Sin embargo, consideramos el impacto de la reciente baja en bolsa china no será directo sino que dependerá de la magnitud del impacto que tenga sobre la economía real china. Para evaluar ahora las consecuencias del desplome de la bolsa en los países latinoamericanos debemos primero separar los horizontes de tiempo.
El impacto a corto plazo lo observamos inmediatamente tanto en los precios de los commodities como en las valoraciones de las monedas de los países Latinoamericanos. Este ajuste fue inmediato y podría estimarse que ya sufrió su impacto más significativo, si bien posibles efectos futuros no deberían descontarse.
A mediano y largo plazo todavía está por verse, dado que evaluar la economía china sigue siendo difícil debido al carácter opaco de la información macroeconómica del país. El factor determinante será si el derrumbe de la bolsa va a afectar o no a la economía real china.
Sin embargo, se puede observar que el efecto directo de los movimientos bursátiles en la economía real han sido limitados en el pasado por lo que a priori podría vislumbrarse una baja probabilidad de ocurrencia también esta vez. La bolsa china subió un 150% de junio del 2014 al junio del 2015, y allí comenzó su pronunciado descenso que ya acumula aproximadamente un 30%. Durante el período de suba bursátil, la economía china se encontraba débil y en proceso de desaceleración, con pérdida de dinamismo del sector exportador y problemas de exceso de inversión en varios sectores económicos, especialmente en el mercado inmobiliario.
¿Una burbuja o un ajuste?
El gran crecimiento de la bolsa china durante el último año fue principalmente impulsado por inversores locales minoristas que tomaron posiciones apalancadas, basados en expectativas de que las autoridades del país tomen medidas de liberación de las cuenta capital del balance de pagos. ¿A qué apostaban? A ingresar a la bolsa antes de que lleguen los inversores extranjeros que generarían un movimiento alcista adicional. Por otro lado, al haber una exposición muy grande de las empresas chinas al crédito bancario, los inversores también han estado apostando a que el gobierno chino siga implementando regulaciones para impulsar la operatoria del mercado de capitales para la financiación del sector corporativo a través de la emisión de acciones.
Esto genero un nivel de apalancamiento muy elevado, creando así una cuasi-burbuja, en donde las valuaciones de las empresas chinas llegaron a niveles excesivos y solo comparables a los que se encontraban las empresas tecnológicas estadounidenses antes del estallido de la burbuja de Internet en los años 2000. En el caso chino, si bien la caída puede tener reminiscencias del estallido de una burbuja, es importante destacar la capacidad y la determinación que han mostrado las autoridades para frenar la caída a través de distintas medidas de intervención en el mercado, desde la restricción de las ventas en descubierto hasta las compras directas de acciones por parte de instituciones y fondos de pensión estatales.
Las buenas (no tan malas) noticias
Por ahora, no vemos elementos que indiquen una explosión de la burbuja que desencadenen un proceso de desaceleración aun mayor al que se viene dando. Con lo cual, la preocupación para Latinoamérica debería seguir sin cambios - vía principalmente el efecto de la compra de materias primas.
De la misma manera que no vimos una correlación en la subida de la bolsa china al tiempo que su economía se desaceleraba, no vemos tampoco al mediano plazo graves consecuencias para la economía china de la caída de la misma. Además, las autoridades, a través de medidas de estímulo monetario y fiscal, tienen herramientas para contrarrestar los efectos negativos que pudieran sufrir el consumo y la inversión interna. En definitiva, si bien es posible que el proceso de ajuste que viene atravesando la economía de China siga su curso, la caída de la bolsa no representa un deterioro adicional de gravedad. La economía seguirá en el mismo proceso. Los commodities están en un mercado bajista hace casi tres años y si bien la caída de la bolsa no hace nada para ayudar a su recuperación tampoco parecería empeorarlo, al menos por el momento.
En resumen, aunque las perspectivas de recuperación de la economía china no sean buenas a mediano plazo, la caída de la bolsa es probable que tampoco sea una aceleración de las malas noticias.
Otro aspecto a destacar es el menor factor de contagio del mercado financiero Chino cuando es comparado con otros mercados financieros más desarrollados (por ej. EEUU, Europa), dado por la baja participación del inversor global en el mercado bursátil chino. Esta es otra buena noticia. Su contagio inmediato se restringe al resto de las bolsas asiáticas, como Hong Kong y Singapur.
La influencia china
Si bien no esperamos una relación directa fuerte de la caída bursátil china a su economía, tampoco se debe minimizar el impacto de una posible desaceleración de su economía en los mercados emergentes en mayor medida y globales en menor medida. Consideramos el tema chino como el más relevante hoy en día, llevando a un segundo (y lejano) plano a la crisis griega, tan en boga hoy en día.
Por otro lado, cabe destacar que mientras los commodities fueron el factor principal en el ciclo positivo (y recientemente negativo) de la región, hay otros factores que también influyen a las economías latinoamericanas.
El segundo elemento de influencia de China en la región son las inversiones de China en infraestructura u otras iniciativas relacionadas a las materias primas en países como Venezuela, Argentina y Ecuador. La baja del flujo de capitales para inversiones tiene un impacto significativo en la estrategia de financiamiento que vienen desarrollando estos países.
Por otro lado, China es actualmente uno de los primeros emisores corporativo de bonos, y un desacelere en sus emisiones impulsaría una baja en el mercado primario en todo el asset class de bonos de mercados emergentes.
*Senior Strategist
AdCap