'Ya los trabajadores ingresaron a la obra a laborar sin ningún contratiempo', informó el ministro de Gobierno Miltón Henríquez, en una entrevista al canal Telemetro.
Agentes policiales garantizaron 'el orden durante la entrada de los trabajadores al proyecto' hidroeléctrico para realizar 'labores de aseguramiento de la infraestructura y así evitar riesgos de seguridad', según un comunicado de la policía.
Indígenas y campesinos impidieron en las últimas semanas el acceso de los trabajadores al proyecto hidroeléctrico de Barro Blanco, en el distrito suroccidental de Tolé.
Los indígenas Ngäbe-Buglé rechazan el proyecto, financiado por los bancos DEG (Alemania), FMO (Holanda) y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), porque temen la pérdida de sus tierras y la destrucción del río Tabasará, del que se alimentará la hidroeléctrica, cuyas obras tienen un avance del 95%.
El gobierno panameño detuvo el proyecto en febrero por incumplimientos ambientales, pero posteriormente permitió a la empresa que adelanta el proyecto concluir los trabajos a la espera de llegar a un acuerdo con los opositores a la obra.
'Mientras no haya inundación no hay afectación, pero una presa a medio palo corre el riesgo de tener derrumbes parciales y eso puede afectar a personas y otros bienes', explicó Henríquez.
El ministro precisó que no se van a cerrar las compuertas de la represa hasta que se logre un acuerdo con la comunidad.
Una vez en funcionamiento, la hidroeléctrica produciría 28 megavatios, según sus responsables.
