Augusto de la Torre, economista jefe del Banco Mundial, llamó a revisar los programas de apoyo a las Pymes, y priorizar el potencial de crecimiento en lugar del tamaño de las empresas.
Por: Roberto Fonseca-estrategiaynegocios.net
El Economista Jefe del Banco Mundial para América Central y el Caribe, Augusto de la Torre, exhortó a los gobiernos de la región a reenfocar sus políticas públicas y sus programas de apoyo a las pequeñas y medianas empresas (Pymes), para favorecer aquellas que muestren potencial de crecimiento y de innovación, independientemente de su tamaño.
De la Torre, de origen ecuatoriano, visitó oficialmente Nicaragua para presentar al gobierno, al sector empresarial y a los medios de comunicación, los principales hallazgos y reflexiones alrededor del último estudio del Banco Mundial titulado "El emprendimiento en América Latina: muchas empresas y poca innovación".
El Economista Jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe indicó que en la región más del 50% de la fuerza laboral es empleada por pequeñas y medianas empresas (Pymes) y en algunos países hasta en un 75%, y por ello han sido priorizadas por los gobiernos, sin embargo exhortó a cambiar el paradigma del tamaño y enfocarse ahora en el potencial de crecimiento.
"A la luz de la evidencia, lo que notamos en el estudio es que es necesario revisitar (revisar) estos programas, porque lo que importa para el bienestar de los pueblos es la capacidad para crecer. Entonces, muchas veces los gobiernos terminan apoyando a las empresas por ser empresas pequeñas, tengan o no tengan potencial de crecimiento. Y cuando tú ves dónde se generan empleos vigorosos y de buena calidad, no necesariamente es en las empresas pequeñas, es en las empresas jóvenes", dijo de la Torre.
En el estudio registraron que empresas latinoamericanas, con 40 años o más de existencia, emplean a alrededor de 110 personas, mientras que en Asia Oriental emplean a cerca de 170, en Europa Oriental a alrededor de 220 y en países de alto ingreso, a 250. A ese fenómeno, de la Torre denominó "atrofiamiento" en su crecimiento.
"Entonces, el problema es que nacen pero no crecen. El crecimiento se atrofia y eso es precisamente lo que estamos tratando de entender. Eso está documentado en el estudio, hay un fenómeno de atrofiamiento en el crecimiento y en la generación de empleo. El hecho de tener muchísimas empresas pequeñas parece ser un síntoma de un problema más de fondo, que es la incapacidad de crecimiento de nuestras empresas en general", insistió de la Torre.
El Economista Jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, antes de presentar oficialmente el estudio en Nicaragua, se reunió con las principales figuras del gabinete económico, entre ellas, el Ministro de Hacienda y Crédito Público, el Presidente del Banco Central de Nicaragua y el Asesor de la Presidencia de la República para Inversiones y Zonas Francas. Posteriormente se reunió con la prensa nacional y extranjera.
Durante la conversación con los periodistas, de la Torre indicó que los hallazgos y resultados del estudio los está obligando también como Banco Mundial a revisar los programas de apoyo a las Pymes que han venido ejecutando en la región y, a la vez, a diseñar mejores instrumentos de diagnóstico para que cada país logre identificar sus cuellos de botella y definir posteriormente su agenda de nación.
"Una de las cosas que estamos haciendo a la luz de nuestro estudio, es que estamos revisitando los programas que el Banco Mundial ha desarrollado. El Banco Mundial tiene experiencia muy grande en programas de apoyo a las Pymes, pero los resultados de ese estudio nos está obligando a nosotros mismos, a ver si esos programas de apoyo podrían mejorar, ser más efectivos. Otra de las cosas que este estudio está provocando es que estamos tratando de afinar los instrumentos de diagnósticos para identificar en cada país donde están los problemas. No hay una receta mágica para todos los países", dijo.
Baja innovación e investigación
Entre otros hallazgos del estudio del Banco Mundial están que las empresas latinoamericanas introducen productos nuevos a un ritmo menor que las empresas de otras regiones en desarrollo. En ese sentido, países como Ecuador, Jamaica, México y Venezuela introducen o desarrollan productos nuevos a un ritmo que es menos de la mitad que en países como Tailandia o Macedonia.
Asimismo, el estudio evidencia que con la excepción de Brasil, que invierte el 1% de su PIB en Investigación y Desarrollo (I+D), en promedio la región invierte mucho menos (por debajo del 0,5%), es decir un tercio el nivel de China y un cuarto el nivel de los países de ingreso alto. Más aun, el gobierno, en contraste con el sector privado, lleva a cabo la mayor parte de la inversión latinoamericana en este ámbito.
Por otra parte, el estudio advierte que no resulta sorprendente entonces que la región vaya a la zaga de otras en términos de patentes. En Bolivia, Paraguay, El Salvador, Honduras, Guatemala y Perú, el número de patentes por millón de habitantes es menor a uno, muy por debajo de lo que debería ser para su nivel de desarrollo, señala el documento.
"El reporte refleja que todos los países que han experimentado periodos de crecimiento vigorosos, tienden a mostrar índices de investigación y desarrollo muy por encima de los países comparables. Si tú ves por ejemplo a Israel, ahora mismo China, o a Corea del Sur en su momento, las empresas invertían en investigación y desarrollo a un ritmo mucho más potente que otros países. Entonces, en regiones como America Latina, donde la inversión en investigación y desarrollo es tan bajita, ya tienes ahí un índice muy claro de falta de incentivos para la innovación. Entonces, lo que hemos tratado de hacer en América Latina es sustituir el incentivo privado, con la inversión pública", señaló de la Torre.
El estudio refiere que quizás lo más sorprendente sea que incluso las empresas más grandes de América Latina, sufren de esta falta de innovación. Incluso en las principales naciones exportadoras de la región, como Chile, Colombia y México, el porcentaje de empresas que eligen exportar es mucho menor que lo esperado dado su nivel de desarrollo.
Por otra parte, las multilatinas del sector manufacturero en promedio invierten apenas US$0,06 por cada $1.000 de ingreso en investigación y desarrollo (I+D). Mientras tanto, las multinacionales invierten US$2 por cada $1.000 en China y US$2,6 por cada US$1.000 en países de ingreso alto. Incluso las filiales de corporaciones multinacionales en América Latina y el Caribe tienden a ser menos innovadoras.
"Descubrir entonces qué está detrás de ese fenómeno no es fácil y hay muchos factores que están detrás de ello, la educación es uno de ellos, y no sólo la calidad de la educación, sino el tipo de educación. En países donde hay más presencia de empresarios tranformacionales, es decir, empresarios que logran que sus empresas crezcan, lo que hay detrás es que hay mucho más ingenieros, muchos más universitarios con títulos en ciencia y tecnología. Los de América Latina no sólo tenemos un problema de educación de calidad baja, sino la composición de la gente está fuertemente orientada hacia las leyes o ciencias sociales, y no en ciencias exactas, que promueven el espíritu empresarial", concluyó de la Torre.