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Colombia busca acelerar proceso de paz

Desgarrada por más de medio siglo de conflicto armado, Colombia vislumbra la paz este jueves, un día después de un acuerdo crucial entre el gobierno y la guerrilla de las FARC, uno de los principales actores de la conflagración más antigua de Latinoamérica.

2015-09-24

Por: AFP

La foto del apretón de manos entre el presidente Juan Manuel Santos y Timochenko, jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), tras sellar un pacto histórico sobre justicia, era tapa hoy de los diarios, que destacaban el compromiso de alcanzar un acuerdo definitivo en seis meses, con dejación de armas prevista en los siguientes 60 días.

En rueda de prensa en La Habana, sede de las negociaciones desde noviembre de 2012, los delegados del gobierno prometieron 'pisar el acelerador' para cumplir el plazo y superar un conflicto interno que, junto con otras guerrillas, paramilitares y fuerzas del Estado deja ya 220.000 muertos y más de seis millones de desplazados.

'Podemos decir sin retórica excesiva que en Colombia está a punto de estallar la paz. Creo que hemos empezado el conteo regresivo para que muera la guerra y triunfe la vida', dijo el jefe de la delegación del gobierno, Humberto de la Calle, quien respondió con un 'absolutamente sí' cuando la AFP le preguntó si es posible firmar un pacto final de paz para el 23 de marzo de 2016.

De la Calle y el número dos de su delegación, el comisionado de paz Sergio Jaramillo, destacaron que el acuerdo de justicia cumple con los estándares internacionales y con el deseo de los colombianos, que deberán refrendar un acuerdo definitivo, de que no haya impunidad.

Según el texto, la jurisdiccion especial de paz tendrá competencia sobre todos los que hayan cometido delitos en el conflicto armado, incluyendo a las FARC y a los agentes del Estado.

'Noto con optimismo que el acuerdo excluye la concesión de amnistías por crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad y está diseñado, entre otras cosas, para poner fin a la impunidad por los crímenes más graves', señaló la fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Fatou Besouda, en un comunicado.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, también saludó este 'progreso significativo', mientras en Colombia, el coordinador residente de ese organismo, Fabrizio Hochschild, lo consideró 'una luz de esperanza' en el mundo.

El Vaticano, por su parte, acogió la 'buena noticia' luego de que el papa Francisco advirtiera el domingo en Cuba que Bogotá no podía permitirse 'otro fracaso más en este camino de paz y reconciliación'.

'Gran paso adelante'

El encuentro sin precedentes entre Santos y Timochenko, que vive en la clandestinidad, parecía impensable hacía poco. Era la primera vez que el presidente llegaba a La Habana desde el inicio de las negociaciones, que tienen a Cuba y Noruega como garantes y Venezuela y Chile como acompañantes.

En cuanto a Rodrigo Londoño (cuyo nombre de guerra es Timochenko o Timoleón Jiménez), los múltiples procesos en su contra por terrorismo y homicidio agravado, fueron suspendidos para permitirle su llegada a la isla.

Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), calificó el acuerdo sobre justicia como 'un gran paso adelante' y la jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, le agregó a esa expresión el calificativo de 'decisivo'.

Santos, quien hizo una escala sorpresiva el miércoles en Cuba antes de ir a Nueva York, retomó su ruta este jueves hacia la sede de las Naciones Unidas. Con su promesa de paz y el posconflicto en la mira, intervendrá el martes ante la Asamblea General de la ONU, cuyo lema este año es 'El camino a la paz, la seguridad y los derechos humanos'.

Pero si Colombia ve el fin de 'una larga noche', según las palabras de su presidente replicadas por el propio papa, ésta aún no se acaba. Las FARC, creadas en 1964 y que cuentan con unos 7.000 combatientes según cifras oficiales, no son las únicas participantes del conflicto colombiano.

Santos, elegido en 2010 y reelecto el año pasado con la paz como lema de campaña, lanzó en en enero de 2014 'contactos exploratorios' con la guerrilla guevarista del Ejército de Liberación Nacional (ELN, 2.500 combatientes), segundo grupo rebelde activo en Colombia desde 1964, sin resultados concretos hasta el momento.

'Para hablar realmente del fin del conflicto, falta el diálogo con el ELN. Luego está el problema de las bandas criminales que para otros son claramente actores del conflicto, a los que llaman aún paramilitares', dijo a la AFP Christian Voelkel, analista del International Crisis Group (ICG).

Los paramilitares se desmovilizaron masivamente entre 2003 y 2006 a instancias del gobierno, pero muchos excombatientes integran hoy las llamadas bandas criminales (bacrim), la mayor amenaza a la seguridad de Colombia, según expertos.

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