Además de la salsa, Lizano, que es hoy una marca del portafolio de Unilever, ofrece productos como encurtido (mezcla de vegetales en una solución de sal o en mostaza), tabasco Lizano, mayonesa, salsa de tomate y frijoles, entre muchos otros. Hace 15 años, la empresa de origen costarricense decidió embarcarse en la aventura de arribar a nuevos mercados y se instaló en Nicaragua, donde rápidamente adquirió un fuerte liderazgo, por lo que pronto amplió su oferta a otros países de la región como Honduras, Guatemala y El Salvador. También cuenta con demanda en el mercado estadounidense y europeo.

Su estrategia tiene como foco seguir generando ese arraigo en los consumidores, aquellos que buscan la Lizano para dar ese sabor especial al "gallo pinto", a los tamales, a las carnes y a los frijoles, y de paso se ha esmerado por aprovechar las nuevas tecnologías, para dar novedosas ideas a sus consumidores de cómo utilizar el producto.
Lizano tiene claro que su éxito está vinculado con ese sentido de pertenencia y la credibilidad que le ha dado su receta secreta, que se ha fabricado por casi un siglo en Costa Rica, y que recoge una gran parte de la historia y cultura del país, con sus pocas, pero todavía conservadas, casas de adobe, edificios históricos, parques e iglesias.