Que una candidata al certamen Miss Universo 2018 se atreva a exponer con orgullo sus orígenes indígenas y que, además, los lleve a su apariencia oficial, es algo que llama la atención. Rosa Iveth Montezuma resultó elegida señorita Panamá 2018 y es candidata al certamen Miss Universo 2018 que se llevará a cabo a finales de año en Tailandia.
Montezuma es oriunda de la comunidad indígena Ngäbe Buglé. Se ha caracterizado por vestir el traje de las mujeres de su comarca Alto Caballero en todas sus presentaciones, llamadas naguas, así como la joyería artesanal característica de la región, hecha con chaquiras.
"Las mujeres las usamos para todo (las naguas), para ir a la tienda, a donde sea, hasta para estar en casa", ha dicho a la prensa.
Las naguas tienen aplicaciones, llamadas nedani, en forma de trenzas con tres colores diferentes. Montezuma aprendió desde niña a coserlas para hacérselas a sus muñecas, su abuelita le enseñó. Este es su orgullo, por eso le dolió cuando una mujer criticó en redes sociales que siempre vistiera de esa manera, porque "las personas creerían que todas las panameñas son cholas". Así se llama despectivamente a los indígenas en Panamá.
Esa forma de vestir y la defensa que Montezuma ha hecho de su condición de indígena, le ha valido destacarse a escala internacional. Ya ha sido invitada a la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)en Nueva York, a un encuentro con Tarcila Rivera Ze, del foro permanente sobre los derechos de los pueblos
Varias semanas después, regresó a Nueva York a celebrar el Día Mundial de los Pueblos Indígenas en la ONU y también fue a Washington, invitada por la Organización de los Estados Americanos (OEA).
En su alocución, Montezuma destacó que haya sido la primera mujer indígena en participar y ganar la elección en su país. Con ello espera resaltar su bandera, sus costumbres y la idiosincrasia multicultural de Panamá. "Voy al Miss Universo 2018 protegiendo mi esencia indígena y campesina, esperando representar con orgullo a los pueblos indígenas y a todos los panameños", afirmó en la OEA.
Se estima que el 12% la población indígena panameña vive en condiciones de marginalidad socioeconómica. "Como representante de la mujer panameña traigo a este escenario la voz de mi pueblo indígena, una voz a la que le ha sido difícil el camino para llegar a grandes escenarios internacionales, mucho más a nosotras las mujeres que hemos estado marginadas desde nuestra cultura y desde nuestros países", destacó en su discurso.
También se refirió al abuso laboral y sexual que sufren en sus comarcas indígenas. "Las mujeres indígenas seguimos siendo consideradas inferiores, incultas, discriminadas en su totalidad en la sociedad por nuestra vestimenta y sobre todo por nuestra esencia, queremos contribuir al desarrollo de nuestro país, donde lo multicultural no sea un obstáculo, sino una variedad rica de nuestra nacionalidad. Es el momento de romper con todos esos paradigmas discriminatorios y racistas".
¿POR QUé NOS INSPIRA?
EL ORIGENRosa Iveth Montezuma es originaria de una comarca indígena de Panamá, los Ngäbe Bugle, ubicados en la región occidental del país, en Bocas del Toro, Chiriquí y Veraguas. Este pueblo, habitado por indígenas y campesinos, cuenta con un gobierno autónomo representado por un cacique y un congreso general.
Las comarcas se establecieron en Panamá desde 1972, en ellas los pueblos tienen derechos de las tierras y autonomía administrativa, lo cual les ha permitido la defensa de sus recursos naturales. Estos pueblos son reconocidos por su espíritu luchador y trabajador, han sabido defender sus derechos y han exigido respeto desde la época de la conquista y colonización. Su manera de subsistir ha sido la agricultura, aunque más recientemente han incursionado en otro tipo de servicios.
Los Ngäbe Bugle, conocidos antes como guaymíes, descienden de los chibchas, quienes vivían en toda Centroamérica. Constituyeron una de las zonas más pobladas entre los imperios Mexicano e Inca.
SU DESARROLLO
Montezuma cuenta con una licenciatura en Tecnología de Alimentos y cursa la carrera de Informática Educativa. Además, la Universidad de las Américas la hizo beneficiaria de una beca para continuar estudios de licenciatura o maestría.
Su entereza la ha hecho merecedora de ser embajadora de los Pueblos Indígenas por la ONU, de la lucha contra el VIH por la fundación Probidsida y de la fundación Mi voz para tus ojos.