Ocio

¿Quiere salvar su matrimonio? Sepárese

Puede resultar una medida temporárea en la que se recuperan las individualidades y se hace posible volver a dialogar en el marco del matrimonio. (Informe de The Wall Street Journal)

2014-05-09

Puede resultar una medida temporárea en la que se recuperan las individualidades y se hace posible volver a dialogar en el marco del matrimonio. (Informe de The Wall Street Journal)

Por: The Wall Street Journal

Después de 35 años de matrimonio, Mark Eanrhart llegó un día a su casa y le dijo a su esposa, Jeanine, que quería separarse. Le dijo que estaba cansado de las discusiones y la tensión, de la falta de comunicación, de que ya no hacían nada juntos.

Su esposa coincidió con tristeza en que el matrimonio parecía deshecho. Entonces, Earnhart, que es quiropráctico, se mudó a un apartamento amoblado al otro lado de la Isla San Juan, en el estado de Washington, EE.UU.

Tres meses después, marido y mujer volvieron a vivir juntos. Ahora llevan 42 años de casados.

Parece contradictorio: ¿cómo puede una separación salvar un matrimonio? Cuando una pareja se separa, aunque sea por un período de prueba, ¿no es sólo una parada técnica en su camino al divorcio?

Sorprendentemente, muchos terapeutas matrimoniales recomiendan una separación, aunque como medida de último recurso. Dicen que si ambos cónyuges establecen parámetros específicos, el espacio y el tiempo para pensar que proporciona una separación de prueba podría ser lo que se necesita para salvar la relación. Sin embargo, hay pocas estadísticas, cuando las hay, que muestren si eso funciona o cuántas parejas prueban con una separación.

Sharon Gilchrest O'Neill, una terapeuta matrimonial y familiar de Mount Kisco, estado de Nueva York, ha ayudado a unas 40 parejas a separarse a modo de prueba en los últimos 20 años y sostiene que alrededor de la mitad se reconcilió y siguió casada.

O'Neill recomienda que una separación no debiera producirse luego de que uno de los dos se marche furioso, por ejemplo. La pareja debería decidir quién se va a mudar y dónde va a vivir, cómo se manejarán las finanzas, el cuidado de los hijos, qué decirles a sus familiares y amigos, y —algo muy importante— cuánto durará la separación. La especialista cree que seis meses es lo ideal, y la mayoría de los expertos coinciden. Es el tiempo suficiente para establecer un segundo hogar y ganar perspectiva, pero no lo suficiente como para que parezca permanente.

Si una pareja ha experimentado la infidelidad, debería ocuparse de esa cuestión en la terapia antes de planear una separación, puntualiza O'Neill.

Los terapeutas dicen que cuando una pareja llega a la terapia hablando del divorcio a menudo resulta demasiado tarde para salvar la relación. Hay tanta ira, dolor y desconfianza que no pueden resolver sus problemas.

¿Pero qué pasa si ambos se toman un descanso antes de que comience el odio? No tendría que ser una separación formal, que en general suele ser el paso legal previo al divorcio, sino una pausa informal para darles a los esposos un poco de espacio para respirar, pensar y tranquilizarse.

Con frecuencia, hacer la prueba de una separación y todo lo que eso significa —la posibilidad de separar las finanzas, volver a tener citas, comprender por completo el daño colateral que se les hace a los niños— puede ser suficiente para hacer que la gente resuelva hacer un mayor esfuerzo por el matrimonio.

'A veces tener un ensayo general del divorcio hace que se den cuenta de que no quieren hacerlo', sostiene Richard Levak, un psicólogo que trabaja con parejas en Del Mar, California.

Linda Lea Viken, una abogada especializada en divorcios de Rapid City, estado de Dakota del Sur, y presidenta de la Academia de Abogados Matrimoniales de EE.UU., afirma que es importante que cada parte entienda las motivaciones del otro. Viken ha visto casos en los que uno de los dos no está realmente interesado en reconciliarse, pero desea usar la separación para ganar tiempo para reacomodar o deshacerse de patrimonio.

Asimismo, les advierte a las parejas que las medidas adoptadas durante una separación de prueba, como quién paga las cuentas y dónde viven los hijos, pueden tener un gran impacto en un eventual divorcio, si se produce. Será difícil, por ejemplo, convencer a un juez de otorgar la custodia de los niños a uno de los padres si en el período de prueba la pareja había acordado un esquema de 50-50. Por esa razón, Viken sugiere que cada cónyuge consulte a un abogado especializado.

Luego está la cuestión de si cada uno tiene permitido ver a otras personas durante la separación. Algunos terapeutas piensan que salir con un tercero está bien, siempre y cuando ambos se sientan realmente cómodos con la decisión. Viken no está de acuerdo: 'Si una de las partes quiere salir con alguien más, no se trata de una separación de prueba, sino que es el fin'.

Otra cuestión difícil es qué decirles a familiares y amigos. Los expertos dicen que las parejas deberían decidir juntas las reglas, y luego decirle sólo a quienes realmente deben saberlo. 'Hasta que el matrimonio no se dirija al divorcio, debería mantenerse tan reservado como sea posible, de lo contrario puede volverse en contra si al final se mantiene la pareja', comenta O'Neill.

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