Por Norma Lezcano - revistaeyn.com
Visa lleva más de 30 años usando inteligencia artificial para proteger pagos. Hoy, está dando un paso más: preparar al ecosistema para un escenario en el que los “agentes” de IA —no las personas— serán quienes naveguen, comparen y compren en línea. Para eso lanzó el Protocolo de Agente de Confianza (Trusted Agent Protocol, TAP), una pieza clave de su marco Visa Intelligent Commerce, pensado para el emergente mundo del comercio agéntico.
En conversación con Estrategia & Negocios, Catalina Tobar, Líder de Productos de Crecimiento y Alianzas para Visa América Latina y el Caribe, detalla cómo funciona este nuevo protocolo, qué problemas resuelve, qué riesgos emergen cuando la IA entra a sistemas diseñados para humanos y cómo Visa busca equilibrar tres fuerzas que ya marcan agenda en la región: automatización, seguridad y control del consumidor sobre sus datos.
– ¿Por qué Visa lanza ahora el Protocolo de Agente de Confianza?
En Visa hemos sido pioneros en el uso de inteligencia artificial para la seguridad de pagos durante más de 30 años. En ese camino, hemos observado cómo la IA está comenzando a desempeñar un papel activo en el proceso de compra.
Complementando nuestra plataforma de Visa Intelligent Commerce (VIC), desarrollada para introducir consistencia y confianza en el comercio agéntico —donde agentes digitales actúan en nombre de los consumidores—, lanzamos recientemente el Protocolo de Agente de Confianza (TAP).
El objetivo principal de este protocolo es permitir a los comercios distinguir entre agentes de IA verificados y automatización fraudulenta, asegurando que las transacciones legítimas lideradas por agentes fluyan sin problemas y protegiendo la integridad del ecosistema de pagos.
Este es el momento adecuado porque el comercio impulsado por IA está escalando globalmente, y es esencial establecer una capa de seguridad subyacente para todas las interacciones de pago agénticas.
– En sencillo: ¿cuál es la esencia del Protocolo de Agente de Confianza y qué problema resuelve?
La esencia del Protocolo de Agente de Confianza de Visa radica en ser un marco integral para todo el ecosistema, que establece cómo los agentes de IA y los comercios se comunican de manera segura antes y durante las transacciones. Su propósito es brindar coherencia y confianza al emergente mundo del comercio agéntico.
El problema específico que resuelve es que los comercios puedan diferenciar entre agentes de IA verificados y automatización fraudulenta, como los bots. Eso permite que las transacciones legítimas impulsadas por agentes se realicen sin interrupciones y, al mismo tiempo, se mantenga la integridad del sistema de pagos.
Además, al permitir la identificación anticipada de agentes verificados, se habilita el intercambio temprano de información relevante del consumidor —como datos de lealtad o programas de beneficios— para que el comercio identifique también al cliente y, a través del agente, se ofrezca una experiencia óptima de compra.
– ¿Cómo se valida en la práctica que un agente de IA sea ‘confiable’?
Todo comienza cuando un agente es aprobado e incorporado al programa Visa Intelligent Commerce. En ese momento, recibe una clave criptográfica única. Cuando el agente interactúa con el sitio web de un comercio, firma cada solicitud e incrusta esta firma y campos de datos relevantes —intención, reconocimiento, pago— en un encabezado HTTP.
Los comercios validan estas firmas recuperando la clave pública del agente del servidor de claves de Visa. Este proceso establece confianza de extremo a extremo, confirmando la autenticidad y autorización del agente para actuar en nombre del consumidor.
La información que puede certificar o transmitir incluye la intención (navegar, comparar, comprar), el reconocimiento del consumidor mediante indicadores tokenizados y seguros para identificar a consumidores recurrentes o verificados sin exponer datos personales, y la información de pago.
– ¿Qué ventajas tienen estas firmas criptográficas frente a los sistemas anti-bots tradicionales?
El método incluye señales de agente autenticadas a través de firmas criptográficas y encabezados de mensajes HTTP seguros, con metadatos como marcas de tiempo, ID de agente y hashes de verificación. Esto hace que las interacciones sean prácticamente a prueba de manipulaciones.
Para los comercios, significa que pueden interactuar de forma segura con agentes de IA legítimos, reduciendo los falsos positivos que suelen generar los sistemas de detección de bots tradicionales y mejorando las tasas de conversión. Además, les proporciona una mayor visibilidad del tráfico generado por agentes sin comprometer la seguridad o la privacidad del consumidor.
Gracias a estas señales verificables, los sistemas de mitigación de bots no bloquean transacciones genuinas iniciadas por IA, lo que permite experiencias más fluidas y seguras.
– ¿Qué rol juegan socios como Cloudflare y qué tan fácil será para un comercio adoptar TAP?
