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Caminos misteriosos: un mundo por descubrir

Otro factor que normalmente tiene la mejora continua es que es espoleada por la demanda y necesidades urgentes del mercado y carece de un drive que por sí solo conlleva a la necesidad pura de innovar para adelantarse a los demás.

2025-04-11

Opinión de Oscar D. Rojas Morillo

Los hermanos André y Édouard, estaban en el momento y lugar adecuado. Para 1891 se dedicaban a la fabricación de llantas para bicicletas cuando fue comercializado el Peugeot Type 3 con éxito en el mercado, y siete años después llegaría el Renault Voiturette 1CV.

Muy poco tiempo pasó e impulsados por el nuevo medio de transporte y sus enormes demandas de consumibles y repuestos, los hermanos ya eran una empresa que crecía al mismo ritmo de una industria que cambiaría el devenir de la vida moderna. André y Édouard aprovecharon el aprendizaje, las innovaciones y mejoras que hicieron en las llantas de bicicletas y las aplicaron en los nuevos vehículos. La pequeña empresa que habían fundado en 1889 en Clermont-Ferrand ya era mundialmente conocida como una autoridad por sus procesos y soluciones novedosas. En un inicio Manufacture Française des Pneumatiques. Desde hace mucho conocida por el apellido de los hermanos: Michelin.

Toda la música en un ruido

Cuando Igor Stravinsky concibió y escribió su obra maestra La consagración de la primavera dejó atrás todo lo que se había escuchado antes. Sin estructura normal, sin melodías que seguir en el patrón, difícil de recordar. Es la descripción sonora de un despertar que comienza con un solo de fagot legendario que nos lleva adentro de la tierra y nos invita a sentir lo que está por llegar. Una obra complejísima. Presentó una nueva manera de entender y sobre todo de sentir la música como método de expresión y todo lo que con ella se podía decir a partir de una disrupción profunda, que generó una controversia enorme el día que se estrenó en Paris, como resulta con todo lo nuevo y excepcionalmente radical.

Era 1913.

Re[in]ventó la música canónica. Escapando de la sutileza del sonido pulido y persiguiendo algo más crudo, natural, reproduciendo con instrumentos lo nunca oído.

El rockstar de la estufa

Imaginemos que Axl Rose y Kurt Cobain hubieran sido una sola persona. Y que esa persona no cantara ni tocara guitarra, sino que cocinara, ¿Quién sería? Sin duda Marco Pierre White.

Precoz, insolente, genio, malcriado. Hostil, hizo llorar a Gordon Ramsey, su aprendiz más aventajado y famoso. Su sentido del liderazgo rayaba en lo brutal. La imagen del chef atormentado por la perfección y la arquitectura de la comida, que tira los platos contra la pared e insulta y profetiza de que se va a morir cada uno de su troupe cuando no salen las cosas como solo él imagina, le queda calcada.

Con solo 26 años abre Harveys Restaurant (1987) y casi inmediatamente recibe su primera estrella Michelin, lo que marcó el inicio de su ascenso en la escena gastronómica. Fusionar cocina francesa con influencias británicas, pero con un estilo moderno, sofisticado y audaz le da frutos, su énfasis estaba en la calidad de los ingredientes, la precisión y quiza obsesión en la ejecución y el respeto por la simplicidad. Con 33 años se convierte en el chef más joven de la historia en entrar al olimpo culinario: 3 estrellas Michelin. Un hito que hasta hoy perdura.

Era 1994.

EL CORAZÓN DE LA INNOVACIÓN. UN SISTEMA PARADÓJICO

La innovación más pura nace de la inconformidad. De transformar, y no solo de optimizar el statu quo. ¿Por qué? Ya Schumpeter lo decía en su libro Capitalismo, Socialismo y Democracia de 1942 con la introducción del concepto de destrucción creativa: los ciclos de crecimientos y su posterior caída (que los emparentó con los super ciclos de Kondratiev) son los que hacen que las sociedades avancen porque llevan inconformismo y aires de cambio, eso hace que cada cierto tiempo la misma sociedad y mercado se replantee los modelos y los sustituya por otros. La innovación disruptiva -aquella que sacude el mercado con productos o servicios verdaderamente apreciados- es la más compleja y completa del espectro de los tipos de innovación dado que requiere de valentía, visión y persistencia. Cuando generalmente se habla de manera genérica de lo que es innovación se refieren a esta. Está enfocadas en la gestión de la ignorancia.

Todos conocemos las ventajas que da la generación de innovación como estrategia de crecimiento, y reputación a una empresa, pero siempre cabe la pregunta, quizá mezquina de: ¿Por qué las grandes empresas no pueden innovar de la misma manera en que lo hacen los startups a pesar de todos los recursos que tienen?

La razón muy posiblemente es que las empresas que en un momento innovan y sacuden sus mercados comienzan a migrar luego a un tipo de innovación más segura. Es la que se llama innovación incremental. Opuesta en el espectro de la innovación, es el otro lado de la moneda con respecto a la disruptiva.

