Protagonistas

Nayely Moreno: Amante de la agroindustria y referente en chocolatería sostenible

Su historia es un testimonio de resiliencia, creatividad y empoderamiento femenino en un sector tradicionalmente dominado por hombres. Su gran amor por la tierra la lleva a innovar y presentar sabores únicos en sus barras de chocolate Yojoa Chocolate Artesanal.

2025-03-11

Entrevista por Gabriela Melara – Estrategia & Negocios

Decidida y amante del medio ambiente. Nayely Moreno es una hondureña que sobresale en la agroindustria, desde donde ha demostrado que, con pasión, determinación e innovación, es posible transformar una finca de cacao en un referente de la chocolatería artesanal y sostenible.

“La pasión por el agro nace de sembrar lo que nosotros comemos” -y ¿por el chocolate? - “Desde pequeña he comido cacao, me encanta. Nuestras abuelas hacían pinol y chocolate en polvo muy artesanal. Entonces, queríamos sentir esos aromas y dijimos vamos a trabajarlo de la mejor manera posible. Pero, enfocados en tener un producto saludable, de calidad y sostenible”, apunta.

Tras de dedicarse al cultivo de café, pensar en sembrar árboles maderables y otros cultivos decidió apostar por el cacao y transformarlo en chocolate de alta calidad.

El camino no fue fácil. Entre 2017 y 2018, al darse cuenta de que vender el grano sostenible no era rentable, inició un proceso de capacitación en fermentación, secado y transformación del cacao. Junto a su equipo, tomó cursos con expertos de Ecuador, Italia y de otras nacionalidades para asegurar que su producto tuviera la máxima calidad.

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Con una visión innovadora, se enfocaron en la combinación de chocolate con frutas tropicales de la región como piña, mango, naranjas y arándanos (que también son de la zona de Yojoa). Esto no solo diferenció su producto en el mercado, sino que también ayudó a reducir las pérdidas poscosecha de pequeños agricultores locales.

Nayely Moreno: Amante de la agroindustria y referente en chocolatería sostenible

“Comenzamos con una sola máquina y a buscar sabores que la competencia no trabajara, porque el rubro es tan pequeño que no queríamos hacer competencia, entonces nos dijimos, vamos a trabajar con las combinaciones de frutas y buscamos las que producen pequeños productores aquí en el área del Lago de Yojoa y también, vimos la oportunidad de ayudarlos”, comenta.

UN CHOCOLATE QUE CONQUISTA AL MUNDO

La búsqueda de la excelencia dio frutos rápidamente. Tras este proceso empírico y tener la retroalimentación de amigos y cercanos, en agosto 2019, se presentaron por primera vez a una feria y la aceptación del público fue positiva. Esto los llevó a participar en el prestigioso Salón del Chocolate en París, donde sus productos captaron la atención de expertos internacionales.

Ese mismo año, decidieron inscribirse en los International Chocolate Awards, enviando sus muestras a Londres. Para su sorpresa, fueron invitados a la premiación en Guatemala, que por primera vez salía de Europa, donde ganaron medallas de plata y bronce, un logro inédito para una chocolatería emergente de Honduras. Pero, llegó la pandemia, que paralizó las ventas y obligó a cerrar muchas de las cafeterías que comercializaban sus chocolates. Sin embargo, lejos de rendirse, aprovecharon el tiempo.

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Mejoraron procesos, fortalecieron su conocimiento y construyeron su propia fábrica. Gracias a su resiliencia, lograron retomar y expandirse rápidamente a Estados Unidos, Puerto Rico y otros países.

EL FINANCIAMIENTO, UN SABOR AMARGO

El crecimiento no ha estado exento de obstáculos. El financiamiento ha sido uno de los mayores retos, ya que los bancos consideran que el rubro del cacao, primero era demasiado nuevo para invertir y tiene un alto riesgo. Sin embargo, Nayely y su equipo no se dieron por vencidos y, con esfuerzo y apoyo de reconocimientos ganados, lograron adquirir maquinaria de segunda mano para mejorar su producción.

La finca está a mi nombre y en todo yo soy la representante. No puedo decir que es porque soy mujer, solamente, pero los bancos no me daban financiamiento, definitivamente, no. Ese es uno de los mayores retos porque el rubro -dijeron- era demasiado nuevo, no con el rubro el café. Hay falta de confianza en el rubro”, apunta.

VAINILLA, SU NUEVA PASIÓN

Actualmente, lidera un proyecto de cultivo de vainilla, cúrcuma y jengibre, buscando generar nuevas oportunidades para las mujeres de su comunidad. Su objetivo es que la vainilla se convierta en un producto icónico de la región y brinde ingresos sostenibles a quienes la cultivan.