Cloudflare y otros líderes de la industria aportaron infraestructura y experiencia técnica para asegurar que el protocolo funcione sobre la web actual, facilitando un despliegue y adopción global sin costos elevados para los comercios. Estos actores, que ya trabajan para mejorar y asegurar la experiencia de compra, fungen como gestores del programa.
El protocolo opera sobre la infraestructura web existente, lo que asegura bajos costos de implementación y rápida adopción. Visa ha publicado recursos de integración, facilitadores de pago y proveedores de infraestructura para apoyar el proceso.
Desde el punto de vista del consumidor, se espera que disfrute de experiencias de compra ininterrumpidas y potenciadas por IA, con menos rechazos o interrupciones de verificación, ya que los agentes de confianza pueden completar transacciones en su nombre.
– ¿Qué tan avanzado está el comercio impulsado por IA en América Latina y dónde ven más tracción?
En América Latina, el avance del comercio impulsado por IA viene enmarcado en dos frentes. El primero es la gran adopción de plataformas globales de comercio agéntico desarrolladas por jugadores como OpenAI, Google y Microsoft.
Por otro lado, vemos, similar a otras regiones, un auge de agentes especializados en verticales específicas, enfocados en mejorar la experiencia de usuario. En ambos casos existe una oportunidad importante de garantizar que los pagos se habiliten de manera confiable y segura, aun con la participación de estos nuevos jugadores en la cadena.
También observamos gran interés por parte del ecosistema tradicional —bancos, fintechs, comercios— que habilita marcos de datos compartidos para desbloquear nuevas experiencias de pago a través del comercio agéntico. Esta modalidad permite que la IA anticipe necesidades, automatice compras rutinarias y mejore la experiencia del cliente.
En la región ya se están viendo casos de comercio agéntico y se espera que escale en el futuro cercano. Vemos adopción dinámica en fintechs, que usan IA para optimizar onboarding, decisiones crediticias y seguridad, y en comercios enfocados en reducir fricciones y ofrecer recomendaciones más relevantes.
Por ejemplo, recientemente anunciamos una alianza con la fintech Alegra que facilitará el acceso de pymes a herramientas digitales con IA en Latinoamérica.
– ¿Cuáles serán los primeros casos de uso masivos del comercio autodirigido?
Los primeros casos incluirán reordenes inteligentes, donde dispositivos domésticos compran automáticamente suministros para el hogar. También veremos asistentes de compra de IA que comparan precios entre plataformas, suscripciones dinámicas que ajustan la frecuencia de envío según datos de consumo, y probadores virtuales que ofrecen experiencias de moda personalizadas con avatares de IA.
Visa avanza hacia un modelo de comercio autodirigido, donde la IA anticipa necesidades, automatiza compras y agiliza el cumplimiento. Podríamos llegar a un punto en que los paquetes aparezcan en la puerta antes de que el consumidor piense en comprar.
– Si la IA compra por nosotros, ¿cómo cambia la confianza en los pagos digitales?
La confianza evoluciona. Pasamos de un mundo donde el consumidor siempre está presente a uno en el que la delegación segura se vuelve el pilar fundamental del ecosistema de pagos, permitiendo una nueva expansión del comercio electrónico.
En este modelo, la confianza se sustenta en:
Autorización explícita y transparente del consumidor sobre qué puede hacer el agente.
Alineación permanente con el interés del consumidor, con límites y reglas claras.
Revocación inmediata de permisos, credenciales o transacciones.
Control granular y continuo del uso de datos.
La meta central permanece intacta: empoderar al consumidor. Pero el camino se vuelve más sofisticado y requiere mecanismos que garanticen que cada compra automatizada sea segura, legítima y totalmente consentida.
– ¿Qué riesgos emergen cuando agentes de IA interactúan con sistemas pensados para humanos?
Existen varios riesgos. Primero, la alineación de incentivos: que el agente traduzca correctamente el mandato del cliente en lo que realmente buscaba comprar. Segundo, la transparencia y trazabilidad, para que el ecosistema pueda identificar a este nuevo interlocutor —el agente— dentro de la cadena de comercio. Tercero, el fraude: cómo prevenir que agentes maliciosos accedan a información de pagos y realicen compras sin instrucción.
También está el desafío del proceso de disputas. Los sistemas han ido evolucionando junto con la tecnología y la interacción de agentes de IA es el siguiente paso lógico en una evolución de más de una década. Visa ha pensado en cada interacción y ha desarrollado un programa robusto con herramientas, reglas y procesos para garantizar la seguridad bajo este nuevo esquema.
Hoy vemos que los delincuentes también están usando IA. Visa identificó un aumento de más de 450% en publicaciones en comunidades de la Dark Web que mencionan “Agente de AI” en los últimos seis meses. Estas herramientas permiten fraude a una escala y sofisticación antes inimaginables.
