Video E&N / Texto EFE
En Ecuador, los empresarios florícolas han convertido los desafíos climáticos en oportunidades. Usan la luz solar para regular la temperatura con un movimiento controlado de techos corredizos en los invernaderos donde, en cuestión de pocos metros, se puede pasar del frío que obliga a abrigo, a un aire cálido que, en algunas áreas alcanza el 100 % de humedad.
Ecuador, tercer exportador mundial de flores después de Países Bajos y Colombia, envió en 2024 flores frescas por algo más de 1.000 millones de dólares, casi el 50 % a Estados Unidos, alrededor del 30 % a la Unión Europea (UE), un 14 % a Rusia, y el resto a otros mercados.
El sector floricultor representa el 1 % del producto interno bruto de Ecuador (PIB), el 11 % del PIB agrícola y da empleo a unas 120.000 personas, gran parte de ellas, mujeres cabeza de familia, como María Paguay, de 34 años y madre de cuatro mujeres de entre 6 y 15 años, cuyas manos siembran miles de plántulas cada año.