Textos: Leonel Ibarra Colaboraron: Lorena Álvarez, Claudia Durán y Luis Sierra - estrategiaynegocios.net
Todavía afectada por el impacto de la pandemia por COVID-19 -que significó disrupciones en las cadenas de suministro globales de una manera no vista desde la Segunda Guerra Mundial- la industria logística avanza hacia la recuperación, pero con otros “nubarrones” en el horizonte.
Hay que recordar que las medidas establecidas para contener la expansión del virus en el primer trimestre de 2020, que incluyeron el cierre de fábricas, carreteras y puertos, impactaron rápidamente en el aprovisionamiento mundial de bienes.
Así, en febrero de 2020 el transporte marítimo entre China y los puertos de California (clave de suministro global) había caído en más de un tercio, y las importaciones se desplomaron cerca del 45 % respecto al mismo período del año anterior, según estimó el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
PERSISTEN LOS IMPACTOS
A la fecha, incluso, pueden verse rupturas de inventario en sectores como el automotriz, el electrónico y especialmente, el de equipos e insumos médicos.
Recientemente, la Asociación Salvadoreña de Distribuidores de Vehículos Nuevos (ASALVE) dio a conocer que la industria automotriz en general se encuentra afectada ante la escasez de producción de semiconductores y otros componentes claves para el armado de automotores, lo cual se traduce en un desabastecimiento de repuestos para el mercado local.
Según la gremial, la situación ha ocasionado limitaciones en el abastecimiento “afectando fuertemente los inventarios de las diferentes marcas de vehículos y motocicletas nuevas en todos los segmentos”.
“Este desabastecimiento de repuestos y accesorios está afectando el nivel de servicio de los talleres de mecánica y carrocería, ya que retrasa los procesos de reparación y armado y, por ende, la entrega de las unidades a clientes finales por parte de las distribuidoras de vehículos”, expresó ASALVE.
Pero aún dentro de la crisis, hay oportunidades. En la era postpandemia, la tendencia a la diversificación geográfica y la reducción de la distancia entre proveedores y compradores (nearshoring), va ganando mayor relevancia para la reconfiguración de las cadenas de suministro de las empresas globales.
Paradójicamente, la pandemia presenta una gran oportunidad de beneficio para la industria centroamericana de bienes textiles, farmacéuticos, electrónicos y alimentos dada su cercanía con el mercado estadounidense.
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Javier Ayala, presidente de la Asociación Salvadoreña de Agentes de Carga y Transitorios (ASAC), señala que muchas industrias están buscando establecer acuerdos con proveedores más cercanos y bajar la dependencia de Asia, lo que puede favorecer a la región con mayores inversiones.
“Si la pandemia sigue perdiendo terreno, anticipamos que las disrupciones serán menores y por lo tanto se puede esperar una tendencia a la baja en los fletes y la normalización de las cadenas de suministro”, afirmó.
FLETES: ENTRE LOS MAYORES DOLORES
Algunos de los principales indicadores de la actividad de industria logística muestran señales positivas de recuperación este año.
Sin duda, el elevado costo de los fletes internacionales fue uno de los mayores dolores de la industria en 2021.
Según los datos agregados de todas las rutas comerciales, enviar un contenedor de 40 pies en marzo de 2022 costó alrededor de US$8.200, seis veces más que solo dos años antes. Sin embargo, el precio alcanzó su punto máximo en septiembre de 2021, cuando el envío de un contenedor de 40 pies costó aproximadamente US$10.400.
Los expertos señalan que los cierres de puertos, congestiones portuarias, escasez de mano de obra, falta de nuevos contenedores de envío, así como el aumento de los precios del combustible búnker, provocaron que los transportistas no hayan podido utilizar completamente su capacidad ni, por ello, satisfacer la demanda de envío de contenedores, lo que ha llevado las tarifas de flete a niveles récord.
Pero esto empieza a cambiar. Carolina Palma, Socia de Aduanas y Comercio Internacional de EY, destacó que, desde noviembre pasado, se ve una sostenida tendencia a la baja.
Las tarifas marítimas tuvieron su punto más alto en septiembre de 2021, cuando los fletes de Asia podían alcanzar cifras mayores a los US$20.000 para contenedores de 40 pies. Actualmente estas tarifas ya oscilan entre los US$9.000 y US$12.000, lo que representa una baja de un 39 %, si se compara con el mismo período del año anterior. Sin embargo, según el índice Drewry de precios de fletes, los niveles actuales son aún un 64 % más altos que los precios prepandemia.
Palma señaló que la visibilidad de la cadena de suministro, la búsqueda de eficiencias y el cumplimiento son de los temas más importantes en las empresas.
“Es importante mejorar la gestión de las áreas de la empresa: operativa, comercial, legal, impuestos. Por ejemplo, si me está costando más el flete, voy a ver en cuál área puedo tener un ahorro o una eficiencia para compensar ese costo. Al inicio, pudiera ser que el diagnóstico y la solución tengan un costo, pero el beneficio en ahorro se verá a mediano plazo”, dijo.
FLETES AÉREOS, EN AUGE
En la búsqueda de soluciones, la logística aérea tomó relevancia en la región. La demanda de fletes aéreos creció. Reportes de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA, por sus siglas en inglés), muestran que, a mayo de 2022, la región latinoamericana estaba moviendo un 23,5 % más de carga que el año pasado.
Ana Beatriz Veliz, miembro de Gremial de Graneleros, adscrita a la Cámara de Industria de Guatemala, afirmó que en muchos casos fue necesario transportar por vía área insumos que regularmente se manejan por vía marítima y aunque es “sumamente costoso y limitado”, el contar con esta alternativa en muchos casos fue vital para no desabastecer a los clientes o líneas de producción. Esto implicó buscar ahorros en otros temas para compensar los sobrecostos.
