Por estrategiaynegocios.net
Y como se había anunciado, Qatar comienza a despedirse de la máxima fiesta del fútbol.
Luego de la fase de octavos, comenzó el desmantelamiento de las primeras arenas de la Copa del Mundo. Tres de los ocho estadios ya no serán sedes de partidos y tampoco serán sedes que queden para visitar.
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Un ejemplo de ello es que este martes por la mañana se quitaron todas las lonas y rejillas de la línea de metro alrededor del estadio 974, numerosos trabajadores de la construcción limpiaron y trabajaron en la explanada del estadio. Unas doce horas antes, Brasil había vencido 4-1 a Corea del Sur.
Eso sí, el desmantelamiento del estadio en sí comenzará hasta después de la final de la Copa del Mundo.
Este 974 está construido con contenedores de envío. Tiene la intención de servir como ejemplo, ya que requirió menos material de construcción y podría construirse de manera más rápida y supuestamente más rentable.
También puede ser completamente desmantelado y reconstruido en otro lugar.
En el área que actualmente ocupa se crearán zonas verdes y de ocio, aprovechando la cercanía al puerto y a la playa.
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Igualmente, donde está el Estadio Lusail, el futuro le depara convertirse en un centro comunitario con viviendas, negocios, escuelas, cafés y clínicas médicas.
Un destino similar aguarda al Estadio Al-Bayt, con forma de carpa, el plan es retirar la tribuna superior e incorporar al estadio un hotel de cinco estrellas, un centro comercial y un hospital de medicina deportiva.
En el Estadio Al Thumama cerca del centro de Doha, para 40.000 espectadores, no desaparecerá pero sí verá reducida su capacidad a la mitad.
Se le utilizará para fútbol y otros eventos deportivos, aunque no está claro cuáles serán. Se instalará una clínica deportiva y un hotel en el lugar.
Como dato, solo dos equipos de la primera división qatarí —Al Rayyan y Al Wakrah— seguirán jugando en los lujosos estadios del Mundial.
Igualmente, la mayoría de los estadios reducirán su capacidad de 40.000 espectadores a 20.000 después del torneo como parte de una campaña de sustentabilidad.
Qatar prometió entregar 170.000 asientos a países en desarrollo.