Claves del día

Cancelar producción del 737 MAX amenaza un pilar del 'Low Cost' aéreo

Decenas de aerolíneas dependen del modelo de Boeing para crecer y bajar gastos en el corto radio.

2019-12-18

El Economista.es

La cuarentena del 737 MAX se ha convertido en una infección que amenaza con transformarse en una enfermedad crónica para el fabricante aeronáutico Boeing y llevar a la Unidad de Cuidados Intensivos a las aerolíneas de bajo coste que dependen de la convaleciente aeronave. En una nueva entrega de su enrevesado diagnóstico, la compañía informó a comienzos de esta semana que frenará completamente la producción de este modelo a partir de enero.

Una decisión con efectos secundarios inmediatos para los proveedores de la de Chicago, así como para decenas de compañías aéreas que ven como se enquista la incertidumbre sobre sus planes de crecimiento y reducción de costes al depender del modelo del fabricante para operar a medio plazo. Y es que, cancelar la producción del 737 MAX pone en peligro uno de los pilares de la industria del bajo coste aéreo, cuya operativa en todo el mundo depende de dos familias: el B-737, con un futuro incierto y la familia A320, que no tiene fácil subir el ritmo de producción.

En Europa, Ryanair es una de las compañías que más ve amenazado su futuro ante las dudas sobre la continuidad del avión más vendido de Boeing, que lleva parado desde marzo tras sufrir dos accidentes.

Y es que, la aerolínea irlandesa ha dejado en manos de la familia 737 MAX el futuro de su flota, de su crecimiento y su productividad. Raynair tenía previsto recibir 47 aeronaves en 2020 para aumentar su capacidad, renovar flota y reducir el consumo de combustible. La aerolínea anunció la semana pasada que esperaba recibir 10 aviones del nuevo modelo, lo que le obliga a recortar la capacidad en algunas bases, cerrar hasta cinco en Europa y convertir otras en temporales. Así, por primera vez en año espera recortar capacidad en España.

Norwegian y Air Europa también tienen el futuro de su corto radio en manos de Boeing y están optando por retrasar la venta o jubilaciones de aviones para no reducir su capacidad, lo que se puede traducir en un envejecimiento de la flota. En el caso de la aerolínea noruega, que tiene 18 aviones MAX en tierra y debería haber recibido cinco, la suspensión del modelo está acompañando a su plan de ajuste de las rutas de corto y medio radio. Y es que, ante sus problemas de deuda, está revisando su red y está cerrando destinos en Europa.

IAG, unas de las compañías aéreas que más bajó ayer en bolsa ante las nuevas dudas sobre el Brexit y la vuelta a los cielos de 737 MAX, que se puede retrasar aun más en Europa, tiene sobre la mesa replantearse el acuerdo con Boeing para comprar 200 aviones del modelo con una 'rebaja sustancial'. En Asia, el desarrollo del low cost también depende de estas aerolíneas.

'El impacto real no es sólo para las aerolíneas que tienen aviones parados si no que afecta directamente al crecimiento de las low cost en Asia, Europa y América ya que comprar Airbus es muy difícil e hibridar flotas supone un fuerte alza de los costes', explica el sector.

A día de hoy, las aerolíneas estadounidenses no tienen previsto que la Administración Federal de Aviación de EEUU (FAA, por sus siglas en inglés) dé de alta al 737 MAX por lo menos hasta el próximo mes de marzo o abril, un calendario que Boeing no confirma. Así, United ha eliminado este modelo de su servicio hasta entonces mientras que Southwest, el cliente estadounidense más importante para el 737 MAX, anunció ayer que retirará cerca de 300 vuelos diarios hasta el 13 de abril debido a la prohibición que pesa sobre el aparato.

Chris Mainz, portavoz de Southwest, explicó a este periódico que la aerolínea no tiene en estos momento una fecha de regreso al servicio del 737 MAX o un cronograma de entrega actualizado aunque trabaja directamente con Boeing para determinar para ajustar sus planes. 'Tenemos todavía mucho trabajo por hacer para hacer despegar los 34 MAX en nuestra flota, así como para recibir los 41 aviones restantes que teníamos planeados operar para fin de año', reconoció.