Juan Carlos Ramírez Reyes, gerente general de DHL Express Guatemala, indicó que desde 2021 el ecommerce ha tenido un crecimiento exponencial, tendencia en la que el transporte aéreo ha tenido un papel muy importante.
Reyes valoró que en el segundo semestre de 2022 la división DHL Express aumentó sus ingresos a nivel mundial en un 17,5 % y, aunque este año se tuvo “un inicio bastante sólido” reconoció que la inflación y los precios del petróleo desaceleraron la tendencia de envíos en general. Pese a estas influencias, los resultados del año siguen siendo positivos y se preparan para un importante aumento de capacidad en la región de las Américas, plan que se concretará antes de que finalice el año e incluye inversión en edificios, aeronaves y la expansión de la flota de distribución eléctrica.
“Los cierres de distintos puertos y aeropuertos, principalmente en Asia por COVID-19, tuvieron un impacto negativo en los tiempos de tránsito. Nuestros equipos siempre estuvieron listos para reactivarse en el momento en que los gobiernos permitían abrir las operaciones y logramos evitar que los impactos fueran muy trascendentes”, señaló.
Otro actor de la logística aérea que ha visto una oportunidad por la crisis de los puertos y contenedores es el Aeropuerto de Guanacaste (Costa Rica), administrada en concesión desde 2010 por CORIPORT.
César Jaramillo, gerente general del aeropuerto, mencionó que, anteriormente, se había manejado la carga a través de aviones comerciales, pero este año lograron recibir los primeros tres vuelos exclusivos de carga del clúster de equipamiento médico, la industria tecnológica, empresas de bebidas y agroindustria.
“Lo interesante es que algunos clientes han descubierto las oportunidades de importación y exportación en este proceso. En la región Guanacasteca, la oportunidad de creación de carga se mide entre US$200 a US$800 millones, hay mucha carga potencial”, señaló Jaramillo.
NUEVAS INVERSIONES
En el marco de este renacer de la logística, algunos países centroamericanos están invirtiendo en mejorar sus capacidades. Por ejemplo, en El Salvador, la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA) tiene un portafolio de inversión de US$300 millones para la ampliación en la capacidad instalada del puerto de Acajutla.
A comienzos de septiembre empezaron las obras de ampliación del patio de contenedores en dicha terminal marítima, lo cual esperan que incremente en más de un 36 % la capacidad de almacenaje del puerto.
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La obra contará con áreas de almacenamiento, calles para los equipos, siete torres de iluminación, una subestación eléctrica y zonas para contenedores refrigerados.
Federico Anliker, presidente de CEPA, aseguró que estas obras permitirán que la capacidad del puerto pase de los actuales 250.000 TEU (contenedores de 20 pies) a 350.000. En Honduras también se vislumbran nuevas inversiones. El año pasado se aprobó la construcción del proyecto de inversión privada Terminal Marítima Portuaria de Buques, Cruceros Mercantes y Cabotaje en el Puerto de Omoa.
Dicho proyecto tiene prevista una inversión de US$120 millones, brindará una nueva alternativa para importaciones, exportaciones y comercio en tránsito a varios países de la región, y se espera contribuya a potenciar al municipio de Omoa como zona de desarrollo, mejore la competitividad del país, establezca oportunidades de integración fronteriza, balancee el comercio portuario en el Caribe y que genere mayor turismo.
Con este panorama, Claudia Kattán-Jordán, vicepresidenta de Crowley Logistic para Centroamérica y Panamá, consideró que sector ha venido fortaleciéndose y está preparado para las nuevas oportunidades de negocios que surjan del nearshoring. Destacó que se han enfocado en crear planes y estrategias de soluciones integrales para las compañías que están creciendo.
Agregó que también es necesario atender otras dificultades internas como capacitar el recurso humano, generar mayor seguridad y certidumbre jurídica para las inversiones y agilizar los procesos de aduanas.
“(Afecta) la falta de desarrollo en infraestructura y seguridad en carreteras. En todos los países tenemos oportunidad para mejorar. La rapidez en las entregas de carga se ve afectada por las condiciones de las carreteras, y la inseguridad en la carretera obliga a mantener de manera permanente un elevado nivel de alerta para evitar los robos”, indicó Kattán-Jordán.
MOVIMIENTO TERRESTRE: A 17,4 KM/H
Datos del Sistema de Integración Económica de Centroamérica revelan que la velocidad promedio del movimiento terrestre de mercancía en el Corredor Pacífico se ubicó en 17.4 km/h en 2020, representando una disminución respecto a las velocidades reportadas en años anteriores (20.0 km/h en 2018).
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Los expertos consideran que el transporte de carga en la región centroamericana es uno de los que más variedad de dificultades afronta: ataques cibernéticos a los sistemas de la aduana (como en Costa Rica), cierre de paso en importantes carreteras (como en Panamá por protestas civiles o en Guatemala por derrumbes y lluvias) y, contrario a la tendencia de la vía marítima, aumentos de precios de los fletes de un 35 % en comparación con 2021. “A pesar de las mejoras y los nuevos documentos y procedimientos implementados, todavía hace falta mucho para que podamos tener un verdadero comercio y paso terrestre fluido”, manifestó el presidente de ASAC.
Pese a los diferentes retos que afronta la industria logística en la era postpandemia, los diferentes actores consultados por Estrategia & Negocios estimaron que el cierre de este año será de un buen crecimiento y oportunidades