Por E&N Brand Lab para RSM-US El Salvador
La ingeniera Carmen Martínez es fundadora y Managing Director de RSM-US El Salvador, empresa que brinda servicios de consultoría enfocados en tecnología. Su liderazgo se basa en centrarse en las personas y liderar desde la empatía, pilares que han fortalecido la confianza interna y potenciado la innovación en la empresa.
Bajo su dirección, RSM-US no solo ha desarrollado un talento altamente competitivo, sino que también ha logrado una retención destacada, consolidándose como uno de Los Mejores Lugares para Trabajar en Latinoamérica. “Mi perspectiva como mujer ha aportado un liderazgo inclusivo, colaborativo y empático, basado en liderar desde el servicio, escuchar activamente y valorarla diversidad de pensamiento”.
Un aspecto clave es la responsabilidad compartida en temas de equidad e inclusión y su visión de capacitar a otros líderes para ser guardianes activos de estos valores, integrándolos en la cultura organizacional mediante formación en “liderazgo de impacto”, talleres sobre sesgos inconscientes y mentorías internas con las que promueve un ambiente donde el trabajo y éxito colectivo prevalecen sobre protagonismos individuales.
En un entorno así, explica, la colaboración fluye de forma orgánica, las decisiones son más coherentes y el impacto positivo se multiplica.
La pandemia del COVID-19 puso a prueba su capacidad de liderazgo. La migración inmediata a un modelo remoto, apoyado en la estructura logística y tecnológica de RSM-US exigió a Martínez velar por el bienestar emocional y la conectividad de cada colaborador en un contexto de incertidumbre. “Lideré con transparencia, comunicación constante, empatía y vulnerabilidad”, comenta, indicando que un equipo comprometido es el factor de éxito en tiempos de crisis.
Esto sin perder la visión de largo plazo y una ejecución ágil, respaldada por procesos estándar, análisis de data, planificación estratégica y mitigación de riesgos, la cual es impulsada por una cultura interna que fomenta la mejora continua y un pensamiento crítico.
CULTURA INCLUSIVA
Martínez no solo destaca la importancia del liderazgo femenino en la alta empresa, sino que también demuestra cómo una cultura inclusiva y centrada en las personas puede transformar organizaciones y comunidades. Es por eso que su mensaje para otras mujeres en posiciones de liderazgo es que empiecen por escuchar y observar con atención antes de tomar grandes decisiones.
“Que se tomen el tiempo para conocer a su equipo, entender la dinámica y la cultura de la organización, tener claridad sobre los objetivos estratégicos y conectar más allá de los títulos y los cargos. El liderazgo no se gana con un nombramiento, se construye día a día con coherencia, empatía, autenticidad y resultados”.
REDES
Las redes de mujeres y la mentoría han sido fundamentales en su desarrollo. “He aprendido que rodearse de personas que te inspiran y te retan es vital para crecer”.
Forma parte de HER, red de mujeres profesionales líderes en El Salvador, lo que le ha permitido compartir experiencias y nutrirse de distintas perspectivas.
