Claves del día

Caravana de mujeres y niños migrantes ingresa a EE.UU. en desafío a Trump

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos admitió la entrada de ocho mujeres y niños la noche del lunes. Sin embargo, el Departamento de Justicia anunció que presentará cargos penales contra 11 migrantes acusados ​​de entrar ilegalmente.

2018-05-01

Por EFE/AFP/Reuters

Las esperanzas de los miembros de una caravana de migrantes que viaja desde Centroamérica para conseguir asilo en Estados Unidos aumentaban este martes, luego de que las autoridades fronterizas de ese país permitieron por primera vez que un grupo pequeño de mujeres y niños ingresara en la madrugada desde México.

La caravana, que ha sumado gente en el camino, comenzó hace un mes un periplo de 3 mil 220 kilómetros a través de México rumbo a la frontera con Estados Unidos.

El viaje ha llamado la atención de los medios de comunicación estadounidenses, después de que el presidente Donald Trump dijo en Twitter que exigirá que no se le permita la entrada al país y que instará a que se apliquen leyes de inmigración más fuertes.

Celebraciones espontáneas estallaron la noche del lunes entre las decenas de inmigrantes que acampaban cerca del paso fronterizo que une a Estados Unidos con Tijuana luego de que funcionarios estadounidenses admitieran la entrada de ocho mujeres y niños, alimentando la determinación de los demás para permanecer en el lugar hasta que sean aceptados.

Sin embargo, el Departamento de Justicia anunció lo que describió como los primeros procesamientos contra miembros de la caravana, al presentar cargos penales contra 11 migrantes acusados ​​de entrar ilegalmente al país por el cruce fronterizo de San Ysidro, en California. 'Estados Unidos no aceptará que sean ignoradas nuestras leyes de inmigración y que peligre la seguridad de nuestra nación', dijo el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, en un comunicado en el que se anuncia los cargos.

El comunicado no dio una cifra sobre otros miembros de la caravana que pudieran también haber sido detenidos.

Los gritos de ‘¡ánimo, ánimo, ánimo!' y ‘¡Sí se pudo, sí se pudo!', expresión mexicana en los estadios de fútbol, fueron coreados por decenas de migrantes en la ciudad mexicana de Tijuana, tras el inicio de recepción de solicitudes por parte de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de EE.UU..

Luego de días de incertidumbre y de rostros tristes y agotados, el pase del primer grupo provocó algarabía entre los asistentes, que se abrazaron y celebraron ese primer paso.

‘Después de más de 24 horas de espera y lucha, CBP aceptó el ingreso de ocho compañeros del Viacrucis Migrante en la lucha 2018 para ejercer su derecho a solicitar asilo', informó la organización Pueblo Sin Fronteras en las primeras horas de este martes mediante un comunicado.

La entrada de los primeros es una luz de esperanza para las poco más de 300 ciudadanos de Guatemala, Honduras y El Salvador que llegaron a la fronteriza Tijuana la semana pasada para solicitar asilo en el país vecino.

La caravana, que se inició con unos 1.500 migrantes, arrancó su viaje en marzo en Tapachula (estado de Chiapas) y apenas el jueves pasado llegaron unos 130 a Tijuana. Unos 200 más se les unieron el viernes.

Los migrantes tienen como objetivo solicitar asilo humanitario en EE.UU., huyendo de la violencia que existe en sus países de origen.

Nueva esperanza para migrantes

Migrantes centroamericanos de la caravana migrante duermen afuera de 'El Chaparral', en la frontera de México con EE.UU. AFP PHOTO / GUILLERMO ARIAS

A Laura se le dibuja una sonrisa al enterarse de que 25 centroamericanos ya pasaron a Estados Unidos para tramitar su solicitud de asilo, mientras espera con sus hijos a un costado del paso peatonal que une la ciudad fronteriza mexicana de Tijuana con San Ysidro, en Estados Unidos.

Ella y sus cuatro hijos de 20, 15, 7 y 3 años han dormido en un improvisado campamento junto con otros 150 centroamericanos de una caravana de migrantes que provocó la furia del presidente estadounidense Donald Trump.

Entre la noche del lunes y este martes, 25 centroamericanos han sido admitidos en Estados Unidos para iniciar su solicitud de asilo, un estatus que pueden obtener aquellos que comprueben de alguna manera que volver a sus países de origen puede poner en riesgo sus vidas. La mayoría de ese primer grupo son mujeres y niños, informó Gina Garibo, integrante de Pueblo Sin Frontera, organizadora de la caravana.

'Si los dejaron pasar es porque van a permitírselo al resto porque saben que huyen de la violencia en sus países', había dicho previamente Irineo Mujica, de la misma organización.

Las autoridades estadounidenses aseguraron que están a su máxima capacidad. 'Dependiendo de las circunstancias a su arribo, algunos tendrán que esperar en México', señaló en un comunicado Kevin McAleenan, comisionado de las autoridades migratorias.

Pero a Laura, que huye de la violencia de Honduras, le parece que eso no es verdad porque además de los centroamericanos, este martes ingresaron a Estados Unidos otros 25 mexicanos que también montaron un campamento afuera del paso peatonal.

'Le pido a Dios que ablande el corazón a Trump, que se lo convierta en carne' para que les de 'la entrada', dice Laura, que al igual que muchos migrantes, evita dar sus apellidos por temor. La gran mayoría huye de la violencia que generan las pandillas en sus países.

Uno de los primeros migrantes en cruzar a Estados Unidos la noche del lunes es Adán Adalberto, un salvadoreño de 18 años, cuyo padre fue asesinado por 'Las Maras'. 'Lo mataron en 2016, y a otro de mis hermanos en 2017, el primero era el padre de mi sobrino', recuerda su tío Balmore, de 36 años que aguarda inquieto su turno.

'El día de ayer mi sobrino pasó, gracias a Dios. Venía conmigo pero como es adulto, él va a pelear su caso propio. Yo por el de mis hijos de 16 y 14 años', añadió.

A punta de pistola, las pandillas querían reclutar a sus hijos. En El Salvador solo se quedaron 'las mujeres, mi hija de 5 años de edad y mi esposa', dijo mientras observa jugar a sus hijos con otros adolescentes a poca distancia de la línea fronteriza.

Desde que la caravana llamada 'Viacrucis Migrante' arrancó el 25 de marzo, varios centroamericanos han cruzado México a pie, en tren o en autobús.

La comitiva, que se lleva a cabo desde 2010 para visibilizar el dramático recorrido de los centroamericanos por México, arrancó con más de 1.000 personas, muchas de las cuales se han dispersado, mientras algunos se han quedado en territorio mexicano y otros viajan por su cuenta.

Sin embargo, tan pronto Trump vio las imágenes de los empobrecidos centroamericanos caminando con sus escasas pertenencias a cuestas exigió a México en una serie de tuits que detuviera la caravana, ordenó desplegar la Guardia Nacional en la frontera y ha pretendido ligar el tema migratorio con la firma de un nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

El tiempo que sea necesario

María Magdalena, originaria de El Salvador, viajó con sus hijas, nietos y el esposo de una de sus hijas. Son nueve en total. Para dormir colocaron en el piso todas las cobijas que traían, y encima pusieron una lona que les entregaron activistas.

'Aquí estaremos los días que sean necesarios, podremos aguantar más, incluso otro mes aquí durmiendo, como el viaje que hicimos', declara mientras una de sus hijas y su nieta comen tacos mexicanos que les regaló un comerciante.

12 ejemplares al año por $75

SUSCRIBIRSE