Los científicos, por definición, son bastante competitivos entre sí y rara vez manifiestan sus posiciones políticas (porque han sido entrenados para pensar que su escenario son los laboratorios, conferencias académicas y publicaciones científicas). Además, son muy chisquillosos en la forma cómo invierten su tiempo y no necesariamente son fanáticos de las multitudes.
Sin embargo, el temor y el repudio ante los recortes presupuestarios anunciados por Donald Trump a agencias estatales como la NASA, la NOAA y la Agencia de Protección Ambiental (EPA), así como la potencial censura de los resultados de las investigaciones, logró este sábado lo impensable: miles de estudiantes, profesores, ingenieros, médicos, científicos, con sus familias y hasta mascotas se unieron ayer por horas por un fin superior al ego: alzar la voz para defender la ciencia y el quehacer científico de intereses personales o partidarios.
"Las decisiones de un país no deben tomarse con base en ideas o creencias de ninguna persona o grupo sino con base en la evidencia científica, un quehacer que para ser saludable debe invertir en la calidad de las investigaciones y de sus investigadores, así como en la formación de personas de todas las latitudes y géneros". Este fue el argumento en el que todos coincidieron y que los convocó en todo el mundo.

¿Contra Trump?
Y sí, aunque los principios de la marcha aclaraban que esta se distanciaba de la política ni de una protesta en contra del gobierno, lo cierto es que las consignas que se lucieron en EEUU y el mundo si hicieron referencia a ambos. Carteles con mensajes de enojo, ironía, ingenio y complicadas ecuaciones y argumentos no aptos para iletrados poblaron las calles a cargados a mano por una multitud pacífica y ordenada.
El nombre de Trump sobrevoló todas las marchas celebradas en ambiente festivo y en las que los participantes portaban pancartas con frases como: 'Hey, manos-pequeñas invierta en la Agencia de Protección Ambiental (EPA). Deje de ser del Cretácico', 'Estás fuera de tu elemento, Donny (Trump)' o 'Todos nos beneficiamos: la ciencia creó los peluquines'.
Otros decían: "La ciencia es menos costosa que la ignorancia", 'Liberad el planeta', 'La Ciencia es global', 'Amamos la Ciencia', 'Einstein fue un refugiado', 'La ciencia no tiene partido', ' No hay planeta B', 'El hielo no tiene agenda' o "Que la mortalidad infantil se haya disminuido dos tercios en los últimos 50 años no habría podido ocurrir sin ayuda de la ciencia'.
La protesta comenzó en Australia y se fue extendiendo a lo largo del día por más de 500 ciudades de Asia, Europa, áfrica. Se unieron manifestantes en Tokio, Hong Kong, Ciudad de Ho Chi Minh, Seul, Nepal o Nueva Delhi, con actos que mezclaban la reivindicación de la ciencia con la celebración del Día de la Tierra. Más tarde, se sumó América.
Desde Buenos Aires hasta Vancouver, actos de reivindicación de la ciencia estaban convocados en Antofagasta y Santiago, en Chile; Porto Alegre, Brasilia, Río de Janeiro o Curitiba, en Brasil; Bogotá, Medellín o Cali, en Colombia; San José de Costa Rica; Urcuqui (Ecuador); Ciudad de México, Guadalajara o San Luis Potosí, de México, o Ciudad de Panamá. No obstante, fue en la capital estadounidense donde se concentró la mayor movilización.
"¿Qué es lo que queremos? -Queremos ciencia ¿Cuándo la queremos? - Después de la revisión de pares", gritaban en la marcha de Silicon Valley, contó a Univision la ingeniera costarricense Sofia Brenes.
"La ciencia no se rige por preferencias políticas" este fue uno de los afiches más vistos durante la Marcha Por la Ciencia en Washington. 'Ignorar la ciencia hace daño a las personas. Los hechos científicos son reales los creas o no', se leía en las pancartas en la marcha de la capital estadounidense. "Yo no estudio para saber más sino para ignorar menos", dijo orgullosa Jazmín Aguilar, estudiante de química orgánica de la Universidad de Cornell.
La lucha contra el desaleteo de tiburones (que les cortan las aletas y los devuelven a morir asfixiados en el mar sin poder moverse) también se coló dentro de la protesta. No faltaron tampoco las mujeres científicas que buscan alentar a otras a involucrarse en ciencia y tecnologías.
Después de conversar con varios de los asistentes de las distintas ramas de la ciencia, todos coincidieron que hay gran preocupación por el rumbo de los fondos necesarios para la investigación médica necesaria para combatir enfermedades, desarrollar energía renovable, proteger a las especies en vía de extinción y otros.
De la euforia a ...¿ un nuevo movimiento global?
Si bien la marcha se consideró exitosa con más de 75,000 participantes solo en el DC, ahora queda ver qué ocurrirá una vez pasada la euforia de las pancartas.
Según la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia, este es apenas el inicio de un nuevo movimiento global. Ahora hay que tratar de que toda la pasión de estas manifestaciones se transforme también en un debate constructivo sobre el papel que la ciencia debe jugar en las decisiones políticas y lograr que esas decisiones se tomen por el bien de todos.
Si bien el presupuesto presentado por Trump en marzo aumenta el gasto militar a cambio de recortes muy significativos en agencias científicas como la NASA y la Agencia de Protección Medioambiental (EPA), encargada de estudiar el cambio climático. El Congreso tiene la última palabra en la aprobación y modificación del presupuesto, por lo que los científicos esperan que las marchas sirvan para poner a los legisladores de su lado.
"¡Qué día increíble! Gracias. Juntos, mostramos al mundo que la ciencia importa. Enviamos un mensaje importante a nuestros líderes: no nos quedaremos quietos y ni dejaremos que la ciencia sea atacada. Sabemos que la ciencia y su papel en nuestras vidas es importante", agradeció anoche los organizadores de la campaña mediante un correo electrónico enviado a todos quienes se inscribieron en sus plataformas.