Por Expansión (España)
La prensa es el nuevo objetivo de los reyes digitales, pero en su cartera de inversiones figuran desde 'start up' que quieren cambiar el mundo a viajes espaciales.
Primero se enfocan en lanzar sus empresas. No duermen, no comen y apenas respiran, pero el esfuerzo vale la pena y alcanzan la cima de la montaña prodigiosa de Silicon Valley. Allí les espera una inmensa fortuna que muchos de los grandes magnates de la tecnología deciden invertir en sectores muy diversos.
Sus objetivos tienen que ver con la filantropía, con sus aficiones personales, con su incombustible vocación emprendedora, con sus gustos excéntricos, con su latente deseo de cambiar el mundo y, probablemente, con la intención de seguir ganando dinero.
La prensa parece agrupar varios de estos objetivos. Jeff Bezos, fundador del gigante de comercio electrónico Amazon, protagonizó la noticia estrella cuando anunció la compra de The Washington Post, el veterano periódico que destapó el caso Watergate, en agosto de 2013.
Bezos p agó US$250 millones por el diario, una pequeña parte de su fortuna estimada hoy en cerca de US$160.000 millones. El hombre más rico del mundo dijo entonces que compró el periódico porque quería convertirlo en una publicación más poderosa de Estados Unidos y del mundo. Entonces, The Washington Post estaba en números rojos y hoy es rentable.
El millonario fundador de la empresa de software Salesforce, Marc Benioff, ha seguido el olfato periodístico de Bezos al anunciarhace dos semanas la compra de Time, un semanario muy influyente conocido por sus atractivas portadas enmarcadas en un borde rojo, pero que, como toda la industria, está sufriendo la feroz competencia digital.
'Estamos invirtiendo en una compañía que tiene un gran impacto en el mundo y que también supone un negocio sólido. Es lo que estamos buscando cuando invertimos como familia', dije Benioff.
La prensa es, no obstante, u n minúsculo foco dentro de la estrategia de diversificación de los grandes patrimonios. Entre su enorme cartera de inversiones, Bezos acaba de anunciar que destinará más de US$1.000 millones al proyecto de su empresa Blue Origin que pretende enviar gente al espacio el año que viene.
Benioff, por su parte, participa en más de diez start up y empresas consolidadas, como la inmobiliaria Compass, la firma de videoconferencias Highfive o la compañía de inteligencia artificial Gigster.
En el caso del fundador de Microsoft, Bill Gates, la sostenibilidad es el centro de sus inversiones. A finales de 2017 el magnate compró en Phoenix (Arizona) un terreno de más de cien kilómetros cuadrados por US$80 millones donde pretende construir una ciudad inteligente.
Entre otros muchos, Gates invierte en el fondo Breakthrough Energy Ventures, centrado en las energías renovables y en el que también participan Bezos y Mark Zuckerberg, fundador de Facebook.
El más vanguardista en sus inversiones es, en cualquier caso, Elon Musk, cofundador de Tesla Motors, PayPal, SpaceX y Solar City, entre otras. Sus inquietudes le han llevado hasta el planeta Marte, que pretende hacer habitable.
La prensa es el nuevo objetivo de los reyes digitales, pero en su cartera de inversiones figuran desde 'start up' que quieren cambiar el mundo a viajes espaciales.
Primero se enfocan en lanzar sus empresas. No duermen, no comen y apenas respiran, pero el esfuerzo vale la pena y alcanzan la cima de la montaña prodigiosa de Silicon Valley. Allí les espera una inmensa fortuna que muchos de los grandes magnates de la tecnología deciden invertir en sectores muy diversos.
Sus objetivos tienen que ver con la filantropía, con sus aficiones personales, con su incombustible vocación emprendedora, con sus gustos excéntricos, con su latente deseo de cambiar el mundo y, probablemente, con la intención de seguir ganando dinero.
La prensa parece agrupar varios de estos objetivos. Jeff Bezos, fundador del gigante de comercio electrónico Amazon, protagonizó la noticia estrella cuando anunció la compra de The Washington Post, el veterano periódico que destapó el caso Watergate, en agosto de 2013.
Bezos p agó US$250 millones por el diario, una pequeña parte de su fortuna estimada hoy en cerca de US$160.000 millones. El hombre más rico del mundo dijo entonces que compró el periódico porque quería convertirlo en una publicación más poderosa de Estados Unidos y del mundo. Entonces, The Washington Post estaba en números rojos y hoy es rentable.
El millonario fundador de la empresa de software Salesforce, Marc Benioff, ha seguido el olfato periodístico de Bezos al anunciarhace dos semanas la compra de Time, un semanario muy influyente conocido por sus atractivas portadas enmarcadas en un borde rojo, pero que, como toda la industria, está sufriendo la feroz competencia digital.
'Estamos invirtiendo en una compañía que tiene un gran impacto en el mundo y que también supone un negocio sólido. Es lo que estamos buscando cuando invertimos como familia', dije Benioff.
La prensa es, no obstante, u n minúsculo foco dentro de la estrategia de diversificación de los grandes patrimonios. Entre su enorme cartera de inversiones, Bezos acaba de anunciar que destinará más de US$1.000 millones al proyecto de su empresa Blue Origin que pretende enviar gente al espacio el año que viene.
Benioff, por su parte, participa en más de diez start up y empresas consolidadas, como la inmobiliaria Compass, la firma de videoconferencias Highfive o la compañía de inteligencia artificial Gigster.
En el caso del fundador de Microsoft, Bill Gates, la sostenibilidad es el centro de sus inversiones. A finales de 2017 el magnate compró en Phoenix (Arizona) un terreno de más de cien kilómetros cuadrados por US$80 millones donde pretende construir una ciudad inteligente.
Entre otros muchos, Gates invierte en el fondo Breakthrough Energy Ventures, centrado en las energías renovables y en el que también participan Bezos y Mark Zuckerberg, fundador de Facebook.
El más vanguardista en sus inversiones es, en cualquier caso, Elon Musk, cofundador de Tesla Motors, PayPal, SpaceX y Solar City, entre otras. Sus inquietudes le han llevado hasta el planeta Marte, que pretende hacer habitable.
