Por revistaeyn.com
Que el cultivo del café y de hortalizas en Dota, Tarrazú y León Cortés, en Costa Rica, sean procesos más orgánicos, es uno de los objetivos de las soluciones a favor del medio ambiente que impulsa COOPEDOTA, el Centro Avanzado de Investigación Aplicada (CAIA) -Alejandría y el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) por medio de su “Proyecto One”.
A través de la producción y uso de fertilizantes orgánicos, la colocación de ‘Árboles de vida' y la limpieza del humo generado por medios de transporte, estas organizaciones apuestan a duplicar su interés de cuidar el aire, el agua, la tierra y la vida, y convertirse así en pioneros a nivel mundial dentro del sector cafetalero.
Con el Proyecto One, el cual utiliza inteligencia artificial (IA) y energía magnética, la cooperativa busca obtener la certificación Carbono Positivo y ser así la primera en alcanzarla dentro del sector cafetalero.
“Los mercados internacionales nos exigen cada vez más la reducción de químicos en nuestro café, y una forma de seguir en esa ruta de descarbonización es generar soluciones contra el cambio climático. Actualmente, COOPEDOTA posee la Certificación Carbono Neutro, es decir, que las emisiones que genera las compensa, pero, con ‘Carbono Positivo’ se enfocará en reducir el CO2, contrarrestar la huella de carbono y en aprovechar las energías renovables”, añade Monserrat Hernández, subgerente de la cooperativa de Dota.
El fertilizante orgánico -llamado FertiDota- elaborado a través de aguas mieles y broza de café, durante el proceso de cultivo del grano de oro, da los aportes de macro y micronutrientes orgánicos, entre otros. Reduce la traza química, así como el aumento en el índice morfológico de crecimiento en un 22 %, lo cual hace que disminuya en 30 días la salida para poder establecer en campo estas las plantas.
A modo de ejemplo, una planta de tomate tardó 37 días para florecer y 45 días para producir. Si no hubiese estado en invernadero tardaría 80 días en florecer y 20 días más en dar fruto.
Asimismo, “el proceso de lavado del grano al llegar al beneficio genera aguas residuales, estas se procesan y se transforman junto con la broza de café, hidro núcleos a base de fósforo y pescado en el fertilizante orgánico. Esas aguas residuales contienen los nutrientes y elementos del grano, por lo que a través de economía circular les damos un nuevo uso”, explicó Luis Diego Jiménez, gerente de comercial del CATIE.
Tras una investigación de un año y medio para lanzar el Proyecto One, COOPEDOTA, CATIE y CAIA también aplican dos soluciones más enfocadas a limpiar el aire: Una de ellas es la colocación de ‘Árboles de Vida'.