con lugar para miles de billetes, la potencial ganancia de robar una máquina es tan alta que todavía estan tratando, a través de fuerza bruta, de vaciarlos. Y hablamos de fuerza bruta en sentido literal: arrancándolos de las paredes o robándolos.
Los usuarios deben tener en cuenta cinco claves para guardar su seguridad.
1- Mira a tu alrededor y asegúrate de que las personas en la fila detrás de ti están a una distancia razonable.2- Observa el cajero antes de usarlo. Si ves algo sospechoso o fuera de lugar, como partes sueltas, restos de cinta adhesiva u otro tipo de daño visible, evita operar y contacta al banco que lo administra.
Ten mucho cuidado en destinos turísticos populares o esos cajeros que están sobre la vereda, porque a menudo son blanco de los cibercriminales.
3- Cubre el teclado cuando ingresas tu PIN. De esta forma puedes protegerlo de cámaras ocultas o dispositivos que puedan estar grabando.
4- Opta por un cajero interno si es posible, ya que (al menos cuando la puerta está cerrada) el acceso suele ser exclusivo para clientes con tarjeta en mano. Así, los cibercriminales que quieran instalar skimmers tendrán menos posibilidades (aunque no serán nulas, claro).
5- Si la máquina no entrega dinero, no devuelve tu tarjeta tras la transacción o luego de presionar "cancelar", contacta al banco o entidad financiera que la emitió.
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