Por revistaeyn.com
Según un nuevo informe del Banco Mundial, el 90 % de la población mundial vive en tierras degradadas, en ambientes con aire insalubre o sufre estrés hídrico, pero restaurar los sistemas naturales es posible y puede generar grandes beneficios.
En la publicación Reiniciar el desarrollo: La economía de un planeta habitable se señala que, solo en los países de ingreso bajo, 8 de cada 10 personas no tienen acceso a aire, agua y tierras saludables. Esta situación representa restricciones importantes para el crecimiento económico y las oportunidades.
Nuevos datos indican que la pérdida de bosques altera las precipitaciones, seca los suelos y empeora las sequías, provocando un costo de miles de millones de dólares. En el informe también se identifica una paradoja del nitrógeno, en la que los fertilizantes aumentan los rendimientos, pero su uso excesivo en algunas regiones daña los cultivos y los ecosistemas, y ello se traduce en un costo de hasta US$3,4 billones anuales.
Sin embargo, si la naturaleza se gestiona bien puede crear empleo, impulsar el crecimiento económico y generar resiliencia. El uso más eficiente de los recursos naturales podría reducir la contaminación hasta en un 50 %, dice el estudio.
La mejora de las prácticas de uso de fertilizantes nitrogenados a nivel de las explotaciones agrícolas puede generar beneficios 25 veces mayores que su costo, al tiempo que aumenta el rendimiento de los cultivos. Los servicios de abastecimiento de agua y saneamiento mejorados podrían salvar vidas: la cloración del agua en el punto de acceso podría evitar la muerte de una cuarta parte de los niños que fallecen prematuramente por problemas relacionados con el agua.
Los “mercados de contaminación” o de carbono no solo disminuyen la contaminación atmosférica, sino que también son sumamente eficaces en función de los costos: cada dólar gastado genera beneficios de entre US$26 y US$215.
Estos son mecanismos donde las emisiones de contaminantes (sobre todo gases de efecto invernadero) se convierten en un activo negociable. Invertir en esos mercados significa poner capital en proyectos que reducen o eliminan emisiones y generan créditos de carbono, instrumentos financieros que compran/venden permisos o créditos, o plataformas y estructuras (mercados, intermediarios, garantías) que hacen que esos flujos funcionen.
“Las personas y las comunidades de todo el mundo no solo enfrentan una crisis ambiental, sino también económica. La buena noticia es que existen soluciones. Si los países hacen las inversiones acertadas ahora, los sistemas naturales se pueden restaurar, y generar rendimientos considerables en materia de crecimiento y empleo”, dijo Axel van Trotsenburg, director gerente sénior del Banco Mundial.