Desde que la policía suiza irrumpió en mayo del año pasado en el lujoso hotel Baur au Lac de esta ciudad (Zurich) como parte de una investigación de corrupción que ha dado lugar a 41 procesamientos, la FIFA ha prometido reformas. Al principio, el ente rector del fútbol mundial parecía decidido a metamorfosearse en algo más elegante que el desastre de corrupción en que las autoridades judiciales dicen que se ha convertido. Sin embargo, en lugar de corregir los mecanismos que, según los investigadores, causaron aquellos problemas, la FIFA -cuyos delegados nacionales convergen esta semana en Zúrich para elegir al sucesor del presidente saliente, Sepp Blatter- ha seguido pateando la pelota afuera. "La reputación de la FIFA no puede hundirse mucho más bajo", dice Alexandra Wrage, experta antisoborno que sirvió en el comité independiente de gobierno de la FIFA antes de renunciar, frustrada, en 2013. "Hemos tenido más de una década de escándalos de la FIFA y muchas de las mismas personas están al mando, así que tal vez capeen otra ronda. Es injusto para los jugadores y los aficionados pero, por desgracia, estos grupos nunca han sido realmente una prioridad para la FIFA".
(Fuente: The Wall Street Journal)
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FIFA, el club de los corruptos resistentes
2016-02-25