El ministro de Educación, Leonardo Garnier, es implicado este jueves en el escándalo de fraude que obligó a renunciar a su homólogo de Hacienda, Fernando Herrero, y a otros funcionarios del Gobierno de Costa Rica.
Por: Prensa Latina
Garnier aprovechó su influencia y recomendó a Procesos, empresa propiedad de la esposa de Herrero, Florisabel Rodríguez, para que fuera contratada con vistas a mejorar las relaciones públicas de la Refinadora Costarricense de Petróleo.
El Ministro también fue criticado en 2006 por concederle a esa firma privada el derecho a elaborar la reforma curricular concebida como parte del proyecto Educación en ética, estética y ciudadanía, financiado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.
Procesos recibió el contrato de la consultoría por un monto de 243 mil dólares, denunció entonces al Semanario Universidad el exdiputado, Oscar López, del Partido Accesibilidad Sin Exclusión.
Garnier y Herrero son amigos desde los inicios de su vida política en el Frente de Acción Estudiantil Nacional y elaboraron juntos la tesis científica sobre El desarrollo de la industria en Costa Rica, recordó el periódico digital El País.
Ambos publicaron un libro en 1981 con el mismo título y unidos se sumaron también al Partido Liberación Nacional.
Este jueves crecen las especulaciones sobre la posible renuncia de Garnier como titular de Educación y del vicepresidente Luis Liberman, quien asumió el Ministerio de Hacienda tras dimitir Herrero y es cuestionado por incidir igual a favor de la empresa de la esposa de este.
Medios de prensa nacionales cuestionan también los contratos a Procesos para realizar sondeos de opinión por parte de la firma Laura hacia el 2010, dirigida por Adrián Chinchilla, hermano de la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, y dedicada a conseguir fondos para su campaña electoral.
Herrero y su cónyuge, politóloga asesora de la mandataria, renunciaron a sus puestos tras comprobárseles evasión de impuestos, delito en el que incurrió igual el exdirector de Tributación Directa Francisco Villalobos.
El escándalo por la evasión de impuestos, el tráfico de influencias, y por el intento de reformar los tributos sin dañar a los ricos, mediante la polémica Ley de Solidaridad Tributaria o Plan Fiscal, redundaron esta semana en el arreciamiento de las críticas al Gobierno costarricense.
