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Según WSJ, 'Colombia está más cerca del acuerdo de paz'

Un sondeo de la firma Gallup dado a conocer el jueves pasado mostró que el número de colombianos que cree que las conversaciones de paz resultarán en un acuerdo de paz subió a 53%, 10 puntos más que en diciembre. Ayer, el gobierno anunció la suspensión de bombardeos a los campamentos de la guerrilla.

2015-03-12

Por:: WSJ

Un día después de anunciar que suspendería los bombardeos contra los campamentos de la guerrilla, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, dijo en una entrevista el miércoles que la medida podría llevar en algunas semanas a un cese al fuego bilateral permanente, el primero en el prolongado conflicto armado en el país.

"No he descartado la posibilidad de un cese al fuego bilateral antes de acordemos otros puntos", dijo telefónicamente a The Wall Street Journal.

La nueva medida es una acción sorprendente para un gobierno que hasta ahora se ha reusado a un cese al fuego, con el argumento de que le daría a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) la oportunidad para recuperar sus menguadas filas.

Santos dijo que una comisión especial conformada por altos mandos militares que la semana pasada se sentaron frente a frente con los comandantes guerrilleros está diseñando planes para implementar un cese al fuego bilateral. "El objetivo, claro, es tener un cese al fuego bilateral y definitivo", señaló.

Desde fines de 2012, las dos partes adelantan conversaciones de paz en La Habana, Cuba, pero continúan enfrentadas en regiones remotas de Colombia.

Pero en diciembre, las FARC declararon un cese al fuego unilateral e indefinido y el martes el presidente Santos, que ha apostado su presidencia al fin del conflicto de 51 años, señaló que suspendería los bombardeos en respuesta.

La medida de suspender los bombardeos es particularmente significativa porque durante los años que Santos ejerció como ministro de Defensa antes de ganar la presidencia supervisó ataques aéreos precisos que dieron de baja a altos dirigentes de las FARC, lo que debilitó el grupo.

Los cometarios de Santos del miércoles subrayan un nuevo optimismo y distintivo sobre las negociaciones a raíz de una serie de avances. Un sondeo de la firma Gallup dado a conocer el jueves pasado mostró que el número de colombianos que cree que las conversaciones de paz resultarán en un acuerdo de paz subió a 53%, 10 puntos más que en diciembre.

El miércoles, en un discurso televisado, Humberto de la Calle, negociador jefe del gobierno, advirtió que las fuerzas de seguridad mantendrán la presión en el campo de batalla y que "no van a dejar de actuar". Pero anotó que las dos partes estaban reduciendo las hostilidades.

"Creo que estamos caminando en una manera correcta hacia la consecución del fin del conflicto", dijo De la Calle. "Creo que las decisiones que se están tomando están dirigidas a ese propósito".

La decisión de Santos no es la única señal de progreso. El sábado, las dos partes dijeron que colaborarán en la remoción de minas antipersonas que las FARC han sembrado por años. Durante los días previos, cinco generales activos y un almirante se unieron a los diálogos y se sentaron cara a cara con los comandantes guerrilleros en lo que un negociador calificó como un "clima de respeto".

Sergio Jaramillo, el alto comisionado del presidente para la paz, lo llamó como parte de una nueva dinámica que ha visto a casi todos los altos dirigentes de las FARC participando en las negociaciones.

"La llegada de nuestros generales activos ha creado un clima donde los enemigos en el campo de batalla se sientan cara a cara", señaló Jaramillo en una entrevista. "Hasta cierto punto, eso creó de forma inesperado un clima muy positivo para las negociaciones".

Las dos partes aún enfrenta desafíos difíciles, incluso después de llegar a un acuerdo en tres de los cinco puntos principales y después de 28 meses de conversaciones: un plan de desarrollo rural, la incursión en la política de ex guerrilleros y un estrategia que hace un llamado a los rebeldes a trabajar con el gobierno para luchar contra las drogas. Ahora deben llegar a un acuerdo sobre el difícil punto de cómo compensar a las víctimas de las atrocidades cometidas por los guerrilleros, que insisten en que nunca aceptarán pagar con tiempo en la cárcel.

El opositor más poderoso del gobierno, el ex presidente álvaro Uribe, indicó el miércoles que las FARC habían estado violando su propio cese al fuego y que él no respaldaría los esfuerzos para avanzar las negociaciones. "La suspensión de bombardeos contra las FARC es darle paso a la narcoguerrilla para que siga delinquiendo e intimidando", dijo Uribe en su cuenta oficial en Twitter.

No obstante, De la Calle respondió a sus críticos y dijo que la suspensión de los bombardeos de los campamentos de las FARC por parte del gobierno durará en principio sólo un mes, para luego volver a evaluar la situación. Consideró la decisión de Santos como un paso necesario para generar una mayor confianza entre ambas partes.

Santos reconoció en la entrevista que "aún tenemos un largo camino por delante", pero añadió que "estamos mucho más cerca que antes".

Al tratar de obtener un apoyo más amplio, el mandatario designó una comisión para asesorarlo en las conversaciones que incluyes a algunos connotados dirigentes de la izquierda, un ex ministro de Defensa, un ex guerrillero, un líder indígena y el ex presidente Andrés Pastrana, quien había sido un duro crítico de las negociaciones.

Otros acontecimientos recientes hablan bien de las negociaciones. Las FARC anunciaron recientemente que pondrán fin al reclutamiento de menores de edad. El diplomático estadounidense Bernard Aronson, quien fue un mediador en negociaciones de paz en Centroamérica, tratará de que las partes superen sus diferencias en La Habana. Su nombramiento por parte del presidente Barack Obama fue bien recibido por las FARC, pese a que el grupo considera a EE.UU. un adversario.

Numerosos analistas políticos en Colombia, no obstante, señalan que la medida más destacada ha sido el acuerdo para eliminar las minas anti-personales. El pacto contempla que los rebeldes colaboren con la brigada especial antiminas terrestres del Ejército para localizarlas y removerlas. Se estima que los guerrilleros instalaron minas en más de la mitad de los municipios de Colombia.

"Esta es una semana absolutamente transcendental en el proceso de paz", opinó álvaro Jimenez, director de la Campaña Colombiana Contra Minas, una organización no gubernamental que trabaja desde 2000 para erradicar las minas antipersonales en el país.

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