El órgano electoral de Venezuela informó hoy que la oposición ganó al menos 110 escaños de la Asamblea Nacional en las elecciones parlamentarias, con lo que se asegura la mayoría calificada para legislar.
En una segunda actualización de los resultados de la votación del domingo, el Consejo Nacional Electoral (CNE) dijo que la Mesa de Unidad Democrática (MUD) se quedó con 107 de los 167 asientos. Adicionalmente, ganaron los tres diputados de la representación indígena.
El oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) obtuvo 55 diputados. La alianza opositora le arrebató al socialismo gobernante el control del parlamento por primera vez en 16 años, favorecida por el descontento de muchos venezolanos ante la grave crisis económica por la que atraviesa el país miembro de la OPEP.
La MUD, sin embargo, insiste en que lograron al menos 112 diputados, lo que les granjearía las dos terceras partes del parlamento y mayores prerrogativas para legislar.
Un portavoz de la MUD dijo a Reuters el martes que los resultados difundidos por el CNE en su portal estaban "rezagados".
Según el rector electoral, falta por adjudicar dos escaños, una cifra que puede resultar crucial para la legislación.
Los detonantes del cambio
Una crisis económica sin precedentes -marcada por la alta inflación, la recesión y la escasez- llevó a muchos venezolanos a ejercer el voto castigo contra el gobierno de Nicolás Maduro en estas elecciones.
'Hemos perdido una batalla pero la lucha por la construcción del socialismo ahora es que empieza (…). Esto es una bofetada para despertar', dijo el mandatario, afligido, al aceptar los resultados apenas segundos después del anuncio, que fue a las 12:30 de la mañana. 'Los llamo a la convivencia, al trabajo', señaló, pero calificó la victoria opositora como una 'contrarrevolución'.
Aunque la derrota del chavismo es histórica, el camino hacia el cambio que buscan los opositores no será fácil.
Lo que viene
La oposición ha dicho que buscará dos cosas en primera instancia: promulgar una ley de amnistía que permita la liberación de los llamados presos políticos y aprobar una ley que reactive la producción nacional.
De paso, también asegura que busca 'devolverle la democracia al país', pues considera que las instituciones del Estado se han politizado y perdido su autonomía.
Todo esto, en teoría, lo puede al menos promover con una mayoría simple -y aún más calificada- en el Parlamento. 'Pero estamos en Venezuela', dijeron varios de los veteranos periodistas políticos que esperaban los resultados en el comando de la oposición. Primero, la oposición no es un ente homogéneo dentro del cual todos tienen los mismos intereses.
Pero, además, la actual Asamblea Nacional, chavista en su mayoría simple, seguirá en funciones hasta el 15 de diciembre, cuando entra en receso.
Varios expertos han vaticinado la posibilidad de que esa Asamblea promulgue leyes que vayan en contra de los objetivos opositores, como por ejemplo una ley habilitante que otorgue a Maduro poderes extraordinarios para aprobar leyes en los próximos 6 o 12 meses.
De hecho, Maduro ya posee esos poderes especiales hasta el 31 de diciembre.
El otro obstáculo que enfrenta la Asamblea opositora, que se posesiona el 5 de enero, es que cualquier ley que apruebe puede ser vetada por el presidente o por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
El TSJ, que es considerado un aliado del Ejecutivo, no ha emitido una sola resolución en contra de los intereses del gobierno en los últimos 9 años, según una reciente investigación que estudió más de 40.000 fallos.
Así, dependiendo de si la oposición finalmente se queda con los tres quintos u obtiene los dos tercios, existe la posibilidad de que haya un choque de trenes institucional que limite la gobernabilidad del Estado venezolano.
Simple o calificada
El Consejo Nacional Electoral (CNE) no dijo cuándo anunciará los resultados para los dos escaños restantes. Y el poder de la oposición depende de si obtiene esos dos asientos más que le darían una mayoría calificada.
Con la mayoría simple anunciada en la madrugada de este lunes (99 diputados) la Asamblea puede promover enmiendas para ser votadas en referendo, votos de censura al vicepresidente o ministros, autorizar enjuiciamiento o incapacidad del presidente y diputados, aceptar o negar el presupuesto, impulsar cambio de poderes ciudadanos y aprobar un estado de excepción o una reforma constitucional. Sin embargo, con la mayoría calificada de tres quintos que fue confirmada en las últimas horas (más 101 diputados) el Parlamento puede -además de lo anterior- sancionar leyes habilitantes, remover miembros de el CNE y el TSJ y vetar a ministros y vicepresidente.
Esa mayoría calificada puede obligar al presidente a ceder ante la oposición para garantizar la estabilidad de gabinete. Y si se diera el escenario de la mayoría calificada de dos tercios (A la oposición solo le resta un escaño para lograrlo, si se cuentan los diputados electos de los circuitos indígenas), le permitiría al Parlamento revisar tratados internacionales como Petrocaribe, intervenir leyes orgánicas como el control de precios y cambios, promover una reforma constitucional o una asamblea constituyente y hasta remover a las cúpulas del TSJ y los poderes públicos.
Eso sería un cambio del panorama político venezolano.
Aunque, según los miembros de la oposición que celebraban en la madrugada del lunes, 'ese cambio ya se dio'. Y el gobierno, dijeron, 'tendrá que acatar el mensaje del pueblo'.