Por Entrepreneur
Las emociones son mucho más que "eso" que sucede cuando reaccionamos ante situaciones de la vida. Si aprendemos a usarlas a nuestro favor, pueden convertirse en una herramienta poderosísima -la más poderosa de todas- para alcanzar nuestros objetivos… sin importar lo inalcanzables que parezcan.
¿Cómo saber si sabemos manejar nuestras emociones o si, por el contrario, dejamos que éstas nos dominen a nosotros? éstas son algunas señales de que tienes una inteligencia emocional desarrollada. Si no te identificas con ellas, ¡aprende a trabajarlas de una vez por todas!
Las emociones son mucho más que "eso" que sucede cuando reaccionamos ante situaciones de la vida. Si aprendemos a usarlas a nuestro favor, pueden convertirse en una herramienta poderosísima -la más poderosa de todas- para alcanzar nuestros objetivos… sin importar lo inalcanzables que parezcan.
¿Cómo saber si sabemos manejar nuestras emociones o si, por el contrario, dejamos que éstas nos dominen a nosotros? éstas son algunas señales de que tienes una inteligencia emocional desarrollada. Si no te identificas con ellas, ¡aprende a trabajarlas de una vez por todas!
1. Identificas tus emociones
El primer paso para aprender a controlar tus emociones es, por supuesto, saber identificarlas. ¿Te ha pasado que te sientes frustrado y no sabes ni por qué?¿Te sientes irritado y descubres que en el fondo es estrés acumulado? Date tiempo para conectarte contigo mismo y descubrir qué estás sintiendo y cuál es el origen de esa emoción Te ayudará mucho más de lo que crees.
2. Tienes control sobre ti mismo
Ante una situación que te lleve al límite, no reaccionas con ataques de ira, llanto o cualquier otra emoción desbordada. Por el contrario, has aprendido a controlarte y "pensar bien las cosas" antes de reaccionar de alguna forma de la que después puedas arrepentirte.3. Entiendes las emociones de los demás
No sólo identificas tus propias emociones; tienes la sensibilidad suficiente para detectar cómo se están sintiendo las demás personas. A esto se le llama empatía. Ya que te pones en los zapatos de los demás, consigues que la gente se sienta cómoda a tu lado. Esto te permite establecer relaciones valiosas.