Las aerolíneas americanas retrasan ya hasta abril la vuelta a los cielos del modelo
La semana pasada, Southwest alcanzó un acuerdo de compensación con Boeing por la cuarentena del MAX, que costó al operador aéreo cerca de 435 millones de dólares en su beneficio en lo que llevamos de año. Southwest no reveló los términos, pero dijo que planea compartir 125 millones de dólares con sus empleados. Mainz dijo que la compañía vigila si serán necesarios ajustes adicionales 'dada la continua incertidumbre sobre la vuelta al servicio del 737 MAX'.

Aerolíneas de mayor calado, como American Airlines han eliminado a la aeronave de su calendario al menos hasta el 7 de abril pero otras más pequeñas, como Icelandair, retiraron el martes estos aviones de su horario hasta mayo de 2020. Como alternativa, esta operadora alquilará aviones 737 más antiguos para compensar el déficit en los aviones y mantendrá los 757 más tiempo.

Existen casi 400 aeronaves almacenadas, cuyo proceso de entrega podría prolongarse un año.

Con la decisión de parar la producción, Boeing opta por 'priorizar la entrega de aviones almacenados y suspender temporalmente la producción en el programa 737 a partir del próximo mes', según explicó a última hora del lunes. Una medida que surge después de que el fabricante ya redujera el pasado abril la producción del aparato desde 52 a 42 aeronaves al mes. De acuerdo con la propia compañía, en estos momentos existen casi 400 aeronaves almacenadas, cuyo proceso de entrega podría prolongarse un año una vez se garantice el regreso a los cielos del avión.

¿Afectará a la economía?

Mientras que la compañía no ofrecerá detalles del impacto financiero que esta situación tendrá en sus cuentas hasta finales del próximo mes, cuando presente los resultados trimestrales correspondientes al trimestre en curso, adelantó que la decisión de frenar la producción del 737 MAX no se traducirá en despidos o bajas temporales entre los trabajadores de su planta de Renton, Washington, donde se fabrica la aeronave. Los empleados continuarán con el trabajo relacionado con el 737 o serán reubicados.

No obstante, Boeing ya se vio obligada a incluir un cargo de 4.900 millones de dólares por la prohibición de vuelo que pesa sobre el aparato. La empresa ya adelantó en octubre que podría ser necesario congelar la producción o un nuevo recorte si la aprobación de los arreglos del software de control de vuelo de MAX se extendían hasta 2020. La FAA indicó que no aprobaría el regreso del avión antes del año que viene. Una portavoz de Boeing explicó a elEconomista que en estos momentos el fabricante aeronáutico continúa trabajando estrechamente con la FAA y los reguladores globales para obtener la certificación y el regreso seguro al servicio del 737 MAX.

'Seguiremos evaluando las decisiones de producción en función del momento y las condiciones de vuelta al servicio, que se basarán en aprobaciones regulatorias y pueden variar según la jurisdicción', destacó.

Al ser preguntada por cuánto tiempo tardará la compañía en alcanzar los niveles actuales de producción una vez se de por terminado la congelación de la misma prevista, explicó que el calendario de la producción del 737 se regirá por la salud de la cadena de suministro, entre otros factores, incluido el tiempo que permanezca un ritmo más bajo, una vez que se completen las actividades de certificación y se reanuden las entregas del 737.

Hasta entonces, los efectos colaterales calarán hondo tanto en la economía estadounidense, proveedores y múltiples aerolíneas cuyo modelo de negocio depende del 737 MAX. Michael Pearce, economista de Capital Economics, calculó que si el freno de la producción se extiende durante todo el primer trimestre de 2020, la situación puede borrar hasta 0,5 puntos porcentuales del crecimiento del PIB hasta marzo.

La interrupción de la producción del MAX amenaza además con aumentar la presión financiera a los proveedores de Boeing, como Spirit AeroSystems Holdings Inc, que recibe el 80% de sus ingresos del fabricante aeronáutico, y Korea Aerospace Industries Ltd. CFM International, una empresa conjunta de General Electric Co. y Safran SA, dijo en junio que tendría que reducir la producción en al menos un 5% si continúa la cuarentena del avión mientras que Safran dijo que podría reducir su pronóstico de beneficios.

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