Por Alejandra Ordóñez - revistaeyn.com
La geopolítica y la demografía está cambiando, y las implicaciones de una nueva era tecnológica, son las tendencias a mediano y largo plazo. Estas son en las que Guatemala tiene que definir sus políticas públicas, planear sus inversiones, y sobre las que las organizaciones tienen que construir sus estrategias y los escenarios en los que van a operar. Esta fue una de las principales conclusiones del panel El futuro de Guatemala y la región: retos y oportunidades para crecer, con el que concluyó McKinsey Forum Guatemala 2025.

De acuerdo con Cadena, esta tendencia geopolítica y tecnológica es la que va a imperar en los próximos años, y en ese contexto, lo importante es encontrar la manera de acelerar la inversión para poder aumentar la productividad a través de las nuevas tecnologías. “Es importante invertir en nuevas tecnologías para aumentar la productividad y obtener números de crecimiento equivalentes. En números, para una economía como la guatemalteca, esto implica entre US$7 y US$10 millones adicionales de inversión todos los años, para lograr tasas altas de crecimiento sostenidas”, aseguró.
En este sentido, José Miguel Torrebiarte destacó que en el tema geopolítico todo está cambiando, “y creo que Guatemala en este sentido está bien posicionada”. Por ejemplo, explicó, la balanza comercial que hay entre China y Estados Unidos, pone al país en una situación preferente para tener la diplomacia que se necesita con Estados Unidos y convertirse en ese socio estratégico que requiere el país norteamericano. “Ahí el reto es la inversión en infraestructura en Guatemala, porque tenemos que pasar del 1.6% del PIB al 6% mínimo y es algo en lo que hay que trabajar urgentemente”, dijo.
INVERSIÓN, LA CLAVE
En esta parte, Carmen María Torrebiarte señaló que los países de la región tienen oportunidad de salir adelante en la medida que se trabaje en conjunto. También refirió que, en cuanto a los proyectos de inversiones, aunque el sector privado esté dispuesto a hacer los esfuerzos necesarios para ejecutarlos, sí se necesita de la colaboración del Gobierno. “Y esa es la parte en la que de alguna manera hemos fallado”, apuntó.
Según la Presidenta de CACIF, en la región hay muchas oportunidades. “Pero, por ejemplo, Guatemala está dentro del llamado Triángulo Norte, y la realidad es que la comunicación entre estos países es complicada en la parte comercial, en las fronteras y carreteras, así como con la conexión aérea. Esto no ayuda en el desarrollo económico-comercial porque las limitantes gubernamentales de fronteras y de paso de mercaderías nos terminan restringiendo. Hay mucho potencial, pero se necesita la voluntad de todos los actores para poderlo trabajar y eso va a ayudar a la generación de empleo y a esas grandes inversiones que se necesitan”, manifestó.
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Daboub refirió que, geopolíticamente hablando, actualmente hay algunos temas que definen los retos y oportunidades que tiene Guatemala. Uno de ellos es la tensión comercial que existe entre China y Estados Unidos. “Esto trae consigo una gran oportunidad, para que algunas de las empresas norteamericanas se muevan a nuestra región. Por ejemplo, nosotros nos hemos impuesto la meta de invertir US$10.000 millones y crear un millón de nuevos empleos. Pero esto requiere una inversión en infraestructura, aeropuertos, carreteras, electricidad, telecomunicaciones y capacitación de la mano de obra, entre otras.
ENFOQUE EN LAS PERSONAS
Según el Presidente de HUGE Business & Investment Council, también hay que tener muy presente el tema de la migración de centroamericanos hacia los Estados Unidos, “que sucede por factores que empujan a la gente a dejar sus países y por factores que atraen a la gente hacia Estados Unidos”. Para el directivo, el factor más importante que “empuja” a la gente a irse tiene que ver principalmente con el tema de la seguridad, mientras que más atrae de Estados Unidos es el factor económico, ya que un empleo puede ser 18 0 20 veces mejor pagado que en nuestros países.
“También es importante la inversión en capital humano, para convertir la ola de retornados que vienen de Estados Unidos. Muchos de estos retornados hablan más inglés que los que están en Guatemala y hay que analizar qué competencias tienen y cómo hacer el upskilling a ese tipo de población para que complementen el recurso humano que está en el país”.
En este sentido, destaca que las cifras revelan que la productividad no ha aumentado, sino que está estancada. Por ello, Cadena asegura que se trata de crear -a través de la innovación y la inversión- aquellas herramientas para producir más. “Los números indican la inversión a los niveles necesarios en nueva maquinaria y nuevas tecnologías está estancada frente a la necesidad de la industria”, dijo.
El Presidente de FUNDESA coincide: “Estamos muy rezagado de innovación y eso también lo podemos ver con el trabajo informal y subempleo”, manifestó. De acuerdo con el también Secretario de la Junta Directiva de Grupo Progreso, es necesario que, en Guatemala, a través de las organizaciones gremiales, se promueva el empleo formal, que es el que ofrece una serie de beneficios que hacen que se forme un recurso humano más longevo y más productivo. “Actualmente el 70% de la población está en subempleo y eso no solo empuja a la gente a migrar y buscar otras oportunidades en otros lados, sino que hace que se los que están en Guatemala tengan competencias muy básicas”, agregó.
Daboub, por su parte, también abogó por capitalizar las tecnologías que existen para atraer inversiones. En este sentido, destacó el caso de El Salvador, que impulsa proyectos como AirCity o el Key Institute, una escuela dedicada a la formación de líderes en las ingenierías, el cual se inaugurará en abril y en el que inicialmente se capacitarán a 1.000 profesionales. “En la medida que podamos acelerar la atracción de estas inversiones vamos a poder aumentar los niveles de innovación y tecnología en nuestros países”, expresó.
“Y si esto no va acompañado de políticas públicas por parte de los gobiernos, va a resultar complicado. Tenemos que estar alineados, porque si no, estamos nadando contra la corriente”, finalizó Carmen María Torrebiarte.