Ahora bien, ¿es innovación pura un proceso de mejora continua que es el rasgo identitario de este tipo de innovación?

No hay manera de no generar una conversación al respecto. Yo creo que no, pero con ciertos matices. Una mejora continua infinita que refina el modelo es menos rigurosa, más predecible y difícilmente cambia el juego. Eso para mí no es innovación por definición. Ahora si esa mejora continua ayuda a lograr un salto y genera un valor diferenciado, allí sí que lo veo. El problema es que esto último ocurre muy pocas veces. Pongamos, por ejemplo: si somos una empresa que genera un motor que con cada versión reduce un poco su consumo de combustible, allí no veo por ningún lado innovación, veo refinación, que es muy bueno pero una vez más: no entregara valor sustantivo. Pero si esa misma empresa introduce un proceso que para ese motor logre mejorar en pocas versiones un porcentaje considerable en el consumo, allí sí que hay innovación por valor percibido.

Otro factor que normalmente tiene la mejora continua es que es espoleada por la demanda y necesidades urgentes del mercado y carece de un drive que por sí solo conlleva a la necesidad pura de innovar para adelantarse a los demás. Eso hace imperativo que el proceso de time-to-market sea un reloj atómico. La disruptiva, al contrario, trae todo eso de serie, no necesita estimulación externa.

Esto lleva como consecuencia que la clave de una innovación de mejora continua se base en fortalecer sus operaciones. En la mecanización y perfeccionamiento de los procesos. Una vez allí es muy difícil salir y pensar en nuevos sistemas para darle sentido a una idea (innovadora) por los costos que supone. Es en sí la trampa y el dilema a la vez de la Innovación: ser perfectos puliendo modelos, o ser creativos y proponer otros.

La contradicción pura: O rompes todo, todo el tiempo o no fallas nunca en lo que mejor sabes hacer y repites.

La estufa del rockstar

The Restaurant Marco Pierre White en Hyde Park Hotel es quien le da las 3 estrellas Michelin. Pero algo le sucedía ya después del 1994. La llama de su estufa personal, la que le hacía alumbrar los mejores platos comienza a no arder como antes. Y creo saber por qué: en el fondo, un cocinero una vez que termina su viaje iniciático y sofoca su furia en forma de premios u obsesiones, lo que quiere es cocinarles a sus amigos. Festejar la vida. Encontrar el camino prehistórico para volver a la caverna y contar historias alrededor del fuego. Reírse y emocionar con un plato por delante como excusa. Aparcar los TOCs. Ser feliz haciendo feliz a los demás.

Pero con tres estrellas Michelin no se le sirve un lomo fino a nadie si no está a 132º F. Y un humilde huevo frito termina siendo arte rococó.

Atormentado por los procesos, por las críticas y la rigidez del sistema, pierde todo el interés en seguir cocinando. Entendió que los milagros diarios son muy poco frecuentes. La búsqueda de la innovación terminó siendo una daga.

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La emoción sin condicionantes es la emoción pura. Perseguir y coleccionar metas por el mero hecho de obtenerlas por compromiso o sin naturalidad puede ser una fuente, al contrario de lo que se puede creer, de frustraciones profundas. No somos mejores porque nos obligan, lo somos porque nos hace felices perseguirnos sin la necesidad tácita de encontrarnos.

Lo peor que nos puede pasar es que la emoción se haga cotidiana, y lo cotidiano, se vulgarice. ¿Un inuit o un sami se detiene camino a casa o dejan de dormir por ver una aurora boreal?

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En 1999, el rockstar por antonomasia, el más joven en llegar al cielo de la guía, hace lo nunca visto: devuelve las estrellas a los comisarios. Se cansa. Se harta. Pierde la ilusión. Cierra el local y jamás vuelve a cocinar para nadie. La mejora continua no era para él. Todo significa todo, y sus apuestas eran un doble o nada. Tenía 38 años en ese momento.

La enseñanza del ruido en la música

Debe ser porque en San Petersburgo la primavera en marzo es gélida. Pero él no la vio como si lo hizo Vivaldi o Haydn: una estación llena de colores y matices amarillos, orgánico y alegre. Más bien lo hizo como una explosión oscura, primitiva. Un despertar. Una fuerza bruta que rompe todo, el resurgir de la vida llena de caos luego del largo y frío letargo invernal que en esencia es. Nadie había hecho algo parecido a La consagración de la primavera. Se movió por caminos misteriosos. No se anduvo con pequeñeces Stravinsky, que venía de escribir el Pájaro de Fuego. La exploración de polirritmos fue un salto hacia adelante. Para la música clásica un cisma. Para la música en general, una nueva manera de entenderla. Disrupción pura.

Y no exagero: el jazz bebe más de él que de ninguna otra fuente. Ese contrapunto tan característico de este ritmo viene de esta pieza. Inspiró a músicos como Hans Zimmer y sus fantásticas bandas sonoras de Inception e Interstellar. John Williams es un confeso admirador y en la partitura de Star wars también lo busca. La banda Tool con su canción Lateralus hace un homenaje rendido al genio del innovador ruso. Si la escuchan completa sabrán de lo que hablo. Y así muchísimos más.

