Por EFE
Antes de su muerte, el pasado lunes, el papa Francisco realizó una donación personal de 200.000 euros destinada a los presos, en lo que eran "sus últimas posesiones", aseguró este miércoles el obispo Benoni Ambarus, director de la oficina para la pastoral carcelaria y encargado de asuntos caritativos en Roma.
"Les donó 200.000 euros de su cuenta personal", dijo Ambarus en declaraciones a prensa italiana este miércoles.
Según concretó, esta donación fue destinada a una fábrica de pasta del centro penitenciario para menores Casal del Marmo, en Roma.
"Le dije que tenemos una hipoteca cuantiosa para esta fábrica de pasta y que si conseguíamos cubrirla bajaríamos los precios de la pasta, venderíamos más y podríamos contratar más chicos", agregó.
"Él me respondió: 'Casi me quedo sin dinero, pero aún tengo algo en mi cuenta'. Y me dio 200.000 euros", aseguró Ambarus, que destacó la defensa que hizo Francisco de los presos durante su papado.
Ambarus mencionó la reciente visita del papa a la cárcel romana de Regina Coeli este pasado jueves, en motivo del Jueves Santo y apenas cuatro días antes de su muerte, donde "gritó al mundo, con todas sus fueras, la necesidad de prestar atención a los presos".
Durante sus pocos más de doce años de pontificado, el papa visitó usualmente centros penitenciarios e instó a defender la dignidad de los presos.
El pasado diciembre, en motivo del inicio de las celebraciones del Jubileo o Año Santo, Francisco abrió una de las puertas santas para este evento que el Vaticano celebra cada 25 años en la cárcel de Rebibbia de Roma, lo que fue interpretado como una declaración de intenciones y un signo de su reconocimiento a la población presa.
FRANCISCO Y SU CONEXIÓN CON LA VIRGEN DE LUJÁN
Francisco dejó como último regalo antes de su muerte una estatua de la Virgen de Luján, patrona de Argentina, a la rectora de la Universidad Católica del Sagrado Corazón, Elena Beccalli, una institución vinculada al Hospital Gemelli de Roma, donde estuvo ingresado durante 38 días.
Beccalli recibió este obsequio por sorpresa cuando fue a rendir tributo al pontífice en la residencia de Santa Marta del Vaticano, donde Francisco vivía y murió este lunes, según medios italianos.
Francisco, como argentino, tenía un fuerte apego y devoción a esta virgen, también conocida como Nuestra Señora de Luján, venerada en el Santuario de Luján, situado a 70 kilómetros de Buenos Aires.
El vínculo estrecho del pontífice con este símbolo mariano era ya ampliamente conocido, y se evidenció en momentos como 2020, en plena pandemia de coronavirus, cuando trasladó un mensaje al arzobispo de la Arquidiócesis de Mercedes Luján, Jorge Eduardo Scheining, y mostró su cercanía con la virgen.
"Diremos nuestras preocupaciones y alegrías" a la virgen, dijo el papa en aquel mensaje.
El regalo de la estatua es un recuerdo del encuentro que el pontífice tuvo el 16 de abril -pocos días antes de su muerte este lunes 21- con personal médico del Hospital Gemelli de Roma que lo atendió en su reciente ingreso, así como con miembros de la Universidad Católica y la Dirección de Higiene y Salud del Vaticano.
En esta reunión estuvo también presente Beccalli, la primera mujer rectora de la Universidad Católica.
"Gracias por lo que has hecho por mí y por ser tan fuerte. Cuando las mujeres mandan, las cosas salen bien", le dijo entonces el papa a Beccalli.
En los días posteriores a la muerte de Francisco se han conocido varios gestos que realizó poco antes, como la donación de 200.000 euros de su propia cuenta personal para ayudar a los presos de una cárcel de menores de Roma.
Eran "sus últimas posesiones", explicó ayer el obispo Benoni Ambarus, director de la oficina para la pastoral carcelaria y encargado de asuntos caritativos en Roma.