"Ella fue primera dama y estuvo en el poder, no puede decirnos ahora que va a cambiar algo", dice un joven de 29 años cuando afirma haber votado por Jimmy Morales. Esta frase, resume la jornada electoral guatemalteca. Muchos aseguran que el resultado más que nada obedece a una expresión de voto negativo contra la política tradicional. Otros, que el domingo 25 de octubre en Guatemala, venció la antipolítica. Más allá de esta última suposición, el cómico y empresario Jimmy Morales, ocupará el cargo más importante del país: será el nuevo presidente de Guatemala.
Jimmy Morales con un 65% de votos venció en el ballotage a la ex primera dama, Sandra Torres, quien obtuvo un 31%. Pero vencer la segunda ronda implicó tan solo el primer paso, ahora Morales desde el 14 de enero cuando asuma el poder, se enfrentará también a otros desafíos.
Los retos que afronta el nuevo presidente de Guatemala según Naciones Unidas, son complejos. El país, presenta una agenda de paz inconclusa, desafíos de cara a la globalización y a la competitividad. Al mismo tiempo Guatemala debe transformar el crecimiento económico significativo en mejor salud, educación y empleo para todos. Se debe hacer frente al crecimiento demográfico concentrado en áreas urbanas y a la migración interna e internacional. Atender la lucha por el manejo de los recursos naturales y prevenir las consecuencias del cambio climático para intentar evitar desastres naturales. También en Guatemala se necesita hacer hincapié en la promoción de una cultura de paz que vele por la protección ciudadana en su conjunto y de lucha contra el racismo y en este sentido al pleno reconocimiento de la multiculturalidad e interculturalidad. Al mismo tiempo, las Naciones Unidas sugieren repensar los modelos de producción para el desarrollo del país, colocando al ser humano en el centro de los mismos.
Los desafíos no son sencillos y se considera que los mismos motivos que llevaron a Jimmy Morales a ganar las elecciones, paradójicamente puedan convertirse en los aspectos que le jueguen en contra durante su mandato como presidente de Guatemala.
Muchos dudan de su capacidad para manejar el país. Morales se ha mantenido durante toda su vida al margen de la política, no cuenta con historial de gestión pública, ni pertenencia a estructuras partidarias. El nuevo presidente de Guatemala, venció las elecciones porque se vio favorecido por la coyuntura social del país, después de tres meses de indignación popular y presión callejera que contribuyeron a que el ex Presidente Otto Pérez Molina y la Vicepresidente Roxana Baldetti, fueran encarcelados por un presunto caso de corrupción. La capacidad de capitalizar el descontento popular traducido en votos, es el único mérito que hasta el momento se conoce del nuevo Presidente.
En cuanto a los aspectos políticos partidarios, Jimmy Morales también tiene desafíos. El nuevo presidente, carece de una estructura de poder estable. Para muchos analistas se encuentra solo, su partido es muy frágil y en el Parlamento apenas dispone del 7% de los escaños. Incluso algunos se animan a predecir que los dos grandes partidos políticos guatemaltecos, intentarán entorpecer el proceso de gobernabilidad presidencial desde la Cámara de Diputados.
Jimmy Morales también deberá responder a importantes desafíos sociales. En los últimos meses la participación ciudadana ha adquirido un rol muy destacado y aunque los guatemaltecos parecen haberse tomado en serio al humorista de chiste fácil, hombre conservador y profundamente religioso, Jimmy Morales deberá afrontar la enorme misión que consiste - nada más, ni nada menos - que en devolverle la credibilidad al Estado guatemalteco. Esta no será una tarea fácil, porque aunque haya recibido el respaldo de una amplia mayoría de guatemaltecos que legitimaron su mandato con el voto, deberá lidiar con la desconfianza que sienten hacia él destacados organizadores de las pasadas protestas. Algunos de ellos lo acusan de ser apoyado por sectores militares, otros por su ideología conservadora y ultranacionalistas, e incluso algunos ponen en duda el origen de los fondos que financiaron su campaña.
A sus 49 años, el nuevo presidente de Guatemala reconoce que se convirtió en un hombre político. "Ahora soy parte del sistema político, pero mantengo mi disconformidad. No habrá tolerancia con la corrupción" - dice Jimmy Morales tras ser electo. Pero su estrategia de comunicación tanto en sus declaraciones tras haber sido elegido Presidente, como en su lema de campaña "Ni corruptos, ni ladrones", no apaciguará a una ciudadanía atenta, que ahora más que nunca, es consciente que organizada puede lograr transformar positivamente la calidad democrática en uno de los países más pobres del continente.
El futuro del mandato del próximo presidente de Guatemala, podría resumirse en lo que dijeron muchos de sus propios votantes "El pueblo ya demostró cuál es su fuerza. Si no lo hace bien, le echamos".
*Analista Internacional