Igor Stravinsky no se conformó con mejorar lo que había. Gestionó el vértigo, y con valentía y visión compuso una obra inmensa que modificó todo lo que vino después.

Nadie ha hecho algo igual a la fecha.

Los mundos descubiertos

El golpe de genialidad vino para los Michelin de la mano de la explosión de la industria automotriz cuando se adelantaron a solucionar un proto problema: ¿cómo andar y orientarse en auto por una Francia de caminos a medio hacer y que se compartían con caballos y carretas?

André se lanzó a levantar todas las vías existentes y que año con año se iba agrandando y mejorando. La primera edición de la idea data del 1900 y era una cortesía por la compra de sus productos. Era el mapa de todas las vías de un país en pleno desarrollo. La intención era una obra de arte de la seducción de mercados: te la regalo si te llevas neumáticos y así viajas por el país. Si viajas necesitas saber dónde puedes comer y quizá dormir. Yo te doy todo eso. Nunca lo sabrás, pero me necesitarás una vez que me tengas.

Y la marca explotó. No se tiene claro la proporción entre la calidad de las llantas y el efecto de la guía. No fue hasta el 1920 que deciden cobrar por esta. En 1926 la joya, introducen su conspicuo sistema de estrellas para los restaurantes. Hoy, códice sacro de la gastronomía. Los hermanos habían obrado un milagro: ser tan importantes en la vulcanización como en la mesa. Nacía la Guía Michelin tal cual la conocemos hoy. La que entronizó a Marco Pierre White, y a muchos más y cuenta con peregrinos sibaritas en búsqueda de comer en los mejores restaurantes que ellos seleccionan en el mundo.

Hoy son referentes en términos de calidad e innovación a toda prueba; sostenibilidad mediante sus prácticas responsables con el medio ambiente; de tener una lógica y gestión de los procesos de innovación madurado a fuego lento, con una inversión sostenida en I+D que ha dado frutos como patentar el primer neumático desmontable en 1891 hasta el radial en 1946 que es el estándar hoy del mercado, o ser los que más venden neumáticos para aviones en el mundo, ser los primeros en introducir un neumático para vehículos eléctricos (si, son diferentes en muchas cosas a los convencionales) con el Michelin Energy E-V, y por si fuera poco, la marca estará en la luna para el año 2025 o 2026 equipando los rovers de la NASA en la misión Artemis con su última innovación. Una rueda impresa en 3D de altísimas prestaciones en forma de caracoles marinos.

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Rompiendo el efecto Doppler

En 1762 Jean-Jacques Rousseau en su libro Emilio, o de la educación reflexiona y escribe: heureux qu'avant d'être heureux, que viene a ser algo así como ser feliz antes de ser feliz. Deja claro que muchas veces el propósito mismo de la búsqueda (la meta) no suele ser tan satisfactorio como la búsqueda en sí. No tenía forma de saberlo, pero la dopamina baja cuando se consigue el trofeo. Filosofía con neurobiología.

Los procesos de innovación y sus más variadas metodologías, no importa si es en una empresa enorme o en un humilde startup plagado de sueños, deben gozar de una libertad infantil de descubrir por si solas la lógica de las cosas, cuestionárselas y por el mismo amor de buscar formas diferentes a hacerlas, experimentar.

Liberar la potencia de las personas a imaginar y hacer experimentos mentales, poder explicarlos y exponerlos. Buscar la aritmética creativa de que una idea más otra idea es una idea mejorada y más potente, y así a la n ideas, es en si la razón de la creatividad y con ello de la innovación. Eso es quitarle rigidez y la camisa de fuerza a un proceso que todavía hoy nos intriga tanto como nos fascina.

La innovación no sucede en el vacío, depende de factores culturales, diversidad, espíritu emprendedor, acceso a tecnologías entre otras, pero es un equilibrio. También se puede matar con una cultura de miedo, nulo liderazgo o falta de competencia. No hay una receta cerrada. Hay métodos para ayudar a conseguirla. Pero lo que no se puede tener jamás es la obligación de alcanzarla a cualquier precio, imponerla por decreto, buscarla sin el talento debidamente estimulado y con un soporte que la mantenga.

Porque si eso fuese así, negaría a los Stravinsky y Pirelli de esta columna, que gozaron de libertad creativa e hicieron entornos propicios y sin amenazas para crear; y confirmaría a los Marco Pierre White del mundo, que cansados de seguir en una delirante carrera hacia adelante terminan claudicando ante los corsés que la búsqueda ciega impone por conseguir algo nuevo no necesariamente novedoso y con valor. La innovación muere, como todo, cuando la asfixian.

**Venezolano. Ingeniero mecánico. Director de la escuela de Ingeniería Comercial en la Universidad del Istmo de Guatemala, profesor, consultor internacional, columnista, conferencista y TEDx Speaker".

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