La buena noticia es que Visa se ha preparado mucho antes de que el comercio agéntico existiera. En los últimos cinco años, hemos invertido más de 13 mil millones de dólares en tecnología y seguridad para anticipar amenazas.
En un estudio reciente de Visa sobre gastos en la temporada navideña 2025 en América Latina, se vio que más del 70% de los consumidores en Brasil y México utiliza herramientas de IA para asistencia en compras, especialmente para investigar productos, buscar ideas de regalo y encontrar ofertas. Pero al mismo tiempo, el 60% se preocupa por la seguridad de sus datos personales y más del 80% expresa inquietud por fraudes en pagos en línea y robo de identidad. La demanda de educación sobre protección contra fraudes es muy fuerte.
– ¿Cómo garantizan que el consumidor mantenga control sobre sus datos y preferencias aun con agentes de IA?
Nuestra arquitectura está diseñada para que el consumidor siga siendo el centro de cada decisión, incluso cuando un agente actúe en su nombre. Esto se logra mediante cuatro mecanismos:
Credenciales tokenizadas por el agente y autenticadas por el cliente, disponibles para su uso de manera segura.
Consentimiento informado y transparente, donde el usuario define qué puede hacer el agente, cómo y con quién puede interactuar.
Control y revocación en tiempo real, permitiendo ajustar límites o retirar permisos con total autonomía.
Data Tokens, que reemplazan la exposición de datos crudos por atributos tokenizados, protegidos con el mismo estándar de seguridad que las credenciales de pago.
En Visa creemos que la personalización y la privacidad no solo pueden coexistir, sino potenciarse mutuamente cuando se diseñan con una arquitectura responsable. El Protocolo de Agente de Confianza fue creado justamente para ese equilibrio: habilita experiencias más relevantes y fluidas, sin exponer datos sensibles ni ceder el control al agente.
– ¿Qué papel jugarán los estándares globales de identidad digital en este nuevo ecosistema?
Serán fundamentales para habilitar un ecosistema seguro, interoperable y sin fricciones. La IA no reconoce fronteras, por lo que necesitamos marcos comunes que funcionen a escala internacional y que todos los actores —emisores, comercios, plataformas tecnológicas y agentes de IA— puedan adoptar.
Estos marcos deben ser flexibles y dinámicos, capaces de evolucionar al ritmo de la innovación, y reflejar las perspectivas de la industria, la academia, la sociedad civil y los gobiernos. Visa colabora activamente en organismos internacionales y foros de gobernanza tecnológica, incluida nuestra participación en el U.S. AI Safety Institute Consortium del NIST en Estados Unidos.
– ¿Cómo se integra el Protocolo de Agente de Confianza en la visión de Visa Intelligent Commerce?
El Protocolo de Agente de Confianza es la base de seguridad y legitimidad sobre la cual se construye Visa Intelligent Commerce: el marco que permitirá que los agentes de IA actúen de forma segura en representación del consumidor.
Su rol es habilitar que cada interacción automatizada esté autenticada, autorizada y protegida de extremo a extremo. A partir de ahí, Visa Intelligent Commerce introduce capacidades que permiten a comercios y emisores operar con mayor seguridad, personalización y eficiencia en un entorno impulsado por IA.
Tecnologías como las AI-Ready Cards y las Agent APIs habilitan que agentes de IA actúen en nombre del consumidor solo con autenticación y consentimiento, manteniendo siempre el control y la protección de sus datos.
Además, herramientas como Visa Cardholder Transaction Score (VCTS) y Visa Insights Feed permiten desarrollar nuevas ofertas de valor, programas de lealtad más relevantes y una gestión de riesgo más inteligente. Estas capacidades ya toman forma gracias a alianzas con actores como Amazon, Nubank y Mercado Pago, que están redefiniendo la experiencia de pago y preparando al ecosistema para el futuro del comercio digital.
– Más allá del protocolo, ¿cuál es hoy el impacto más tangible de la IA generativa en Visa?
Hoy utilizamos IA generativa en dos frentes complementarios: para impulsar nuestra productividad interna y para seguir elevando la seguridad, eficiencia y personalización del ecosistema de pagos a nivel global.
En lo operativo, hemos habilitado herramientas como GitHub Copilot y una instancia segura de GPT-4 para nuestros desarrolladores, lo que acelera la innovación y nos permite llevar nuevas soluciones al mercado de forma más ágil. Paralelamente, estamos invirtiendo 100 millones de dólares en compañías emergentes, porque creemos que el impacto de esta tecnología es compartido.
También lanzamos la Visa AI Advisory Practice, creada para ayudar a nuestros clientes —emisores, adquirentes, fintechs y comercios— a adoptar IA de forma responsable y estratégica. Y estamos fomentando una cultura interna de experimentación: organizamos un AI Hackathon global de dos semanas, en el que recibimos más de 2.000 propuestas de innovación de nuestros colaboradores.